Ética, Derecho y Ensayos Clínicos
Conflictos de intereses
Las universidades, preocupadas por los conflictos, reciben menos dinero de la industria farmacéutica (Wary of conflicts, universities taking less money from drug companies)
J Fauber, C. Jones *
http://www.jsonline.com/watchdog/watchdogreports/wary-of-conflicts-universities-taking-less-money-from-drug-companies-b99595173z1-333606801.html
Traducido por Salud y Fármacos
Robert Golden, quién enfrenta recortes de financiamiento estatal y federal al presupuesto del sistema de la Universidad de Wisconsin, estaría encantado de encontrar un montón de dinero en alguna parte.
Pero hay ciertas cosas que Golden – y algunos otros directivos de las facultades de medicina de todo el país – dicen que no van a hacer: recibir dinero de las compañías farmacéuticas para los programas de educación médica y dejar que influyan en el contenido de los cursos.
Ni siquiera pueden elegir el tema, dijo Golden, decano de la Facultad de Medicina y Salud Pública de la Universidad de Wisconsin.
Eso es un gran cambio en apenas ocho años.
En 2007, el Comité de Finanzas del Senado de Estados Unidos emitió un informe escalofriante sobre como la insutria farmacéutica estaba financiando la educación médica continua en los EE UU, declarando que las empresas farmacéuticas habían tomado el control de los programas y hacían presentaciones favorables de sus productos para ampliar su cuota del mercado de costosos medicamentos de marca y alentar a los médicos a recetar medicamentos para usos no aprobados.
En 2009, una investigación del Milwaukee Journal Sentinel destacó prácticas cuestionables que involucraban un curso de la Universidad de Wisconsin en el que se promovía la terapia de reemplazo hormonal para mujeres – una iniciativa financiada por Wyeth Pharmaceuticals, fabricante de los principales medicamentos de terapia hormonal.
Desde entonces, la financiación de la industria de este tipo de cursos en la escuela de medicina ha disminuido.
En 2010, la Universidad de Wisconsin aceptó US$5 millones para cursos financiados por la industria. El año pasado, la cifra fue de US$60,000 – y ese dinero, dijo Golden, llegó sin ataduras.
Traducción de lo que dice el cuadro: El monto financiado por la industria aumentó, pero ahora en lugar de beneficiar a hospitales y escuelas de medicina, el dinero lo reciben centros privados que se dedican a publicar y educar. En el 2014, estos centros recibieron de la industria US$63 millones más que en el 2011. Durante el mismo periodo, los hospitales y escuelas de medicina recibieron US$64 millones menos.
“Queremos tener los mejores estándares éticos”, dijo. “Queremos enseñar a nuestros estudiantes como evitar los conflictos de intereses.”
A nivel nacional se ha observado una disminución similar: el año pasado, las escuelas de medicina recibieron de las compañías farmacéuticas un 22% menos de dinero para los cursos de educación médica que en 2011, según el Consejo de Acreditación para Educación Médica Continua, que certifica los proveedores de los cursos. Lo cual equivale a una diferencia de US$45 millones.
Durante ese mismo periodo, las compañías farmacéuticas aumentaron la financiación de casas editoriales y empresas educativas, por lo general con fines de lucro, quienes recibieron US$63 millones más, lo que corresponde a un aumento del 25%.
En 2010, la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan anunció que dejaría de aceptar financiación de la industria para la educación médica continua o cursos similares.
Paul Lichter, quien encabeza el Comité de Conflictos de Intereses en Educación y Clínica de la facultad dijo que el dinero representaba un conflicto demasiado grande, aunque sólo fuera de percepción.
La industria no da dinero sin pretender sacar beneficios”, dijo Lichter. “El hecho de que la industria apoye estos cursos significa que van a ser capaces de decirle a sus accionistas que dieron el dinero para apoyar y aumentar sus ganancias. Las empresas no pueden racionalizar esta conducta de otra manera”.
Graham McMahon, presidente y director ejecutivo de la organización de acreditación no estuvo de acuerdo con esta explicación. Según él, las actividades de la Educación Médica Continua “no son de promoción.Tienen que estar basadas en la evidencia. Están obligadas a ser independientes del apoyo comercial.”
Si bien algunas facultades de medicina están rechazando el dinero de la industria, esto no significa que las universidades en su conjunto lo estén evitando, señaló McMahon. Añadió que la tendencia puede simplemente mostrar que hay más publicaciones o cursos por Internet, que a menudo están ubicados en universidades, en lugar de eventos en vivo.
En 2008, la Facultad de Medicina de Stanford limitó drásticamente el financiamiento de la industria farmacéutica de los programas de educación médica que ofrecía.
La facultad de medicina dijo que sólo aceptaría fondos generales de la industria para grandes áreas como especialidades pediátricas o quirúrgicas. También prohibió la presencia de stands de las compañías farmacéuticas en los cursos de educación médica continua patrocinados por Stanford.
Durante la última década, el apoyo de la industria ha pasado de representar el 38% a ser menos del 3% del presupuesto total para los cursos, dijo Linda Baer, directora de educación médica continua.
“Se desarrollaron estas políticas para garantizar que todas las actividades (de educación médica continua) están libres de posibles influencias o sesgos”, escribió en un correo electrónico.
* John Fauber es un periodista investigador del Journal Sentinel. Coulter Jones es un reportero de MedPage hoy. Esta noticia fue un proyecto conjunto de la revista Journal Sentinel y MedPage hoy, que ofrece una perspectiva clínica para médicos sobre las últimas noticias de medicina en medpagetoday.com.