Tratamiento de la hipertensión ocular y el glaucoma de ángulo abierto. Meta-análisis de ensayos clínicos controlados aleatorizados (Treatment of ocular hypertension and open angle glaucoma: meta-analysis of randomised controlled trials)
Maier PC et al.
BMJ 2005;331:134
Traducido por Martín Cañás
Metformina para la diabetes mellitus tipo 2. Revisión sistemática y metaanálisis
Sáenz Calvoa A et al.
Aten Primaria 2005;36:183-191
Darbepoetina alfa: no presenta ventajas para tratar la anemia inducida por la quimioterapia (Darbepoetin alfa in chemotehrapy-induced anaemia: No proven advantage)
Rev Prescrire 2005;25(262):412-416
Traducido por Núria Homedes
Antagonistas de los receptores de la angiotensina II y fallo cardíaco (Angiotensin II receptor antagonists and heart failure)
Rev Prescrire 2005;25(261):367-374
Traducido por Núria Homedes
Aspectos específicos de la mujeres en la farmacoterapia de las enfermedades cardiovasculares (Female-specific aspects in the pharmacotherapy of chronic cardiovascular diseases)
Jochmann N et al.
European Heart Journal 2005;26:1585-1595
Traducido por Martín Cañás
Tratamiento de la hipertensión ocular y el glaucoma de ángulo abierto. Meta-análisis de ensayos clínicos controlados aleatorizados (Treatment of ocular hypertension and open angle glaucoma: meta-analysis of randomised controlled trials)
Maier PC et al.
BMJ 2005;331:134
Traducido por Martín Cañás
Objetivo: El glaucoma de ángulo abierto es una de las causas más comunes de ceguera en los países industrializados. Los tratamientos para disminuir la presión ocular se utilizan ampliamente en la prevención y tratamiento del glaucoma, a pesar de que la evidencia disponible es conflictiva.
Diseño: Se realizó un metanálisis para reevaluar la efectividad de la disminución de la presión ocular en el retraso del desarrollo de glaucoma en la prevención de la hipertensión ocular, así como en la progresión del glaucoma de ángulo abierto establecido.
Fuentes de datos: Medline, Embase y Cochrane Library.
Selección de los estudios: Se incluyeron en el estudio los ensayos clínicos controlados con asignación aleatoria que incluyeran información puntual de los cambios glaucomatosos en el campo visual y en el disco óptico. Los informes fueron analizados por dos revisores de forma independiente con un método estandarizado no ciego.
Resultados: El metanálisis de ensayos clínicos en la hipertensión ocular mostró que la reducción de la presión intraocular tuvo efecto preventivo significativo sobre la progresión del glaucoma (tasa de riesgo 0,56 IC 95% 0,39 a 0,81; p = 0,01; Número necesario de tratar (NNT) = 12). Los datos combinados de los estudios con glaucoma establecido mostraron un retraso significativo en el deterioro del campo visual (tasa de riesgo 0,65 IC 95% 0,49 a 0,87; p = 0,003; NNT = 7) y un análisis de subgrupo, no significativo, mostró un mayor efecto en pacientes con glaucoma con presión elevada y un efecto reducido en pacientes con presión normal.
Conclusiones: La disminución de la presión ocular en pacientes con hipertensión ocular o glaucoma establecido es beneficiosa para reducir el riesgo de pérdida del campo visual a largo plazo.
Metformina para la diabetes mellitus tipo 2. Revisión sistemática y metaanálisis
Sáenz Calvoa A et al.
Aten Primaria 2005;36:183-191
Objetivo: Evaluar la eficacia de la metformina frente a placebo, dieta, antidiabéticos orales o insulina en la diabetes mellitus tipo 2.
Diseño: Revisión sistemática.
Fuentes de datos: MEDLINE (1966-2003), EMBASE (1974-2003), LILACS (1986- 2003), Cochrane library (Issue 3, 2003).
Selección de estudios: Se seleccionaron 29 ensayos clínicos aleatorizados de metformina en monoterapia, con resultados sobre mortalidad, morbilidad y bioquímica.
Extracción de datos: Programa informático RevMan 4. Dos revisores extrajeron los datos y evaluaron la calidad. Variables principales: Cualquier acontecimiento clínico relacionado con la diabetes (mortalidad, coronariopatía, ictus, nefropatía, arteriopatía y retinopatía). Variables secundarias: peso y bioquímica.
Resultados: Se analizaron 29 ensayos clínicos con 37 comparaciones de metformina (13 con sulfonilureas, 12 con placebo, 3 con dieta, 3 con tiazolidindionas, 2 con inhibidores de la α-glucosidasa, 2 con insulina y 2 con meglitinidas). La metformina mostró mayor beneficio que las sulfonilureas o la insulina para cualquier acontecimiento clínico relacionado con la diabetes (riesgo relativo = 0,78; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,65 a 0,94) y que la dieta (riesgo relativo = 0,74; IC del 95%, 0,60 a 0,90). La metformina disminuyó la hemoglobina A1 glucosilada (diferencia media ponderada: 1,21%; IC del 95%, 1,48 a 0,94), colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad (diferencia media ponderada: 0,24; IC del 95%, 0,40 a 0,09) y peso (diferencia media estandarizada: 0,11; IC del 95%, 0,18 a 0,04). La metformina presentó mayor beneficio que el placebo, la dieta o las tiazolidindionas en la hemoglobina A1 glucosilada, y que las sulfonilureas o la insulina en el peso.
Conclusiones: A largo plazo la metformina disminuye el riesgo de acontecimientos clínicos relacionados con la diabetes. No existen ensayos clínicos a largo plazo que comparen con metformina los inhibidores de la α-glucosidasa, meglitinidas y tiazolidindionas, en resultados primarios. Las diferentes intervenciones comparadas con metformina no obtuvieron más beneficio para los resultados secundarios evaluados.
Darbepoetina alfa: no presenta ventajas para tratar la anemia inducida por la quimioterapia (Darbepoetin alfa in chemotehrapy-induced anaemia: No proven advantage)
Rev Prescrire 2005;25(262):412-416
Traducido por Núria Homedes
Los tratamientos disponibles para la anemia en pacientes tratados con quimioterapia incluyen: transfusión de sangre y epoetina alfa y beta. Estas epoetinas corrigen la anemia en un 40 a 65% de los pacientes y reducen el número de pacientes que requieren transfusión durante el segundo y tercer mes de tratamiento en un 12-35%, en términos absolutos.
La darbepoetina alfa es más glicosilada que la epoetina alfa y beta. En casos de fallo renal no es más efectiva que los otros dos medicamentos. La darbepoetina alfa está aprobada para el tratamiento de la anemia en pacientes que están recibiendo quimioterapia para cánceres no mieloides.
Dos estudios controlados con placebo que pretendían determinar la dosis y dos ensayos controlados con placebo que involucraron a un total de 1.000 pacientes han demostrado que la darbepoetina alfa disminuye el número de pacientes que precisan transfusión en un 17-25% en términos absolutos, y esto probablemente reduce la fatiga. Sin embargo, una cuarta parte de los pacientes que reciben darbepoetina recibieron transfusión.
Mientras no haya comparaciones fiables, no hay evidencia clara de que la darbepoetina alfa sea más efectiva que las otras epoetinas.
Según los informes relativamente imprecisos de la compañía, la darbepoetina alfa incrementó el riesgo de que ocurriese un problema tromboembólico durante los ensayos clínicos (6% versus 3%), incluyendo embolismo pulmonar (1,3% versus 0%); la compañía también dice que la darbepoetina alfa no aumenta el riesgo de hipertensión arterial, un efecto clásico de la epoetina que se menciona en el resumen de las características del producto (SPC). Los ensayos clínicos controlados con placebo y los estudios para determinar la dosis no demostraron que tuviera ningún efecto sobre la progresión del cáncer, pero el período de seguimiento fue corto y no se puede descartar que tenga un efecto negativo. La compañía dice que no ha habido casos de eritroblastopenia entre los 70.000 pacientes que han recibido tratamiento.
Según el SPC, se puede dar darbepoetina alfa una vez cada tres semanas, mientras que la epoetina alfa y beta tienen que administrarse semanalmente. Sin embargo se desconoce el esquema ideal de administración de epoetina. La terapia con epoetina tarda varias semanas en corregir la anemia, mientras que la transfusión tiene un efecto inmediato.
En la práctica, la darbepoetina alfa es más fácil de administrar que la epoetina alfa y beta, pero las ventajas de estos productos con respecto a la transfusión no están claras.
Antagonistas de los receptores de la angiotensina II y fallo cardíaco (Angiotensin II receptor antagonists and heart failure)
Rev Prescrire 2005;25(261):367-374
Traducido por Núria Homedes
Los inhibidores del enzima conversora de angiotensina siguen siendo el tratamiento de primera línea.
Algunos inhibidores de la enzima conversora de angiotensina (inhibidores IECA) reducen la mortalidad en los pacientes con insuficiencia cardíaca (captopril, enalapril, ramipril y trandolapril), y en pacientes con un infarto de miocardio reciente y fallo cardíaco o fallo ventricular izquierdo importante (captopril, ramipril y trandolapril).
Los antagonistas del receptor de angiotensina II, también conocidos como bloqueadores del receptor de angiotensina, tienen efectos hemodinámicas parecidos a los de los inhibidores IECA, pero difieren en su mecanismo de acción y en ciertos efectos adversos.
Cinco ensayos clínicos han evaluado a los antagonistas del receptor de angiotensina II (candersatán, losartán y valsartán) en términos de su efecto en la mortalidad y en el riesgo de deterioro clínico en pacientes con insuficiencia cardíaca sintomática, pero sin fallo renal severo, hiperpotasemia o hipotensión. En estos ensayos, el candesartán y el valsartán, se utilizaron en dosis mucho más altas que las recomendadas para la hipertensión.
En pacientes con insuficiencia cardíaca que en el momento de inscribirse en el estudio no estaban tomando antagonistas del receptor de angiotensina II o inhibidores IECA, no se detectaron diferencias significativas entre el losartán y el captopril en términos de mortalidad o riesgo de deterioro clínico.
En pacientes con insuficiencia cardíaca que habían dejado de tomar inhibidores IECA por sus efectos adversos, el candesartán no tuvo ningún efecto en la mortalidad cuando se comparó con placebo, pero redujo el riesgo de deterioro clínico (3 hospitalizaciones anuales menos por 100 pacientes). Sin embargo, el candesartán estaba asociado con efectos adversos como el fallo renal y la hiperpotasemia, especialmente en pacientes que habían experimentado estos efectos adversos mientras tomaban inhibidores IECA.
En pacientes con insuficiencia cardiaca que estaban recibiendo tratamiento con inhibidores IECA, el complementar el tratamiento con candesartán o valsartán no tuvo un impacto en la mortalidad al compararse con placebo. El añadir el candesartán o valsartán redujo el riesgo de hospitalización (de una a tres hospitalizaciones menos por año por 100 pacientes) pero aumentó el riesgo de fallo renal e hiperpotasemia.
No hay estudios que comparen lo que ocurre al añadir espironolactona o antagonistas del receptor de la angiotensina II al tratamiento de pacientes con insuficiencia cardíaca y disnea incapacitante a pesar de estar recibiendo tratamiento con inhibidores IECA y diuréticos. Cuando se añade espironolactona en este tipo de pacientes se previenen entre 5-6 muertes por año por 100 pacientes.
En pacientes con insuficiencia cardíaca que no tienen muy alterada la contractibilidad cardíaca, el candesartán no parece tener ventajas sobre el placebo.
En algunos de estos ensayos, entre los pacientes en tratamiento con beta-bloqueantes, la mortalidad fue superior en el grupo tratado con antagonistas del receptor de angiotensina II que en el grupo placebo.
Dos ensayos clínicos compararon los antagonistas del receptor de angiotensina II con los inhibidores IECA en pacientes con infarto de miocardio reciente que han tenido insuficiencia cardíaca y alteración de la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, pero que no han tenido hipotensión o fallo renal severo. Sin embargo, no hay ensayos clínicos comparados con placebo que hayan estudiado el efecto de los antagonistas del receptor de angiotensina II en la mortalidad.
En pacientes con infarto de miocardio reciente, estos ensayos demostraron que no había diferencia en la mortalidad entre el tratamiento con antagonista del receptor de la angiotensina II (losartán o vasartán) y captopril. No descartaron la posibilidad de que esos antagonistas del receptor de la angiotensina II sean moderadamente menos efectivos que el captopril. Añadir valsartán a los que ya están recibiendo tratamiento con captopril no reduce la mortalidad ni la morbilidad cuando se compara con los que reciben placebo, pero sí aumenta el riesgo de efectos adversos.
En general, estos ensayos confirman las ventajas de los antagonistas del receptor de angiotensina II por encima de los inhibidores IECA en lo que respecta a los efectos adversos (tos, erupciones cutáneas, etc.). Sin embargo las dos clases de medicamentos tienen efectos adversos severos como hiperpotasemia, fallo renal e hipotensión. En un ensayo, el angioedema fue menos frecuente en los tratados con inhibidores del receptor de angiotensina II (un caso menos por 500 pacientes).
Aspectos específicos de la mujeres en la farmacoterapia de las enfermedades cardiovasculares (Female-specific aspects in the pharmacotherapy of chronic cardiovascular diseases)
Jochmann N et al.
European Heart Journal 2005;26:1585-1595
Traducido por Martín Cañás
Las diferencias en la farmacocinética, farmacodinamia, y en la fisiología contribuyen al fenómeno de que las mujeres y los hombres frecuentemente respondan en forma diferente a los fármacos cardiovasculares.
Además las influencias hormonales pueden desempeñar un papel importante: por ejemplo, el ciclo menstrual, la menopausia, y el embarazo (como resultado de fluctuaciones en concentraciones de los esteroides sexuales, y de cambios en el agua corporal total). Estos cambios pueden afectar los niveles plasmáticos de los medicamentos cardiovasculares, es decir que estos medicamentos pueden actuar de forma diferente según el sexo del paciente. Son de especial importancia los medicamentos con un margen terapéutico estrecho.
Esta revisión trata las diferencias farmacodinámicas más relevantes según el género, y examina las pruebas disponibles sobre los beneficios del tratamiento de las enfermedades cardiovasculares crónicas en mujeres. En conjunto, la situación es menos favorable para las mujeres que para los hombres: debido al hecho de que las mujeres están sub-representadas en la mayoría de los estudios, y que se han llevado a cabo pocos análisis género-específicos.