Declaración de las Américas sobre la Profesión Farmacéutica y su Impacto en los Sistemas de Salud
Declaraciones de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP)
Editado por Boletín Fármacos de: Panorama Farmacéutico, 24 de noviembre de 2008.
No todas las farmacias son iguales
María Jesús Rodríguez Martínez (Presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria – SAFAC), El País (España), 6 de enero de 2009.
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Declaración de las Américas sobre la Profesión Farmacéutica y su Impacto en los
Sistemas de Salud
Esta declaración fue aprobada por la Federación Panamericana de Farmacia (2007), y revisada y aprobada por la Federación Farmacéutica Centroamericana y del Caribe (2007), la Federación Farmacéutica Sudamericana (2008) y el Foro Farmacéutico de las Américas (2008). Se encuentra disponible en el portal del Colegio Nacional de Químicos Farmacéuticos de Colombia: http://www.cnqfcolombia.org/cms/images/users/1/Declaración%20Américas%20Firmada.pdf (11 pág.)
Entre las consideraciones que se encuentran plasmadas en la Declaración se puede mencionar la siguiente:
“ (…) Las Federaciones (integradas por los Colegios y Asociaciones más representativas de cada país) que agrupan a los profesionales farmacéuticos de las Américas (FEPAFAR, FFCC y FEFAS) se comprometen a:
a. Generar el soporte necesario, en la forma de capacitación, elaboración de guías y estándares para la educación y actuación profesional.
b. Dotar de habilidades y gestionar la aplicación de sus conocimientos para nuestros profesionales cuenten con los conocimientos necesarios para brindar a la sociedad los mejores beneficios en salud.
c. Proponer conjuntamente con los demás profesionales del sector de la salud, estrategias que permitan alcanzar los más altos estándares de calidad en salud pública, tomando como referencias las iniciativas de entidades internacionales y considerando las condiciones particulares de nuestros países.
d. Fomentar la armonización de los planes de estudio y el cumplimiento de estándares y mínimos curriculares, elevando los niveles de conocimiento e impulsando la investigación en todos los campos del quehacer farmacéutico y el avance de las Ciencias Farmacéuticas para servir a la causa de la salud de la población. Así mismo, promover la obtención de posgrados académico-científicos, la actualización profesional, la educación continua y los procesos de certificación y recertificación del ejercicio profesional, de acuerdo con las necesidades de desarrollo de la disciplina y la congruencia con los requerimientos sociales y de salud (…)”.
Para alcanzar este objetivo exhortan a los gobiernos nacionales que, en base a las recomendaciones sanitarias de alcance internacional (OMS, OPS y la Federación Internacional Farmacéutica – FIP), garanticen a la sociedad la participación del profesional farmacéutico en la Farmacia Comunitaria, la Farmacia de Hospital, la Farmacia industrial, el área de Regulación Sanitaria y Política Farmacéutica, y en la de investigación, campos que identifican como “esenciales y de mayor impacto” para los Sistemas Nacionales de Salud.
(regresa a prescripción, farmacia y utilización)
Declaraciones de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP)
Editado por Boletín Fármacos de: Panorama Farmacéutico, 24 de noviembre de 2008.
En la sesión realizada en septiembre de 2008, el Consejo de la Federación Internacional Farmacéutica (FIP), ha generado tres declaraciones de principios sobre: 1. Calidad del uso de los medicamentos para niños, 2. Control de la resistencia a los fármacos antimicrobianos, y 3. Información sobre medicamentos a los pacientes. En cada una de estas áreas se ha comprometido con una serie de objetivos.
1.
Calidad del uso de los medicamentos para niños (disponible en: www.panoramafarmaceutico.org/info/paraninos.pdf):
“La FIP se compromete a:
– Apoyar a la OMS y a UNICEF en sus esfuerzos por promover la salud de los niños y la inmediata y amplia disponibilidad de medicamentos pediátricos a través de directrices tales como la Lista de Medicamentos Esenciales.
– Apoyar a la OMS y a las autoridades reguladoras de los medicamentos en sus esfuerzos por promover entre los laboratorios farmacéuticos la necesidad de contar con medicamentos pediátricos apropiados.
– Abogar por fundamentos éticos, sociales y científicos que permitan brindar una buena asistencia sanitaria a los niños y sus familiares, incluido el buen cuidado del farmacéutico.
– Apoyar la investigación en la composición de formulaciones para garantizar productos de óptima calidad.
– Difundir información acerca de la necesidad de usar racionalmente los medicamentos pediátricos mediante una formación y educación óptimas y otros enfoques apropiados.
– Promover, mediante estudios genómicos y genéticos, la investigación que permita identificar mejor los cambios que se producen durante el desarrollo de los niños y que influyen en la respuesta a los medicamentos y en los resultados clínicos.
– Fomentar la cooperación entre los gobiernos, la industria farmacéutica, la academia y las asociaciones de profesionales de la salud, para desarrollar políticas y planes de acción específicos que permitan mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida de los niños, mediante la disponibilidad y uso apropiado de medicamentos de buena calidad.
– Pedir la aprobación de leyes que aumenten los incentivos para llevar al mercado medicamentos pediátricos de buena calidad, incluyendo mejores programas de investigación y de instalaciones para pruebas clínicas.
– Trabajar con los gobiernos, los fabricantes y otros organismos, para identificar vías que permitan adquirir información útil y fiable donde fuese difícil o imposible llevar a cabo pruebas clínicas.
– Fomentar el desarrollo de fórmulas pediátricas e información sobre medicamentos apropiada.
– Fortalecer la formulación magistral por parte de los farmacéuticos, para pacientes individuales, con base en la política de mejores prácticas, a fin de satisfacer la carencia de medicamentos y formas de dosificación.
– Fomentar el reconocimiento del papel exclusivo del farmacéutico en el suministro de medicamentos para pacientes pediátricos.
– Recomendar las dosis mínimas y máximas, la concentración de la dosificación, y las unidades de dosificación estándar para medicamentos parenterales utilizados en pacientes neonatos y pediátricos.
– Fomentar la documentación y reporte de reacciones adversas a medicamentos en los niños”.
2. Control de la resistencia a los fármacos antimicrobianos
(disponible en: www.panoramafarmaceutico.org/info/resistencia.pdf)
“La FIP se compromete a:
– Promover el establecimiento y/o refuerzo de sistemas sostenibles de vigilancia de la AMR y uso de los antimicrobianos.
– Promover la cooperación entre países y organizaciones profesionales en el desarrollo y uso de indicadores que permitan controlar las prácticas de prescripción de antimicrobianos.
– Fomentar el desarrollo de políticas y programas diseñados para aumentar la importancia de la información sobre AMR para el proceso de autorización de puesta en el mercado.
– Apoyar campañas educativas sobre el uso apropiado de agentes antimicrobianos, dirigidas tanto al público como a los profesionales de la salud.
– Reforzar el principio de que los medicamentos antimicrobianos para uso humano y veterinario deben ser prescritos u ordenados exclusivamente por profesionales de la salud debidamente calificados.
– Promover el descubrimiento y desarrollo de nuevos agentes antimicrobianos con buena relación coste-eficacia.
– Fomentar el descubrimiento y desarrollo de tratamientos alternativos y vacunas.
– Apoyar el desarrollo de diagnósticos rápidos y fiables y pruebas de susceptibilidad.
– Fomentar el desarrollo de asociaciones a nivel internacional, en particular a través de organizaciones internacionales existentes tales como la OMS.
– Promover el papel del farmacéutico en la selección, obtención, distribución y uso de medicamentos antimicrobianos.
3. Información sobre medicamentos a los pacientes:
(disponible en: www.panoramafarmaceutico.org/info/infopacientes.pdf)
“La FIP recomienda que:
El farmacéutico ayude a los pacientes y a los cuidadores a que obtengan y analicen de forma crítica la información que les permita satisfacer sus necesidades particulares. A tal fin deberá prestar especial atención a temas como:
– Someter la promoción directa por parte de los gobiernos y planes de seguros de salud al mismo método de análisis crítico al que se someten otras fuentes de información.
– Poner a disposición todas las fuentes de información.
– Educar al paciente sobre cómo utilizar la información sobre salud disponible en Internet (incluida la información sobre medicamentos) y animarlo para que hable con él acerca de esta información
– Suministrar información al paciente que no va a la farmacia para recoger sus medicamentos.
– Animar y ayudar al paciente en la autoeducación.
– Disponer áreas privadas en la farmacia para atender a los pacientes.
– Dar poderes y responsabilidad al paciente con respecto a su propia salud.
Además, el farmacéutico deberá:
– Participar en sociedades públicas y privadas que produzcan y difundan información objetiva y legítima sobre medicamentos para el paciente.
– Suministrar información en formatos accesibles para las personas de grupos especiales.
– Suministrar información tanto sobre los riesgos como sobre los beneficios.
– Suministrar al paciente y a los cuidadores una evaluación crítica de las fuentes de información sobre medicamentos.
– Utilizar información escrita como complemento a la información oral suministrada al paciente.
(regresa a prescripción, farmacia y utilización)
No todas las farmacias son iguales
María Jesús Rodríguez Martínez (Presidenta de la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria – SAFAC), El País (España), 6 de enero de 2009.
Tenemos un problema. Lo denunciaba este diario el lunes 8 de diciembre en el reportaje Las farmacias se saltan la ley [a], en el que se describía cómo se pueden adquirir con facilidad medicamentos sujetos a prescripción sin su correspondiente receta. La conclusión más evidente es, como titula el artículo, que los farmacéuticos incumplen la ley. Sin querer negar la evidencia, también es obvio que, si se profundiza un poco, se pueden encontrar un sinfín de situaciones que indican que, por desgracia, ni la única causa de esta situación es la falta de ética de algunos farmacéuticos, ni la solución pasa exclusivamente por sancionarlos. Si fuera tan fácil, hace mucho que el problema habría pasado a la historia.
Sí, lamentablemente, hay farmacéuticos que no hacen honor a su formación sanitaria, que se olvidan de que el medicamento es uno de nuestros bienes más preciados y más complejos, y que no entienden que forman parte de un todo, el modelo farmacéutico español, que lleva décadas demostrando sus muchas e innegables virtudes. Un modelo cuya credibilidad debilitan sin darse cuenta de que están tirando por tierra el esfuerzo del grueso de una profesión, en la que hay, como en cualquier otra, garbanzos de todos los colores.
También hay otros muchos que siguen cayendo en la trampa de entregar el medicamento sin su receta ante el viejo chantaje del paciente que amenaza con conseguirlo en otra farmacia, simplemente por temor a perder un cliente. Esto es pan para hoy y hambre para mañana, y sólo se romperá el círculo el día en que comprendan que así están dejándose por el camino lo único que les diferencia de un comercio al uso: su condición de sanitarios garantes del buen uso del medicamento.
Hasta aquí el mea culpa, pero sería injusto e irresponsable poner aquí el punto final. El problema es muchísimo más complejo, y hay infinidad de buenos y buenísimos profesionales farmacéuticos que a diario se enfrentan a situaciones en las que, hagan lo que hagan, estarán incumpliendo una ley o bien trasladando al paciente un problema que ellos no han generado y que puede ser perjudicial para su salud.
Veamos casos cotidianos. María, de 34 años, es atendida en urgencias y sale con un informe que detalla pruebas, diagnóstico y tratamiento, pero que no vale como receta. Va a la farmacia a por sus fármacos… pero, con la ley en la mano, no pueden dárselos. Si la farmacia no se la salta, pasa el problema a María, que no podrá disponer de ellos hasta que, seguramente días después, reciba la receta de su médico de familia. ¡Y había acudido a urgencias! Esto se llama ineficiencia del sistema.
Otra situación familiar. Felipe, pensionista desde hace tres años, se queda sin medicación por la razón que sea: se le pierde, no le dan cita hasta varios días después, se ha olvidado la caja en casa de su hija…, y acude a la farmacia en busca de ayuda. Si el farmacéutico, que además le conoce y atiende desde hace años, respeta la ley, Felipe y su salud tendrán un problema.
Hay más ejemplos flagrantes de pediatras, odontólogos, etcétera, que prescriben verbalmente o por teléfono, quizá sin saber que eso obliga al farmacéutico a elegir entre una más que probable discusión con un paciente o la comisión de una ilegalidad para resolver un problema generado por ellos.
Enumerar estos casos no es una maniobra de distracción. La Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos es clara sobre la no dispensación de fármacos que necesitan receta, y el farmacéutico debe cumplirla. Ahora bien, si la realidad demuestra que cumplirla a rajatabla podría llegar incluso a poner en peligro la salud del paciente, la solución no es saltársela, pero sí es obligado aportar evidencias para que esa norma se modifique cuanto antes.
Por tanto, la solución a este viejo problema pasa, además de por una actitud más ética y valiente del farmacéutico, por medidas vitales que no están en sus manos, como convencer de una vez a la población de que sin receta no hay ni que intentarlo, instaurar una receta privada obligatoria, solucionar el problema de los informes de urgencias, implantar una receta electrónica homogénea que evite el problema de las prescripciones de larga duración, revisar a fondo la clasificación y listados de los medicamentos que se pueden dispensar con y sin receta con una concepción más moderna y realista, erradicar la prescripción telefónica y verbal, aliviar las listas de espera y saturación de los centros de salud que provocan una presión excesiva (y creciente) hacia la farmacia o explorar fórmulas de remuneración que primen servicio sobre venta. Eso sí, mientras la Administración se decide a actuar y cada cual aporta sus soluciones, aconsejo a los pacientes que elijan muy bien a su farmacéutico y que confíen en él; comprobarán pronto que no todas las farmacias son iguales.
Nota de los editores:
a. Disponible en: www.elpais.com/articulo/sociedad/farmacias/saltan/ley/elpepisoc/20081208elpepisoc_4/Tes
(regresa a prescripción, farmacia y utilización)