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Japoneses le ponen "peros" a la vacuna contra el papiloma
Pablo Correa
El Espectador.com, 6 de agosto de 2013
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La misma semana en que el gobierno de EE UU anunció que haría esfuerzos por incrementar la tasa de vacunación contra el Virus del Papiloma Humano entre las adolescentes, el Ministro de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón enviaba un mensaje totalmente contrario a sus funcionarios: no suspender la vacunación pero tampoco promoverla.
La inesperada cautela de los japoneses frente a un tratamiento que hasta ahora ha demostrado ser altamente efectivo en la prevención de una de las principales causas de muerte entre mujeres, el cáncer de cuello uterino, tomó por sorpresa a los médicos, padres de familia, fabricantes de la vacuna y a expertos en general.
“Esta decisión no significa que la vacuna en si misma sea problemática desde un punto de vista de seguridad”, dijo Mariko Momoi, una de los expertos comisionados para resolver la controversia provocada por reportes sobre posibles efectos adversos generados tras la aplicación de la vacuna: “Investigando podremos ofrecer información que permita a las personas sentirse más tranquilas”.
Según un reporte del periódico Japan Times, hasta diciembre de 2012 Japón había promovido un masivo plan de vacunación llegando a inmunizar contra el virus del papiloma humano a 8,29 millones de personas. Y hasta marzo de 2013 las autoridades habían recibido 1968 reportes de efectos adversos. De estos, 106 fueron catalogados como casos serios de dolor, convulsiones y dificultad para caminar.
Los efectos adversos son comunes en cualquier tratamiento médico. La diferencia está en la cantidad y gravedad con que se presenten. De acuerdo con las cifras que hasta ahora han sido divulgadas en medios japoneses, el riesgo de efectos adversos es de 12,8 casos por cada millón de inoculaciones. De confirmarse y resultar cierta, esta cifra sería mayor a la que se presenta con la aplicación de una vacuna como la influenza (0,9 casos por cada millón) o la dela polio (2,1 casos por cada millón). Y mucho menor que los casos que se presentan con la vacuna contra la encefalitis (26 casos por millón).
Tan pronto se conoció la decisión del gobierno japonés, voceros del laboratorio Merck, uno de los dos fabricantes de la vacuna (Gardasil), negaron que hasta ahora se haya establecido una relación causal entre la vacuna y los síntomas que han presentado las personas vacunadas, pero reconocieron la ansiedad que provoca una situación como esta entre la población: “continuaremos colaborando con las autoridades para monitorear y verificar los datos que permitan reasumir la promoción de la vacunación contra el virus del papiloma”. El otro laboratorio fabricante es GlaxoSmithKline (Cervarix) quien señaló que no existe evidencia sobre dolores relacionados con la utilización de su producto.
La razón por la que los gobiernos, entre ellos el colombiano, han impulsado activamente la vacuna es porque ha demostrado una alta efectividad en la prevención del cáncer de cuello uterino. Un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos mostró una reducción de la infección por el virus de 56% entre adolescentes de 14 a 19 años.
Raúl Murillo, director del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia dice estar sorprendido con el anuncio de los japoneses pero advirtió que hasta ahora ningún otro sistema de vigilancia, ni en Europa ni en EE UU, ha enviado alertas sobre el uso de la vacuna. “Ningún ensayo clínico ha mostrado una tasa de eventos adversos que justifique la suspensión de la vacunación”, explicó Murillo.
Para el médico e investigador colombiano la vacuna contra el virus del papiloma humano ha estado desde el principio rodeada de polémica. En primer lugar, se trata de una vacuna que hasta el momento la OMS recomienda aplicar sólo en mujeres mientras todas las otras vacunas se aplican por igual en hombres y mujeres. Una segunda particularidad, es que está indicada en niñas preadolescentes y adolescentes antes del inicio de su actividad sexual lo que despierta algunos tabúes sociales. “Es normal que haya reacciones políticas, religiosas y sociales. Que cada uno vea una oportunidad para batallar contra la vacuna”, concluyó Murillo sin antes advertir que por ahora es difícil cualquier opinión hasta que no se conozcan datos confiables.
En Colombia el plan de vacunación está dirigido a unas 400.000 niñas matriculadas en quinto grado de primaria. Hasta ahora la cobertura de vacunación ha sido del 80% aproximadamente. Con esto se espera reducir la mortalidad por cáncer de cuello uterino de 8 casos por cada 100.000 habitantes, a menos de 5 por cada 100.000.
Para Gloria Inés Sánchez, investigadora de la Universidad de Antioquia y directora del grupo Infección y Cáncer, “los efectos adversos que se han presentado con esta vacuna no son distintos a los de otras vacunas”. Insistió en que hasta ahora ninguna autoridad de salud confiable, como la OMS o los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades en EE UU ha enviado ninguna señal de alarma (CDC).
La investigadora colombiana recordó que esta vacuna diseñada para prevenir una enfermedad de trasmisión sexual ha despertado la suspicacia de muchos grupos religiosos: “Estos grupos han sido muy exitosos en propaganda. Tiene dinero. Han hecho fuerte lobby”.
Uno de estos grupos que batalla contra la aplicación de la vacuna es la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (http://www.aavp.es/inicio/). En su portal se autodeclaran como “una asociación sin ánimo de lucro que tiene como fin trabajar por una asistencia médica digna para las personas afectadas por los efectos adversos de la vacuna del papiloma humano”. Una rápida visita de la página permite descubrir su influencia religiosa más que científica.
Nota del Editor: Salud y Fármacos no considera que la vacuna del VPH sea prioritaria y los invita a leer el artículo que Justicia i Salut ha escrito sobre la aplicación de esta vacuna en el ámbito español que se encuentra en la Sección de Prescripción, Farmacia y Utilización