¿LA VACUNACIÓN ES PARA TODOS? UNA VISIÓN CRÍTICA DE LA PRIMERA REUNIÓN DE GAVI Anita Hardon HAI Europe 2001; 6(1):1-7 Anita Hardon, directora del HAI de Europa, pone en tela de juicio a la Alianza Global para las Vacunas y las Vacunaciones (GAVI). La alianza se fundó en el 2000 cuando hubo una baja en la cobertura mundial de vacunaciones. Está formada por la OMS, UNICEF, el Banco Mundial, el programa de vacunas para los niños de la fundación Gates, la fundación Rockefeller, la Asociación y Federación Internacional de Productores de Fármacos y por algunos gobiernos nacionales, y en su inicio planea ayudar a 23 países. El fondo global y GAVI se crearon cuando la fundación Gates donó US$750 millones con el objetivo único de "garantizar que cada niño esté protegido contra las enfermedades inmunoprevenibles". Desde entonces el fondo ha recibido ayuda adicional de varios países incluyendo EE.UU. (US$50 millones), Noruega (US$125 millones), el Reino Unido (US$5 millones) y Holanda (US$100 millones). Los documentos de GAVI dicen que el consejo directivo del fondo global decide como se deben distribuir los fondos. El funcionamiento de GAVI y del fondo global fue objeto de discusión en la reunión que tuvo lugar en Holanda entre el 20 y el 21 de noviembre del 2000. Los primeros desembolsos revelan que el 10% del gasto se invirtió en fortalecer los servicios de vacunación y el 90% en la introducción de vacunas adicionales como es la vacuna contra la hepatitis B, especialmente en países que tienen un programa de vacunación débil. El que el énfasis sea en la administración de vacunas nuevas o subutilizadas refleja que hay más interés en promover avances tecnológicos que en promover la equidad. En 9 de los 15 países en que GAVI ha estado operando las cifras de cobertura vacunal están por debajo del 75%, y dada la política de GAVI es muy probable que el 25% restante siga quedándose sin vacunas. El énfasis de GAVI en introducir vacunas nuevas le resulta atractivo a la industria. De hecho en el consejo directivo de GAVI hay dos representantes de la industria. En las discusiones plenarias, los representantes de la industria enfatizaron la necesidad de delegar en compañías de investigación para que se desarrollen nuevas vacunas y dijeron que la tecnología para que esto se pueda hacer está fuera del alcance los países en desarrollo. Algunos representantes de ministerios de salud comentaron que era raro que GAVI no se preguntase por qué los países que tienen bajas tasas de vacunación no hacen lo que deberían estar haciendo. Hardon se pregunta si este acuerdo público/privado no acaba debilitando a los organismos de la Naciones Unidas que en un momento fueron líderes y consiguieron que las tasas de vacunación en el mundo fuesen muy superiores a las que hay ahora. También comenta que en el comité ejecutivo de GAVI predominan los representantes de los países del norte y que no hay mecanismos de control ni transparencia en sus operaciones. Además la iniciativa GAVI promueve que los países en desarrollo sigan dependiendo de la caridad de los países del norte, lo que pone en crisis la sustentabilidad de los programas. Nadie puede estar en contra de la iniciativa pero hay que preguntarse ¿quién va a dirigir la iniciativa? ¿Quién va a asegurarse de que las necesidades de la población pasen por delante de los intereses de la industria? ¿Pueden las fundaciones privadas someterse al mismo escrutinio público que los organismos de las Naciones Unidas? ¿Qué responsabilidad tienen los gobiernos? No se trata de desmerecer lo que está haciendo el sector privado, sino de ver como se puede sustentar un esfuerzo de forma más permanente.
Respuestas a Anita Hardon
Tore Godal secretario ejecutivo de GAVI (4 de abril 2001) responde que varios de los países más avanzados del tercer mundo ya usan unas 11 o 12 vacunas mientras que algunos únicamente usan las 6 del Programa Amplio de Vacunaciones (PAV) y que la GAVI fue creada para suplir y contrarrestar las carencias del PAV y que 12 asientos del consejo de administración los ocupa la iniciativa pública, 2 las ONGs y 1 la iniciativa farmacéutica privada. El secretario aclara la visión y la administración de la GAVI e informa que los propios gobiernos recibirán y dirigirán la ayuda, manifiesta además que habrá transparencia en la administración de los recursos y que hay un espacio en internet para consulta pública. El objetivo de GAVI es que todos los niños reciban las vacunas necesarias, ya que menos el 80% del mundo estén vacunados. La misión de GAVI es fortalecer lo existente, no sustituir lo que ya se está haciendo. También menciona que sólo los gobiernos pueden solicitar apoyo de GAVI y que GAVI tiene mecanismos para exigir que los gobiernos utilicen los fondos de forma razonable; y aclara que muchos de los miembros del comité ejecutivo son los representantes de organismos de desarrollo que tienen obligación de responder a los países que los apoyan. El Dr. K.Balasubramanian, coordinador regional del HAI Asia responde (30 de abril) a Tore Godal secretario ejecutivo de la GAVI que los países desde los años 50 hasta los 80 hicieron un enorme esfuerzo y progreso para elevar su nivel de salud como se indica en los reportes anuales de la OMS. Pero desde que se iniciaron los programas de ajuste estructural del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, varios países, pero principalmente los del sur del Sahara, perdieron mucho de lo que habían ganado. El bajo nivel de salud en estos países no es la negligencia en los programas de salud sino factores externos como los programas de ajuste estructural, la globalización y la Organización Mundial del Comercio y recomienda consultar el reporte de la PNUD sobre el desarrollo humano para constatar el retroceso sanitario. Lo aberrante es la alianza entre el sector publico y el privado en el desarrollo de la salud, cuando nunca los sectores privados han querido colaborar en los programas internacionales de desarrollo, y no quisieron apoyar el programa de las Naciones Unidas, Nuevo Orden Económico Internacional que favorecía al tercer mundo. Nunca ha habido una alianza público-privada que apoyara a la OMS en el programa básico de medicamentos, por el contrario la industria privada se opuso; tampoco apoyaron al programa de salud para todos, ni tampoco el precio equitativo para los medicamentos. Lo anterior demuestra que el sector privado ha ignorado todas las estrategias de salud de la OMS. Esta asociación público-privada pretende proteger los intereses comerciales del sector privado a través de las garantías y condicionalidades que estipulan en sus acuerdos, incluyendo: precios razonables, apoyo para un mercado sustentable, respeto de los derechos de propiedad intelectual, y prohibición de licencias obligatorias y de importación paralela. Esto contradice los trabajos presentados en la Asamblea Mundial de la Salud donde se puso en evidencia que la OMS, el Parlamento Europeo y la Comisión de los Derechos Humanos apoyan una revisión de los acuerdos TRIPS. HAI Asia apoya el que todos los niños del mundo tengan acceso a las 6 vacunas principales y quiere destacar que considera la estrategia de GAVI selectiva porque prioriza el uso de nuevas vacunas, en especial la hepatitis B en los países pobres. Además pretende terminar con la inequidad apoyando a los países pobres pero se olvida que incluso en países con ingresos medios hay muchos niños que viven en situaciones de extrema pobreza. Además, es muy importante apoyar la infraestructura de los sistemas de vacunación. Si se descuida la infraestructura la vacunación podrá llegar a los niños más marginados. El proporcionar 10% para fortalecer los servicios de vacunación y 90% para la incorporación de vacunas nuevas es crear un mercado para las vacunas nuevas que aumenta los gastos sacrificando la ampliación de la cobertura. Las preocupaciones de Hardon son reales y el HAI de Asia pide al Banco Mundial, GAVI y al ministro de salud de los Países Bajos que aclaren estas serias preocupaciones.
Refutación de Anita Hardon
Anita Hardon contesta (28 de mayo) diciendo que es bueno que GAVI acepta las criticas ya que ello permitirá discutir y hacer las correcciones de los objetivos y de las estrategias. También señala que hay asuntos que merecen ser discutidos más seriamente. Por ejemplo, GAVI quiere disminuir la desigualdad entre países y que el 80% de los países tengan el 80% de cobertura en todos los distritos, pero eso es difícil si el 75% de los recursos se destinan a vacunas caras en lugar de fortalecer los servicios de vacunación existentes. Los países solo tienen derecho a recibir las vacunas nuevas si tienen más de un 50% de cobertura, es decir que se amplia la diferencia entre los que tienen y los pobres. Es primordial fortalecer y aumentar la infraestructura del sistema de salud, aumentar la cobertura sin olvidar a las regiones remotas, hay que tener varios caminos hacia el sistema de salud y no únicamente el vertical centralizado, tomar muy encuenta las organizaciones de salud ya existentes. En 1997, oficiales de la OMS estimaron que el 43% de las vacunas que se entregan a los países en desarrollo no se administran a los niños y se pierden por las dificultades de organización y distribución. Hay que recordar que la distribución a las zonas remotas y marginadas es cara. El consejo de administración puede tomar decisiones equivocadas y con graves consecuencias, sobre todo cuando incluye organismos privados con intereses comerciales. El consejo de administración de GAVI debería incluir a países receptores de la ayuda y no únicamente donantes; así sería más democrático. Uno de los éxitos de GAVI ha sido la disminución de los precios de las vacunas, pero hay que reconocer que el costo de la vacuna de la hepatitis B es muy superior al costo de las vacunas más tradicionales y su inclusión en el programa vacunal aumenta los costos totales en un 30%. Frente a esa realidad hay que preguntarse si esas iniciativas son sustentables, y que es lo que va a suceder si el apoyo privado desaparece. Parecería indicado que crearan organismos independientes que supervisaran el funcionamiento de GAVI.
Traducido y editado por José Antonio Serna
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