Ética, Derecho y Ensayos Clínicos
Conflictos de interés
Merck se pelea con British Columbia por haber sacado su píldora para la diabetes (Merck spars with British Columbia afterits diabetes pill is dropped)
Ed Silverman
The Wall Street Journal, 9 de febrero de 2015
http://blogs.wsj.com/pharmalot/2015/02/09/merck-spars-with-british-columbia-after-its-diabetes-pill-is-dropped/
Traducido por Salud y Fármacos
En agosto pasado, el Ministerio de Salud de British Columbia en Canadá decidió dejar de cubrir Januvia, un medicamento contra la diabetes comercializado por Merck. Al explicar su decisión, las autoridades de salud citaron otros medicamentos más baratos. En ese momento, el fabricante de medicamentos publicó un escueto comunicado quejándose de que no se hizo la “consulta habitual” con los médicos y otros profesionales.
Ahora, Merck ha atacado de nuevo. El fabricante de medicamentos patrocinó una encuesta que se acaba de publicar y revela que la mayoría de los médicos no creían que Pharmacare, el programa del Ministerio de Salud responsable de los medicamentos que requieren receta, hubiera tomado la decisión correcta. En concreto, el 85% de los médicos consultados respondió que la sustitución de medicamentos, simplemente por motivos económicos, no es buena para los pacientes.
Aproximadamente 4.500 especialistas y médicos generales que fueron encuestados señalaron que entre el 25% y el 30% de sus pacientes expresaron confusión, ansiedad o inquietud acerca del cambio. Alrededor de la mitad de los médicos indicaron que esperaban que los pacientes dejaran de tomar su medicación y el 69% consideró que los pacientes que estaban respondiendo bien con Januvia deberían haber sido excluidos del cambio en la cobertura.
La encuesta, sin embargo, está causando su propio alboroto.
“Obviamente nos preocupa la encuesta realizada con el apoyo de Merck por su falta de objetividad y porque tiene una tasa de respuesta muy baja, y los médicos fueron pagados para responder, y no se dio a conocer la conexión entre los encuestadores y la compañía farmacéutica”, dijo Terry Lake, ministro de Salud en British Columbia, a The Vancouver Sun. “Creemos que la encuesta es realmente un acto de cabildeo por parte de una gran compañía farmacéutica.”
La disputa ha provocado un debate sobre el papel de la industria farmacéutica, que financia a los médicos y cabilderos para que pongan presión sobre el gobierno para que compre sus medicamentos. Lake también dijo al periódico que quería disipar la preocupación de que su gobierno, que recibió contribuciones para su campaña de los fabricantes de medicamentos, esté influenciado por la industria. Por ejemplo, Lago dice que su ministerio no estuvo involucrado en la reciente creación de una cátedra de salud sostenible en la Universidad de British Columbia que recibió financiación de la industria.
Un portavoz de Merck nos escribe diciendo que la farmacéutica financió la encuesta “porque creíamos que era importante para entender la perspectiva de los médicos sobre el impacto de la exclusión de [Januvia] de la lista de servicios de salud de British Columbia”. Añade que la financiación se realizó a través de una subvención al Canadian Heart Research Centre, una institución sin fines de lucro que creó BC Voice, un comité de médicos para realizar y promover la encuesta.
Los dos co-presidentes de BC Voice, Graydon Meneilly, Profesor de Medicina de la Universidad de British Columbia, y Lawrence Leiter, Profesor de medicina de la Universidad de Toronto, han trabajado para Merck, según revelaciones anteriores. Meneilly recibió pagos como miembro del consejo asesor del fabricante de medicamentos y ha recibido becas de investigación, mientras que Leiter ha hecho consultorías y presentaciones para Merck. Ninguno de los dos respondió a las solicitudes de comentarios.
Sin embargo, Meneilly dijo a The Vancouver Sun que él cree que su juicio no se ve obstaculizado por su trabajo para Merck y que el gobierno se equivocó al no consultar a los médicos sobre de su decisión. “Yo personalmente no creo que los honorarios de consultoría o por hablar en público que he recibido hayan nublado mi opinión, pero… revelar los conflictos siempre es bueno en un entorno universitario… Estoy de acuerdo que hay algunos conflictos de intereses inherentes en este [estudio], pero yo tampoco creo Pharmacare sea totalmente transparente en este tema.”
Anatoly Langer, quien preside el CHRC y también está como profesor de medicina en la Universidad de Toronto, nos dijo que pagaban $150 a los médicos por participar en la encuesta, lo que describió como un procedimiento operativo estándar. Pero él sostiene que los datos del estudio “reflejan la opinión libre y sin influencia” de los médicos, que no fueron seleccionados de “ninguna manera” especial para participar.
Los resultados, continúa, “reflejan el deseo de los médicos de participar en todos los aspectos importantes de la atención a sus pacientes. Los consultores trabajan para muchas entidades corporativas y declaran esto como posible conflicto de intereses, siguiendo las directrices actuales. Esto es claramente ético, adecuado y es el más alto estándar de divulgación”.
El episodio ha ocasionado diferentes respuestas de eticistas y expertos en políticas de salud.
Margaret Somerville, quien dirige el Centro de Medicina, Ética y Derecho en la Universidad de McGill y ha asesorado a los fabricantes de medicamentos, dice a Sun que la mayoría de los médicos cabildean a favor de la disponibilidad de ciertos medicamentos porque creen que serán beneficiosos para los pacientes. “El hecho de que se pague [a los médicos] por algo, no nos debe llevar a concluir que no están actuando en el mejor interés de sus pacientes. Usted no puede estar cuestionando la ética de los médicos. Tiene también que cuestionar la ética de los que toman decisiones políticas”.
Joel Lexchin, profesor en la Escuela Gestión y Políticas de Salud de la Universidad de York cree que habría sido un medida inteligente de “relaciones públicas” que el Ministerio de Salud hubiera consultado con los médicos y los pacientes antes de tomar su decisión de cobertura. Pero también sostiene que la encuesta puede sesgar lo que el público escucha en última instancia sobre los beneficios, riesgos y costos del medicamento de Merck.
“Incluso si los médicos son sinceros en sus creencias acerca de los beneficios de este medicamento, esta situación ilustra una táctica común de las compañías farmacéuticas, que es financiar a las personas que ya están de acuerdo con su posición”, nos dice. “Esto otorga a las empresas el respaldo independiente y positivo de sus productos. Las personas que tienen puntos de vista opuestos no son financiadas y, por tanto, se oyen mucho menos”.