ÉTICA y DERECHO
Conflictos de Interés
México: El gran negocio de la salud
Luis Soto
El Financiero, 12 de julio de 2011
http://www.elfinanciero.com.mx/index.php/comentaristas/33185-agenda-confidencial
Editado por Salud y Fármacos
Durante años, los ciudadanos nos hemos quejado de los precios de los medicamentos y del desabasto de los mismos en las diversas instituciones del sector salud. En prácticamente todos los ámbitos existe la impresión de que los laboratorios médicos -nacionales y transnacionales- se han enriquecido a costa de la salud de los jodidos, con el contubernio, claro, de algunos funcionarios encargados de las áreas de adquisiciones. Ahí están, por ejemplo, algunos escándalos que se han hecho públicos de compras multimillonarias por parte de las instituciones públicas.
En México, el negocio de la venta de medicamentos al IMSS, ISSSTE, Secretaría de Salud, Secretaría de la Defensa Nacional, Secretaría de Marina, Pemex, por sólo mencionar a las principales instituciones públicas, rebasa los cien mil millones de pesos al año, que controlan algunas familias. Si Al Capone y Don Corleone vivieran, sin duda envidiarían a los dueños de algunos laboratorios que operan en México. Paradójicamente, gracias a los diversos esquemas de compra y los complicados procesos de adquisición que existen en nuestro país, así como la carencia de sistemas de distribución, ningún laboratorio le vende directamente al gobierno; contados e incipientes son los procesos de licitaciones internacionales que la actual administración ha llevado a cabo. La mayoría de las licitaciones se realizan de tal manera que sólo los distribuidores pueden participar en ellas. Es en esta parte del proceso donde surge la participación de las familias que se han adueñado del mercado de los medicamentos, haciendo imposible el concurso de nuevos participantes, amafiándose con las áreas de compras de insumos y medicamentos, obviamente con la mirada complaciente de la autoridad (léase Cofepris), y la anuencia de los laboratorios.
Nada más como una aportación cultural, las empresas que participan en este jugoso negocio son, entre otras, las siguientes: Casa Saba, de los hermanitos del mismo apellido; Maipo, de otros hermanitos: Jesús y Carlos Arenas; Nadro, de la familia Escandón; Fármacos Especializados (dicen los malosos que es una empresa de Yunes, ex empleado de la dueña de “Licuados Elbita”); Ralca, de los hermanitos Ramírez (Alberto y Sergio); El Fénix, de la familia González Torres; Disur, de los “brothers” Sánchez (Víctor, Jesús y Armandito); Lomedic, de Carlos Lomelí Bolaños. No son todos los que están, ni están todos los que son, pero estos “angelitos” controlan prácticamente el 90% del mercado público y privado de medicinas.
Lo que se preguntan algunos interesados es: ¿Cómo operan estas y otras familias? En la mayoría de las instituciones de salud se realizan adquisiciones a través de claves de medicamentos. Un primer filtro y forma de corrupción en que la autoridad se presta es en el control de los cuadros básicos y material de curación, dicen los enterados. Para lograr una clave, los laboratorios deben pasar por la ventanilla de Cofepris para conseguir el registro; este trámite es prácticamente imposible si no se cuenta con un buen equipo de “coyotes” de todo tipo (los de cola larga, orejas paradas, los de Linares, los misteriosos, y obviamente los clásicos) y, por supuesto, los “apoyos” institucionales, que se traducen en una frase: “Pasa con la DEA”. ¿Con la DEA? “De a cómo… hijo, de a cómo”.
Después viene la segunda etapa, que es participar en las licitaciones públicas que convocan las dependencias, donde se supone que cada interesado presenta sus ofertas de forma tal que sus competidores no puedan conocer los precios ofertados; supuestamente, las instituciones que adquieren los medicamentos a mejores precios son las que compran los mayores volúmenes de medicinas y materiales de curación. En este punto entra en acción una de las mafias mejor organizada y estructurada en nuestro país, organización que lleva operando más de dos décadas: Los distribuidores de medicamentos. Como los laboratorios, la mayoría de ellos transnacionales, no pueden “soltar mordidas” directamente, acuden a esta “especie” a la que le dan “manga ancha” para negociar precios por volumen, descuentos, bonificaciones, notas de crédito, etcétera.
Los distribuidores hacen un doble negocio: Por un lado con las instituciones de salud; por el otro con las cadenas de farmacias particulares a quienes les venden los medicamentos con un sobre precio de hasta el 70 por ciento del que le dan a aquéllas.
Entre los casos más sonados de posible corrupción, hechos públicos, están aquel contrato multimillonario que el ISSSTE otorgó a la familia Pérez Fayad; otro en Veracruz para los González Torres y el de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, donde otra familia consiguió suministrar medicamentos y material de curación a todos los hospitales de “La Nopalera”, sin licitación, concurso, rifa, o algo parecido; simplemente por adjudicación directa.
Agenda previa
Interesante la declaración de Benjamín González Roaro, director de la Lotería Nacional, quien dijo tener estimación, cariño y agradecimiento, además de admiración, por Elba Esther Gordillo. Sin embargo, precisó que su nombramiento fue decisión del presidente Felipe Calderón, quien le dio la encomienda de modernizar y administrar con eficiencia a la institución. “Con Calderón mantengo una relación de aprecio y de respeto, pues nos conocemos desde la LV Legislatura en 1991, cuando ambos fuimos diputados”, recordó.