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Ventana Abierta

EL AUMENTO DEL PRECIO DE LOS MEDICAMENTOS
Donald W Light
Senior Fellow, Center for Bioethics, University of Pennsylvania y Professor of Comparative Health Care, University of Medicine & Dentistry of New Jersey

Traducido por Núria Homedes

La administración del presidente Bush está trabajando discreta pero decididamente para que los medicamentos en EE.UU. sigan teniendo un precio elevado, y esto lo saben pocos legisladores y votantes que quieren que se abaraten los medicamentos. La estrategia diseñada por la industria farmacéutica consiste en amenazar a los otros países con limitar el acceso al cuantioso mercado estadounidense si no prohíben la exportación de sus medicamentos más baratos a pacientes estadounidenses, empresarios y estados que quieren abaratar sus costos a través de su reimportación.

Esta es la primera de las tres cláusulas que la administración de Bush quiere que se incluya en los tratados de libre comercio que se están negociando. La segunda cláusula atrasaría cinco años la comercialización de los medicamentos genéricos, y la tercera también alargaría el período de protección de las patentes. El Congreso ya ha aprobado uno de esos tratados, y otros están a punto de completarse. Después de las elecciones, Canadá se ha convertido en uno de los objetivos.

Estas cláusulas contra el libre comercio significan que los estadounidenses no podrán acceder a medicamentos más baratos en ningún otro país. Lo que hacen es ilegalizar la reimportación. También pretenden aumentar el precio de los medicamentos en el extranjero y elevar los precios mundiales de los medicamentos patentados para que así los medicamentos de segunda y tercera línea sean también más caros. El objetivo de la industria farmacéutica y de la administración de Bush es conseguir que los precios en Canadá sean los mismos que en EE.UU. -una práctica anti-competitiva de fijación de precios a escala internacional.

La campaña de Bush va a establecer mecanismos para que los precios de los medicamentos permanezcan muy altos para millones de trabajadores, incluyendo minorías pobres e inmigrantes. Los precios elevados crean problemas de acceso para personas con ingresos moderados y obstruyen los esfuerzos para reducir las diferencias en los niveles de salud entre pobres y ricos. Es por esto que esta campaña denigra el esfuerzo que se está haciendo para reducir las inequidades en salud y aumentar la productividad ofreciendo tratamiento a los trabajadores cuando se enferman. La campaña de Bush también daña a la industria manufacturera al aumentar los costos de la salud y reducir su competitividad en los mercados internacionales.

La explicación que da la industria farmacéutica y el gobierno para justificar esta política de defender los precios altos es que el resto de países deben pagar también los costos de la investigación y dejar de beneficiarse de los precios altos que pagan los estadounidenses, porque según esta línea de razonamiento, gracias a ello la industria farmacéutica consigue suficientes ingresos para seguir investigando. Pero los datos de la industria farmacéutica revelan que esto es un mito: las compañías que hacen investigación en otros países recuperan sus inversiones todos los años, simplemente a través de sus ventas nacionales a precios más baratos. Es más, los precios más baratos de Europa y Canadá no están amenazando a la investigación, como dice el congresista Norwood de Georgia en una serie de cartas dirigidas a todos los que quieran oír. Los presupuestos de investigación de países que menciona Norwood, como Alemania y España, han ido aumentando durante muchos años. Los equipos de investigación europeos han descubierto proporcionalmente más medicamentos nuevos que los grupos americanos, y lo han hecho durante muchos años.

La industria farmacéutica ha invertido millones en fabricar rumores falsos y darlos a conocer hasta que ha conseguido que la gente crea que toda la investigación se hace en EE.UU. y que los estadounidenses pagamos por ella al pagar precios elevados. Esto le recuerda a uno la campaña que hizo Bush cuando quería ser gobernador de Texas. En la campaña, tanto Bush como el director de la campaña, Carl Rove, aterrorizaron a la gente diciendo que con la administración anterior había aumentado el crimen, cuando en realidad había disminuido. Nadie quiere ver la evidencia, y lo que sucede es que los estadounidenses están pagando superprecios para producir superbeneficios. Estos beneficios sirven para financiar a más de 620 cabilderos, casi dos por congresista. Ellos dicen que no hacen nada para mantener los precios elevados que sirven para que les paguen sus honorarios de consultores. Los beneficios también financian a los políticos. El año pasado la industria farmacéutico hizo donaciones a los representantes Billie Tauzin por un total de US$211.249, a Hill Thomas US$322.514, a Nancy Johnson US$336.908, y al Presidente Bush US$891.208. Se puede decir que ellos, y otros miembros del equipo de Bush, son los mejores cabilderos que la industria ha tenido, el problema es que también escriben leyes y dicen que representan los deseos de los votantes.

Lo que hace falta es libre comercio de medicamentos incluyendo los patentados, de la misma forma que existe libre comercio de otros productos, y no “reimportación”. Esta nomenclatura falsa parece ser un acto poco natural, y de cualquier manera casi todos los medicamentos estadounidenses son productos del mercado global. Sus ingredientes activos provienen de Asia y se compran por toneladas o por tanques. Muchas compañías producen sus medicamentos en el extranjero para evitar pagar impuestos en el precio al por mayor, que puede representar entre 30 y 50 veces el costo de manufactura. Es por esto que unos precios bajos serían suficientes para cubrir los costos de investigación y además dejar beneficios. Vale la pena recordar que los precios más baratos que tienen los medicamentos en el extranjero son el resultado de descuentos negociados, igual que se negocian los precios para los mayoristas en EE.UU. Bush, en lugar de promover el libre comercio para conseguir mejores precios, está haciendo campaña para ilegalizar el libre comercio y mantener los precios elevados.

 

modificado el 28 de noviembre de 2013