ECONOMÍA Y ACCESO
Acceso y Precios
Kenia: Sida. Llamando a la vida
Isaiah Esipisu
IPS, junio de 2011
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Una simple llamada por teléfono móvil a un familiar o un amigo en Kenia podría ayudar a que una persona con VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) acceda a medicamentos antirretrovirales que pueden prolongar su vida. Organizaciones no gubernamentales de este país africano buscan formas sostenibles de proveer medicamentos y sostener programas de asistencia a personas con VIH sin tener que depender de financiamiento de donantes.
Algunas de las propuestas que la sociedad civil ha presentado al parlamento incluyen el cobro de una contribución por cada llamada hecha por teléfono móvil y eliminar a todos los kenianos con seguro médico de los programas de medicamentos gratuitos, ya que están en condiciones de pagarlos.
“Si la propuesta encuentra el favor de los legisladores, entonces los fondos recolectados irán para el número de kenianos que viven con VIH/Sida que necesitan terapia antirretroviral, y para mantener el tratamiento en caso de que los donantes se retiren o reduzcan el financiamiento”, dijo James Kamau, del Movimiento para el Acceso de Tratamiento de Kenia.
Kamau, él también potador del virus, sabe cuán importante es asegurar los antirretrovirales. “Descubrí que tenía VIH hace 24 años, y desde entonces tuve suerte de acceder a terapia en buen tiempo. Todavía estoy vivo y trabajo como cualquier keniano. Sin embargo, mi vida sólo puede continuar si sigo tomando las drogas”, señaló.
Hace dos años, el gobierno de EE UU consideró congelar el financiamiento del Plan de Ayuda contra el Sida (PEPFAR), principal componente de la Iniciativa Global de Salud del presidente Barack Obama. Esto llevó a la sociedad civil keniana a estudiar vías alternativas para financiar programas.
Se estima que unas 1,4 millones de personas viven con VIH en Kenia, entre ellas 760.000 que han desarrollado el sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Pero sólo 343.000 kenianos tienen acceso a drogas que salvan sus vidas.
Según Nicholus Muraguri, jefe del Programa Nacional de Control del SIDA de las Infecciones de Transmisión Sexual (NASCOP), 90 % de los planes contra la enfermedad en Kenia son financiados por donantes. “Es una lástima que dependamos enteramente de la comunidad de donantes para financiar esos programas tan importantes”, dijo Muraguri.
Señaló que, en algunos casos, los donantes se mueven por intereses políticos, y eso hace que la asistencia pueda ser congelada en cualquier momento. “Además, los países ricos siempre priorizarán sus desafíos locales antes que apoyar las agencias locales”, señaló. Hace dos meses, el gobierno de Japón, importante donante del Fondo Global de lucha contra el VIH/Sida, la malaria y la tuberculosis, anunció su intención de reducir sus contribuciones para enfocar los esfuerzos en la reconstrucción del país luego del terremoto y el tsunami.
“Apoyamos plenamente a la sociedad civil en la movilización de fondos internos para el tratamiento del VIH/Sida a través de impuestos adicionales porque el gobierno no ha sido capaz de mantener (los programas) con el presupuesto nacional”, dijo Muraguri.
Kamau explicó que la sociedad civil se concentra en la telefonía móvil porque casi todos los sectores ya tienen una carga impositiva. “Lo que pedimos es una contribución de 10 centavos kenianos por cada llamada telefónica hecha desde el país. Y si se administra bien, se pueden salvar muchas vidas”, señaló.
Zimbabwe fue uno de los primeros países de África en desarrollar una completa política nacional contra el sida introduciendo un impuesto mediante una ley en el parlamento. La norma grava a los salarios, y los recursos van directo a un fondo que permite a personas con VIH acceder a tratamiento.
Mientras, el programa internacional UNITAID, que facilita el acceso de medicamentos en países del Sur, recolectó 2.000 millones de dólares de 2006 a través de impuestos a pasajes aéreos en 15 países.
Sin embargo, se necesita hacer más para asegurar que el dinero recolectado se utilice bien. Kenia está entre 10 países investigados sobre uso impropio de dinero destinado a la lucha contra el sida por el Fondo Global.