Producción sostenible de antibióticos: una necesidad urgente frente a la resistencia antimicrobiana
(Policy Brief: Sustainable antibiotic production)
REACT, enero 2025
https://www.reactgroup.org/wp-content/uploads/2025/01/Sustainable-Antibiotic-Production-ReAct-Policy-Brief-Jan-2025.pdf (de libre acceso en inglés)
Resumido por Salud y Fármacos
Resumen
La resistencia antimicrobiana (RAMI) es una crisis de salud pública global que requiere soluciones urgentes y multifacéticas. El policy brief que ha escrito REACT destaca un contribuyente poco reconocido de la RAMI y es la contaminación ambiental por los residuos de la producción de antibióticos. Esta contaminación genera “puntos calientes” de resistencia, afectando de manera desproporcionada a los Países de Bajos y Medianos Ingresos (PBMI), donde se concentra gran parte de la producción subcontratada.
Aunque se han hecho esfuerzos globales relevantes, como las guías de la OMS sobre gestión de aguas residuales y El marco voluntario de la AMR Industry Alliance, persisten brechas importantes como la falta de mecanismos legales para exigir la adherencia a las directrices existentes, la escasa transparencia sobre los procesos industriales y la incapacidad para implementar las soluciones en contextos con recursos limitados.
Entre las principales barreras para una producción sostenible se destaca la falta de transparencia en la cadena de producción, pues las empresas farmacéuticas rara vez divulgan sus prácticas de manufactura y su impacto ambiental, lo que limita la rendición de cuentas y facilita la contaminación, especialmente en países donde operan como maquilas. La regulación es débil y la transferencia tecnológica es limitada, especialmente en los PBMI que carecen de marcos regulatorios sólidos y de mecanismos eficaces para exigir su cumplimiento. Además, no hay suficiente transferencia de tecnologías limpias desde países de ingresos altos, lo que impide la adopción de prácticas sostenibles.
Adicionalmente, hay deficiencias en la vigilancia de los residuos de antibióticos. La vigilancia global está fragmentada, y no hay protocolos estandarizados para detectar la contaminación ambiental.Esta situación alcanza niveles críticos en regiones con limitada infraestructura y financiamiento.
Por otra parte, hay desconocimiento entre los actores clave (políticos, profesionales de salud y consumidores) que podrían diseñar soluciones al problema, quiénes tienden a subestimar o ignorar el vínculo entre la contaminación por antibióticos y resistencia antimicrobiana. Esta circunstancia reduce la presión regulatoria e impide que se exijan mejores prácticas a la industria.
El documento propone una transformación estructural, adoptando una estrategia integrada que incluya las siguientes propuestas:
- Enfoque “End-to-End”: es decir, tener en cuenta toda la cadena de valor, desde la producción hasta la disposición de residuos, y promover transparencia en toda la cadena de suministro.
- Integrar estándares ambientales en las políticas de compra: exigir que las empresas cumplan con criterios ambientales obligatorios para que puedan participar en las compras públicas y en las licitaciones de antibióticos, tanto a nivel nacional como internacional.
- Incentivar la manufactura responsable: Crear mecanismos financieros y regulatorios que favorezcan a productores que utilicen buenas prácticas ambientales.
- Cooperación global y financiamiento: Establecer estándares internacionales armonizados y financiar sistemas de vigilancia y regulación ambiental, especialmente en países con recursos limitados.
Conclusión: La producción sostenible de antibióticos no es solo una cuestión ambiental, sino un imperativo para la salud pública global. Reducir la contaminación industrial mitiga la propagación de la resistencia antimicrobiana, protege los ecosistemas locales y la salud humana, y asegura el acceso equitativo a antibióticos eficaces a largo plazo.
El informe de ReAct enfatiza que la sostenibilidad debe integrarse como un eje central en las políticas globales de acceso y control del uso adecuado de antibióticos, uniendo salud, medio ambiente y equidad.