ENSAYOS CLÍNICOS
Investigaciones
Midiendo lo que los sujetos saben y su evolución en los ensayos clínicos que involucran al sistema nervioso central: retos y oportunidades para las pruebas neuropsicológicas
(Measuring how well subjects know and do in CNS trials: challenges and opportunities for neuropsychological testing)
Premier Research, Junio de 2014
http://premier-research.com/images/uploads/06.12.14_pr_Neuroscience_whitepaper.pdf
Traducido por Emilio Pol Yanguas
Introducción
Los problemas de salud que involucran el sistema nervioso central (SNC), incluyendo los problemas psiquiátricos, neurológicos y de adicciones, representan el 13% de la carga de enfermedad a nivel mundial, superando al cáncer y las enfermedades cardiovasculares [1]. Los trastornos del SNC representan una importante oportunidad para la innovación terapéutica, sin embargo en los últimos años se ha producido un importante descenso, incluso abandono, de la inversión en enfermedades neuropsiquiátricas [2]. Lo riesgos asociados al desarrollo de nuevos medicamentos para condiciones psiquiátricas poco comprendidas se consideran demasiado grandes [2,3].
Actualmente, la mayoría de los ensayos clínicos (EC) para el SNC se centran en pruebas neuropsicológicas como variables de resultado para medir eficacia, seguridad y tolerabilidad. Desafortunadamente, los instrumentos disponibles para las pruebas neuropsicológicas son en ocasiones subjetivos y hay muchas circunstancias que pueden influir en la obtención de resultados variables. Además de que su administración requiere bastante tiempo, se puede necesitar equipamiento especializado, entrenamiento especial y áreas adaptadas para la realización de las pruebas, y todo esto contribuye al costo del ensayo [4]. En muchos casos, los patrocinadores de los ensayos clínicos en neuropsiquiatría se enfrentan con el reto de identificar variables de resultado conductuales, cognitivas o funcionales que sean relevantes tanto a efectos clínicos como reguladores, guiados por una base de evidencia limitada e inadecuadamente desarrollada.
Patrocinadores e investigadores necesitan comprender completamente las regulaciones y guías existentes que se relacionan con la evaluación clínica de medicamentos neuropsiquiátricos, para así poder utilizar o desarrollar evaluaciones neuropsicológicas, o métodos alternativos, exactos, específicos y coste-efectivos, que permitan medir la eficacia, seguridad y tolerabilidad de estos medicamentos tan necesarios.
Retos en los ensayos clínicos para el SNC
Casi 60 millones de americanos, uno de cada cuatro americanos adultos, padecen desde ansiedad, depresión o demencia hasta esquizofrenia, trastorno de hiperactividad por déficit de atención o adicción. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, las enfermedades neurológicas y los trastornos psiquiátricos graves cuestan a los EEUU, más de 317.000 millones de dólares anuales en cuidados de salud, pérdidas de salarios, y beneficios por discapacidad [5].
Los tratamientos para trastornos psiquiátricos comprendieron aproximadamente el 21% del mercado farmacéutico en 2007, con más de 95.000 millones de dólares en ventas [6]. El declive en el valor global del mercado de medicamentos para el SNC hasta un valor estimado de 78.000 millones de dólares en 2010, refleja tanto la competición de los genéricos a las moléculas de mayores ventas, como el descenso en las inversiones por el prolongado, costoso e incierto proceso de desarrollo de nuevos fármacos. El tiempo y los gastos asociados con la comercialización de un nuevo medicamento para el SNC es superior al del resto de las áreas terapéuticas, requiriendo un promedio de 8,1 años y 850 millones de dólares en costes directos durante las fases II y III de los ensayos clínicos [7]. Además, solo el 8,2% de los fármacos candidatos para el SNC son eventualmente aprobados para ser utilizados en pacientes, frente al 15% en el conjunto global de los fármacos candidatos [8].
Aunque los reguladores han proporcionado guías, el desarrollo de fármacos para el SNC se complica por la falta relativa de modelos establecidos para validar el concepto y/o biomarcadores para las enfermedades del SNC, lo que se deriva de la dificultad inherente para demostrar la eficacia y seguridad de los tratamientos para enfermedades psiquiátricas o neurológicas cuya patofisiología subyacente no es bien conocida [9]. Por ejemplo, es difícil determinar si una mejora en la función cognitiva en la enfermedad de Alzheimer o una reducción en la hiperactividad en el trastorno de hiperactividad por déficit de atención, son el resultado de la acción del fármaco o simplemente una fluctuación del curso natural de la enfermedad [8]. En consecuencia, muchos de los fármacos actualmente utilizados para el tratamiento de trastornos del SNC fueron originalmente derivados de investigación empírica y su utilidad para facilitar información en el descubrimiento de nuevos tratamiento está limitada a las acciones de los fármacos por sí mismos, más que en una clara comprensión de los mecanismos de la enfermedad [10].
Los ensayos clínicos de muchas enfermedades del SNC, que no se detectan a través de signos en los exámenes físicos o de marcadores bioquímicos subrogados establecidos, utilizan pruebas neuropisiclógicas para medir los resultados. Aunque se utilizan ampliamente en investigación y en la práctica clínica, los instrumento neuropisiclogicos existentes en la actualidad son excesivamente propensos a la subjetividad y están fuertemente influidos por varias fuentes de variabilidad. Para hacer evaluaciones sólidas utilizando pruebas neuropsicológicas en los ensayos clínicos del SNC, los patrocinadores e investigadores necesitan ser conscientes de los valores, limitaciones y potencial de futuro de estas pruebas.
Alcance de las pruebas neuropsicológicas
Las pruebas neuropsicológicas son el patrón actual para medir el efecto de los fármacos para el SNCsobre la funciones cognitiva, motora, comportamental, lingüística, y ejecutiva, en los ensayos clínicos. Las pruebas neuropsicológicas pueden ser útiles para evaluar múltiples dominios de las funciones neuropsicológicas, incluyendo [11]: funcionamiento intelectual, logros académicos, procesamiento del lenguaje, procesamiento viso-espacial, atención y concentración, aprendizaje y memoria verbal, aprendizaje y memoria visual, funciones ejecutivas, rapidez de procesamiento, funciones senso-perceptivas, rapidez y fuerza, motivación y validación de síntomas, personalidad y humor.
Tabla 1. Pruebas neuropsicológicas usadas comúnmente [11, 12, 13, 14, 15]
Dominio |
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Funcionamiento intelectual |
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Logros académicos |
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Procesamiento del lenguaje |
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Procesamiento viso-espacial |
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Atención y concentración |
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Aprendizaje y memoria verbal |
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Aprendizaje y memoria visual |
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Funciones ejecutivas |
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Rapidez de procesamiento |
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Funciones sensoperceptivas |
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Rapidez y fuerza de motriz |
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Motivación y validación de síntomas |
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Personalidad y humor |
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Frecuentemente, las pruebas neuropsicológicas se administran en combinación con baterías de pruebas normalizadas para la evaluación de múltiples funciones neuropsicológicas. También se utilizan en conjunción con resultados de exámenes clínicos e informes realizados por pacientes y familiares.
Baterías de pruebas neuropsicológicas para poblaciones específicas de pacientes
Además de las baterías tradicionales de pruebas neuropsicológicas para evaluar globalmente la función cognitiva, se han desarrollado baterías de pruebas para examinar determinadas condiciones del SNC, como: demencia de Alzheimer (CERAD), esquizofrenia (MATRICS), esclerosis múltiple, demencia por VIH, enfermedad de Parkinson, epilepsia (EpiTRAX), conmoción cerebral en el deporte (SAC).
Estas baterías de pruebas neuropsicológicas para enfermedades específicas pueden ayudar a clarificar las medidas cognitivas necesarias para definir una vía para la aprobación de medicamentos por los organismos reguladores [16].
Normalización de las pruebas neuropsicológicas
En un esfuerzo por facilitar la comparación de resultados entre estudios y permitir la agregación de información significativa en meta-análisis, el instituto nacional para enfermedades del SNC y accidentes cerebrovasculares (NINDS), ha iniciado el proyecto de datos elementales comunes (CDE) para desarrollar un patrón de datos para la investigación clínica. El proyecto CDE incluye pruebas neuropsicológicas y puede ser un recurso útil para patrocinadores e investigadores en el diseño, ejecución e interpretación de datos de ensayos clínicos del SNC.
Limitaciones de las pruebas neuropsicológicas
Mientras que las pruebas neuropsicológicas proporcionan conocimientos más allá de los que pueden obtenerse a través de neuroimagen, la mayoría de estas pruebas requieren ser interpretadas por un neuropsicólogo experimentado. Los resultados de ciertas pruebas deben interpretarse en el contexto de la edad, género, bagaje educativo y cultural del paciente, todo lo cual influye en el desempeño y las conclusiones que pueden extraerse de la prueba. Los resultados pueden también verse impactados por el estado mental o funcional del sujeto. En pacientes gravemente comprometidos, como aquellos con demencia avanzada, daño cerebral traumático temprano, o trastornos psiquiátricos graves, el valor de las pruebas neuropsicológicas puede ser limitado. Para complicar más el problema, relativamente pocas pruebas neuropsicológicas existentes tienen un patrón de comparación que haya surgido de valores poblacionales, de modo que los resultados delos ensayos para el SNC requieren neuropsicólogos experimentados e investigadores entrenados que comprendan los matices de evaluar resultados subjetivos [11].
Cada prueba neuropsicológica tiene sus fortalezas y debilidades relacionadas con la confianza, validez, sensibilidad, y especificidad.
Confianza o fiabilidad
La confianza o fiabilidad o precisión se refiere a la consistencia con que se obtiene la misma información con una prueba o serie de pruebas [11]. Muchas pruebas neuropsicológicas se administran con lápiz y papel, y luego son interpretadas por neuropsicólogos experimentados (evaluadores), de modo que están sujetas a fuentes de variabilidad:
Validez
La validez se refiere a la capacidad de la prueba para medir lo que quiere medir. Hay diferentes tipos de validez, incluyendo [11]:
La mayoría de las pruebas neuropsicológicas se desarrollaron como indicadores de la función o disfunción cerebral, y fueron validados frente a datos neuroquirúrgicos, neurológicos o neurorradiológicos, en lugar de conductas del mundo ordinario. No obstante, se ha observado que el rendimiento en las pruebas de función motora, rapidez de procesamiento, atención y memoria correlacionan bien con las capacidades en el mundo real [11].
En algunos casos, sin embargo, la validez delas pruebas neuropsicológicas puede estar influenciada, o cuestionada, por la motivación de un paciente, el ambiente de la prueba, o incluso la prueba en sí misma. Por ejemplo, en el trastorno de hiperactividad por déficit de atención, puede que el procedimiento de la prueba suponga un tratamiento temporal del trastorno, ya que supone una nueva experiencia que tiene lugar en un sitio tranquilo, con atención individualizada. Esta novedad puede capturar la atención del paciente lo suficiente como para enmascarar temporalmente la hiperactividad y el déficit de atención subyacente [11, 17].
Sensibilidad y especificidad
La sensibilidad refleja la capacidad de la prueba para identificar individuos que tiene el trastorno, mientras que especificidad se refiere a la capacidad de la prueba para separar individuos con una determinada anormalidad de otros con otras anormalidades diferentes o sin anomalías. Algunas pruebas neuropsicológicas, como el “Stroop test”, muestran un alto nivel de especificidad pero un bajo nivel de sensibilidad, o viceversa [11]. En consecuencia, al elegir una prueba neuropsicológica para utilizar en ensayos clínicos del SNC, patrocinadores e investigadores necesitan balancear la sensibilidad y especificidad de la prueba con la finalidad de cumplir con sus objetivos primarios. La revisión de la bibliografía existente puede ayudar a determinar qué pruebas son más sensibles y específicas para la condición del SNC, constructo psicológico, o síntoma que se está estudiando.
Guías de las entidades reguladoras para los ensayos clínicos del SNC
Para establecer un perfil riesgo-beneficio favorable de los medicamentos para el SNC, los patrocinadores necesitan comprender los requisitos de los organismos reguladores sobre las variables de resultados de los ensayos clínicos y el perfil de efectos adversos. Tanto la FDA como la EMA, han emitido extensas guías para la investigación clínica de medicamentos para el tratamiento de trastornos del SNC. Estos documentos-guía incluyen recomendaciones específicas para categorías de medicamentos del SNC y para condiciones o enfermedades, así como recomendaciones generales para la evaluación de riesgos y notificación de efectos adversos.
Ejemplos de guías relativas a categorías de medicamentos
FDA Guidance for Industry – Guidelines for the Clinical Evaluation of Hypnotic Drugs [18]
FDA Guidance for Industry – Guidelines for the Clinical Evaluation of Antidepressant Drugs [19]
FDA Guidance for Industry – Guidelines for the Clinical Evaluation of Antianxiety Drugs [20]
FDA Guidance for Industry – Guidelines for the Clinical Evaluation of Psychoactive Drugs in Infants and Children [21]
Nota: En estas guías, la FDA reconoce la escasez de medidas de laboratorio objetivas para determinar la eficacia, y alienta a los patrocinadores a desarrollar nuevas, y potencialmente útiles, aproximaciones para la evaluación de medicamentos.
Ejemplos de guías relativas a condiciones y enfermedades específicas
FDA Guidance for Industry – Alzheimer’s Disease: Developing Drugs for the Treatment of Early Stage Disease [22]
EMA Guideline on medicinal products for the treatment of Alzheimer’s disease and other dementias [23]
EMA Guideline on the clinical investigation of medicinal products for the treatment of attention deficit hyperactivity disorder [24]
Ejemplos de guías relativas a la evaluación de riesgos y eventos adversos
FDA Guidance for Industry – Premarketing Risk Assessment [25]
FDA Guidance for Industry – Postmarketing Adverse Experience Reporting for Human Drug and Licensed Biological Products: Clarification of What to Report [26]
FDA Guidance for Industry – Suicidal Ideation and Behavior: Prospective Assessment of Occurrence in Clinical Trials [27]
Determinar los tipos de medidas y pruebas necesarias para lograr el permiso de comercialización requiere que el patrocinador navegue por estas guías, y los patrocinadores puede que no siempre estén al tanto de cuales de estas guías aplican a la enfermedad del SNC y a la población de pacientes que intentan estudiar. Además, las sustancias psicoactivas pueden estar sujetas a regulaciones locales o regionales que varían de un país a otro. Llevar a cabo una revisión de los estudios pivotales de fase II y III de los medicamentos para el SNC que han sido aprobados puede ayudar a los patrocinadores a aprender sobre los tipos de pruebas neuropsicológicas y los análisis que las agencias reguladoras consideran para demostrar la eficacia, seguridad y tolerabilidad de los productos.
Los medicamentos que actúan centralmente pueden asociarse a riesgos especiales de seguridad, tales como tendencias suicidas, posibilidad de abuso o dependencia física, deterioro cognitivo y motor, y disfunción sexual, que deben ser tenidos en cuenta en el plan de desarrollo clínico. Estas preocupaciones de seguridad han llevado a que los reguladores se fijen más en los perfiles de riesgo-beneficio de los medicamentos nuevos para el SNC. Un seguimiento temprano y continuo de los indicadores de seguridad a través del desarrollo de medicamentos puede ayudar a evitar retrasos en la revisión por las agencias reguladoras y en la obtención del permiso de comercialización [28].
La retirada de triazolam en el Reino Unido en 1991, tras su asociación con amnesia o reacciones psiquiátricas adversas relacionadas con actos violentos, y las comunicaciones recientes de la FDA sobre el riesgo de deterioro a la mañana siguiente tras el uso de eszoplicona y zolpiden subrayan la necesidad de mejorar las guías y/o entender las medidas por las que se medirá la seguridad y tolerabilidad de los productos, así como la farmacopatofisiología [29, 30, 31]
Estudio de caso: Evaluación del deterioro cognitivo leve en la enfermedad de Alzheimer temprana
El reto de evaluar los cambios cognitivos en la los estadios tempranos de la enfermedad de Alzheimer (EA) puede utilizarse como un ejemplo ilustrativo de la necesidad insatisfecha de un medicamento neuroterapéutico capaz de modificar la enfermedad, así como las limitaciones de las pruebas neuropsicológicas y de las guías que han realizado los organismos reguladores para los ensayos clínicos del SNC. Las terapias actualmente disponibles para EA pueden mejorar algunos de sus síntomas principales, pero por el momento, no hay tratamientos farmacológicos que prevengan, curen o alteren el curso de la fisiopatología subyacente a la EA. En consecuencia, muchos ensayos de demencia se enfocan sobre pacientes en fase prodrómica o con deterioro cognitivo leve, donde la intervención farmacológica puede ser más útil.
Limitaciones de las pruebas neropsicológicas en los estadios tempranos de la EA. La identificación temprana del deterioro cognitivo leve facilita el diagnóstico de pacientes con enfermedad prodrómica y permite el seguimiento de los pacientes, tanto en el contexto de cuidados clínicos y en los ensayos de intervención, cuando el cambio cognitivo es el resultado a medir para evaluar el efecto de los medicamentos en estadios tempranos de la EA. Sin embargo, el deterioro cognitivo leve no es exclusivo de la EA y puede ser consecuencia de enfermedades diferentes con etiologías distintas. Hasta la fecha, no hay una recomendación clara sobre qué prueba neuropsicológica debe utilizarse para diferenciar el deterioro cognitivo leve debido a EA del deterioro cognitivo debido a otras causas en un momento dado del tiempo. Sin embargo, la prueba de “recuerdo libre y con pistas” [Free and Cued Selective Reminding test (FCSRT)] es una prueba neuropsicológica sensible para detectar cambios cognitivos en fases prodrómicas o en estados tempranos de la EA y para distinguir la EA de otras demencias, incluso entre sujetos con altas capacidades cognitivas [32, 33]. Esto puede deberse a que, a diferencia de la mayoría de otras pruebas de memoria, el FCSRT comienza con una fase de estudio de aprendizaje controlado que compensa los déficits de recuperación que pueden producirse en cualquier sujeto anciano sano, pero que tiene poco que ver con los efectos cognitivos asociados a la demencia [32].
Limitaciones de las guías elaboradas por las agencias reguladoras. En febrero del 2013, la FDA publicó su guía para la industria sobre el desarrollo de medicamentos para el tratamiento de estadios tempranos de la enfermedad de Alzheimer. Para ensayos clínicos de la demencia en la EA, tanto la FDA como la EMA requieren variables resultados para medir la eficacia cognitiva y funcional o de deterioro global y la FDA recomienda que los patrocinadores utilicen la prueba de “puntuación clínica de demencias – suma de las cajas” (Clinical Dementia Rating – Sum of Boxes test) para medir ambos dominios. Sin embargo, el deterioro funcional es frecuentemente mínimo o difícil de evaluar en estados más tempranos de la EA. Como resultado, la guía actual de la FDA indica que demostrar un retraso en el empeoramiento puede ser suficiente, pero no proporciona recomendaciones concretas sobre qué prueba neuropsicológica podría considerarse una evaluación cognitiva fiable y válida para uso como variable de resultado principal sobre la que sustentar una autorización de comercialización [22].
Oportunidades para la optimización del uso de pruebas neuropsicológicas en ensayos sobre el SNC
A pesar de los retos asociados a las pruebas neuropsicológicas en el entorno regulador actual, hay estrategias que los patrocinadores pueden utilizar para minimizar la variabilidad o mejorar la utilidad de las evaluaciones neuropsicológicas en ensayos clínicos sobre el SNC.
Entrenamiento de los evaluadores. Las pruebas neuropsicológicas utilizadas para recopilar datos en los ensayos sobre el SNC dejan espacio para la interpretación, tanto por parte del paciente que participa en el estudio como por el investigador. El éxito o fracaso de un ensayo clínico sobre el SNC puede depender de lo bien que se entrene al investigador y al personal del estudio en la recogida de datos, particularmente en estudios globales en los que diferencias en el lenguaje o culturales pueden influir en el resultado. El entrenamiento de la evaluación incluye tutorías sobre convenciones de la puntuación y entrenamiento clínico aplicado, en el que los evaluadores realicen entrevistas bajo la observación de un entrenador experto, lo que puede ayudar a mejorar y mantener un nivel óptimo de entrenamiento y consistencia entre evaluadores [34].
Los estudios han mostrado que los evaluadores entrenados, sea cual sea su nivel de experiencia clínica, mejoran su competencia evaluadora, lo cual contribuye a la consistencia y exactitud de la evaluación, un aspecto importante para documentar la eficacia en los ensayos clínicos de una intervención medicamentosa en el SNC [35].
Combinación de pruebas neuropsicológicas con otros biomarcadores. Avances en neuroimagen e investigaciones en curso sobre la utilidad predictiva o discriminante de bimarcadores moleculares están creando el potencial para utilizar imágenes estructurales y funcionales y/o biomarcadores moleculares para potenciar o validar los resultados de pruebas neuropsicológicas. Además de contribuir a mejorar y comprender la fisiopatología subyacente a las enfermedades psiquiátricas y neurológicas, las técnicas avanzadas de neuroimagen han permitido a los investigadores examinar los efectos de los compuestos investigados sobre el SNC, incluyendo el impacto sobre los patrones de actividad cerebral o velocidad de distribución en los tejidos diana. El nicho de mercado de los biomarcadores del SNC es el que crece más rápidamente entre todos los biomarcadores; y la identificación y validación de biomarcadores anatómicos y moleculares que puedan ser utilizados junto a pruebas neuropsicológicas conducirán a sinergias que aumentarán el valor de estas tres modalidades de diagnóstico o pronóstico de enfermedades del SNC, y para el seguimiento de la progresión de la enfermedad [10, 36].
En esta guía sobre el desarrollo de medicamentos para la EA temprana, la FDA indica que habría que considerar el uso de biomarcadores como un medida de resultado principal subrogada de eficacia o como una medida resultado secundaria de apoyo, siempre que hubiera un amplio acuerdo basado en la evidencia de que el biomarcador elegido refleja una entidad fisiopatológica que es fundamental para el proceso subyacente a la EA [22]. Hasta la fecha, la resonancia magnética (MRI) y la evaluación neuropsicológica son los métodos de primera elección para la EA, pero hay evidencia temprana de que los biomarcadores del SNC pueden ser útiles para predecir la evolución de la EA en pacientes con demencia clínicamente ambigua [37, 38].
Pruebas neuropsicológicas computarizadas. Más allá de las limitaciones impuestas por la fiabilidad, validez, sensibilidad y especificidad, las pruebas de evaluación neuropsicológica tradicional pueden consumir mucho tiempo para el paciente y para el evaluador / administrador de la prueba. La administración de las pruebas neuropsicológicas tradicionales también requieren equipos especiales, la dedicación de áreas especiales para las pruebas y de profesionales experimentados, lo que contribuye a los costes y disminuye la accesibilidad. Las pruebas neurológicas computarizadas tienen el potencial de mejorar la exactitud y reproducibilidad de las medidas de rendimiento y minimizar los factores ambientales e interpersonales que contribuyen a la variabilidad
En 2012, la Academia Americana de Neuropsicología y la Academia Nacional de Neuropsicología emitieron un documento de posicionamiento conjunto sobre los estándares y convenciones adecuadas para los dispositivos de evaluación neuropsicológica computarizada con la finalidad de promover el uso seguro y adecuado de las pruebas computarizadas para maximizar su utilidad clínica. Mientras que algunos de las pruebas neuropsicológicas computarizadas disponibles son adaptaciones de las tradicionales pruebas que se hacían con lápiz y papel, se han desarrollado otras pruebas que se administran mediante computadores para medir dominios específicos del funcionamiento neuropsicológico. Las baterías de pruebas neuropsicológicas computarizadas actuales incluyen [4]:
Las pruebas neuropsicológicas computarizadas están disponibles y son fáciles de administrar y puntuar, pero los resultados de las pruebas requieren interpretación por un médico o psicólogo cualificado. Aunque aún se necesita establecer la validez de importantes aspectos de la medición en comparación con las pruebas neuropsicológicas tradicionales, los estudios clínicos de pruebas concretas como la escala de puntuación de depresión de Hamilton y de ansiedad de Hamilton han demostrado equivalencia entre la evaluación realizada por clínicos y por computadoras [39,40].
Es importante notar que la FDA haya mostrado su disposición a aprobar medicamentos para el SNC basándose en pruebas cognitivas computarizadas al aprobar la eszoplicona (Lunesta®) en 2004. Después de que la FDA solicitara análisis adicionales de efectos adversos relacionados con la memoria y el deterioro psicomotor en su carta original de aprobación inicial el 27 de febrero del 2004, la seguridad de eszopliclone se evaluó en dos estudios cruzados utilizando una batería de exámenes cognitivos computarizados, que mostraron numerosas disminuciones en el funcionamiento en comparación con placebo, aunque pocos alcanzaron significación estadística. Estos estudios dieron lugar a revisiones de las fichas técnicas de eszoplicone y su aprobación eventual el 15 de diciembre del 2004 [41].
Conclusión
Con avances continuos en el tratamiento y prevención de enfermedades infecciosas, trastornos cardiovasculares y cáncer, la población global está envejeciendo y el desarrollo de nuevos medicamentos para el SNC se está convirtiendo en una prioridad social [42]. Para el 2030, los trastornos psiquiátricos y neurológicos graves se estima que costaran a la sociedad US$6 billones al año [43]. En el entorno actual competitivo y regulado, el proceso de desarrollo de medicamentos para el SNC que demuestre claramente beneficios y valor para el paciente es más difícil que nunca. Sin embargo, la clara comprensión de las guías proporcionadas por las agencias reguladoras y el empleo efectivo de instrumentos neuropsicológicos validados – incluyendo pruebas computarizadas – en conjunción con neuroimagen y, eventualmente, biomarcadores moleculares o genéticos están allanando el camino para obtener variables resultados más concretas al evaluar nuevas terapias que respondan a necesidades criticas insatisfechas en el área terapéutica del SNC.
Referencias