Salud y Fármacos is an international non-profit organization that promotes access and the appropriate use of pharmaceuticals among the Spanish-speaking population.

ECONOMÍA Y ACCESO

Investigaciones

Hacia un nuevo modelo para la investigación farmacéutica (Towards a new model for pharmaceutical research)
Carlos M. Correa
Boletín de la Organización Mundial de la Salud 2012; 90:795-795A. doi: 10.2471/BLT.12.113712
http://www.who.int/bulletin/volumes/90/11/12-113712/en/index.html
Traducido por Jaume Vidal y editado por Salud y Fármacos

A pesar de la gran inversión en investigación y desarrollo (I+D) y de la disponibilidad de poderosas herramientas científicas y tecnológicas, la innovación en la industria farmacéutica se ha reducido drásticamente en la última década. Además, la mayoría de las moléculas nuevas introducidas en el mercado no representan auténticas innovaciones terapéuticas ni responden a aquellas enfermedades que prevalecen en los países en desarrollo. Lo que todavía es más importante es que los precios de los medicamentos nuevos no están al alcance de aquellos con menos recursos y cada vez hay más residentes en países de medianos y altos ingresos y más sistemas de seguridad social que tampoco pueden pagar los medicamentos nuevos.

La falta de tratamientos adecuados para muchas de las enfermedades que afligen a los países en desarrollo ocasiona millones de muertes por año [1]. Los gobiernos tienen la responsabilidad de proporcionar soluciones efectivas a este problema [2]. Además del imperativo ético, los gobiernos tienen el deber de garantizar el derecho a la salud, tal como reconoce la ley internacional y muchas constituciones nacionales.

El 26 de mayo de 2012, la Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución que podría marcar el comienzo de un cambio necesario en el modelo actual de la I+D. La resolución solicita que se haga una reunión intergubernamental (prevista para noviembre de 2012) para examinar a fondo las propuestas formuladas en abril en el informe del Grupo de Trabajo Consultivo de Expertos en Investigación y Desarrollo: Financiación y Coordinación (CEWG) [3], que fue establecido por la Asamblea Mundial de la Salud en 2010 bajo la Resolución WHA63.23. Entre estas propuestas se incluyen: acceso libre a los datos de I+D, fondos mancomunados, subvenciones directas a las empresas en los países en vías de desarrollo, premios por hitos y productos finales, y la inclusión de patentes en un fondo común (patent pools). La principal recomendación del CEWG fue, sin embargo, de mayor alcance: iniciar negociaciones multilaterales para la posible adopción de una convención vinculante para la I+D [3]. Esto es trascendental, ya que la única convención vinculante adoptada hasta el momento por la OMS ha sido el Convenio Marco para el Control del Tabaco [2].

El concepto de una nueva convención se basa en cuatro premisas principales. En primer lugar, el actual modelo de I+D, basado en patentes y en adquirir una porción del mercado existente, no sirve para que se desarrollen nuevas tecnologías de salud que respondan a los desafíos globales que surgen de las necesidades de salud existentes, en particular en los países de bajos y medianos ingresos. En segundo lugar, es fundamental no sólo para mejorar la innovación de los productos pertinentes, sino también para garantizar el acceso y la asequibilidad de productos, que se desvinculen las inversiones en I+D del precio de los productos. En tercer lugar, la eficiencia de la investigación en salud se puede mejorar a través de un mejor seguimiento, estableciendo prioridades y coordinando las actividades de I+D a nivel internacional. En cuarto lugar, la financiación voluntaria no puede ser la fuente principal o única de financiación, se necesita un modelo de financiación mejor, más sostenible y previsible.

Los siguientes son algunos de los posibles objetivos de una convención vinculante, según se detallan en el informe CEWG:

· Mejorar de la coordinación de la I+D pública y privada

· mejorar la capacidad de innovación en los países en vías de desarrollo y transferir tecnología a esos países;

· considerar los resultados de I+D como bienes públicos, de libre disposición para la investigación y la producción;

· mejorar el establecimiento de prioridades que responda a las necesidades de salud pública de los países en vías de desarrollo y la toma de decisiones a través de las estructuras de gobierno que sean transparentes, dando a los países de medianos y bajos ingresos mayor protagonismo en ese proceso.

Sin embargo, los objetivos, elementos y mecanismos de un posible instrumento serán definidos según el criterio de los gobiernos que eventualmente participen en un proceso de negociación. Por ejemplo, el informe del GTEC recomendó que todos los países dediquen al menos el 0,01% de su producto interno bruto (PIB) a la I+D para responder a las necesidades de salud de los países en desarrollo [3]. Este es sin duda un objetivo deseable, sin embargo, si se decide establecer una convención, serán los gobiernos reunidos los que determinarán el nivel y el tipo de contribuciones que se deban hacer. Existe una amplia gama de opciones, como invertir en gasto doméstico de I+D, o contribuir a través de un mecanismo de financiación acordado internacionalmente. Por lo tanto, los porcentajes recomendados por el CEWG no deben ser considerados como un “lo tomas o lo dejas”, ni deben ser una razón para que los países con un PIB elevado teman que el convenio implique contribuciones financieras extraordinariamente grandes.

El objetivo fundamental de la propuesta de convenio es poner en marcha un nuevo modelo de I+D que conduzca a una reducción de los costes de I+D y mejore la innovación, al utilizar un método que se centre en responder a las prioridades de investigación, esté mejor monitoreada y haya mejor cooperación e intercambio de resultados de investigación. Esto daría lugar, a su vez, a tratamientos mucho más accesibles y asequibles. Aunque este modelo probablemente va a generar, en particular, productos nuevos dirigidos a las necesidades de salud desatendidas de los países en desarrollo, también puede ayudar a mitigar el impacto de los altos precios de los medicamentos en los presupuestos de salud pública de los países desarrollados.

La elaboración y adopción de un mecanismo internacional capaz de ofrecer nuevos tratamientos a precios asequibles es un hito. A través de este mecanismo, los estados miembros de la OMS tienen una oportunidad sin precedentes para contribuir a “alcanzar para todos los pueblos el más alto nivel de salud posible” [4]

Referencias
1. Medición de precios de los medicamentos, la disponibilidad, la asequibilidad y componentes del precio. 2 ª ed. Ginebra, Organización Mundial de la Salud y la Acción de la Salud; 2008. Disponible en: http://www.who.int/medicines/areas/access/medicines_prices08. Consultado el 4 de octubre de 2012].
2. Marco de la OMS para el Control del Tabaco. Ginebra: Organización Mundial de la Salud, 2003. Disponible en: http://www.who.int/fctc/text_download. Consultado el 4 de octubre de 2012].
3. Grupo Consultivo de Trabajo de Expertos en Investigación y Desarrollo. . Financiación y Coordinación de la Investigación y desarrollo para satisfacer las necesidades de salud de los países en desarrollo: el fortalecimiento de la financiación global y la coordinación. Ginebra: Organización Mundial de la Salud, 2012. Disponible en: http://www.who.int/phi/CEWG_Report_5_April_2012.pdf. Consultado el 4 de octubre de 2012].
4. Constitución de la OMS. Ginebra: Organización Mundial de la Salud, 1946. Disponible en: http://www.who.int/governance/eb/constitutionl. Consultado el 4 de octubre de 2012]

modificado el 28 de noviembre de 2013