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Investigaciones

El gasto de la industria farmacéutica en anuncios
Salud y Fármacos, noviembre de 2015

El precio de los medicamentos protegidos por patente o por leyes que otorgan a las empresas farmacéuticas el mismo control monopólico se ha disparado. La respuesta que la industria farmacéutica ofrece a la creciente crítica proveniente de múltiples sectores es conocida: los precios son altos porque la investigación y desarrollo de los medicamentos es cara y la industria necesita tener ingresos suficientes para poder seguir investigando y sacando al mercado medicamentos innovadores. Algunos congresistas estadounidenses quieren asegurarse de que esta afirmación es correcta y han empezado a pedir a las empresas que presenten información sobre los costes de investigación y producción de los medicamentos.

De momento la industria ha respondido al pedido explicando que la complejidad del desarrollo y producción de medicamentos no permite parcelar los gastos. Aunque no hay datos verificables, la propia industria indica que las empresas gastan entre un 15 y 20% de sus ingresos en investigación y desarrollo. No se define lo que constituye investigación, si se refiere exclusivamente a investigación biológica o si se incluye la investigación para generar estrategias para incrementar una demanda innecesaria. La pregunta obvia es: ¿En que emplea las farmacéuticas el resto de sus recursos?

Las grandes empresas farmacéuticas cada día se preocupan más de la comercialización de sus productos, ya que compran patentes de los productos innovadores y subcontratan la realización de la investigación clínica a otras empresas. Aunque el monopolio significa que el producto no tienen competencia, la presencia de medicamentos me-too y la necesidad de crear una demanda—que en el caso de medicamentos debería ser innecesaria—significa que necesitan invertir en publicidad. Ya hace varios años Eric Topol dijo: “… la promoción masiva de un medicamento con un perfil de seguridad desconocido o dudoso no pueden tolerarse en el futuro, y es necesario seguir adelante con una posición agresiva no sólo para garantizar la seguridad de los fármacos, sino también para restablecer la confianza del público” [1]. A pesar de que todos los nuevos medicamentos solo se comercializan después de recibir la autorización de las agencias reguladoras, los centros de investigación independientes de farmacovigilancia nos afirman que la gran mayoría de los nuevos medicamentos que salen al mercado tienen un perfil de seguridad dudoso y una eficacia que puede ser menor a la de otros medicamentos que llevan tiempo en el mercado.

Una parte de los recursos económicos de la industria se gastan en publicidad. Los gastos en este rubro son elevados y contribuyen al costo de los medicamentos. Sin los anuncios de las farmacéuticas cientos de revistas médicas dejarían de existir, muchas de las actividades de formación continuada de profesionales de la salud dejarían de organizarse, y muchas empresas de publicidad y medios de comunicación verían sus ingresos mermados. La publicidad es necesaria para convencer a prescriptores y usuarios que sus medicamentos son mejores que otros me-too. Las farmacéuticas innovadoras tienen que gastar en ganarse la confianza de los médicos y para ello utilizan miles de visitadores, cuyo trabajo es fundamentalmente promocionar los medicamentos, entregar muestras gratuitas, etc, Como puede verse en el Cuadro 1 presenta los gastos en publicidad en EE UU, y que posiblemente no incluye todos los gastos de publicidad, tiene un costo elevado.

Gastos de las farmacéuticas en publicidad en EE UU en millones de US$ según tipo (2013)
   Visitadores médicos 15.000
   Ensayos clínicos (anuncios) 130
   Muestras gratuitas a médicos 5.700
   Programas educativos y reuniones
   promocionales
2.100
   Promociones por correo 1.200
   Publicidad impresa 90
   Publicidad dirigida al público 3.100

Cálculo de The Pew Charitable Trusts
Fuente: Cegedim Strategic Data, 2012 U.S. Pharmaceutical
Company Promotion Spending, 2013.

Las farmacéuticas han descubierto que para medicalizar a la sociedad también tienen que convencer a los ciudadanos de que “una pastilla al día produce mucha alegría”. La Viagra llegó a ser el medicamento más vendido en México y no se puede pensar que fuera por necesidad médica. De una forma o de otra la publicidad llega al público.

EE UU y Nueva Zelanda son los dos únicos países de altos ingresos que permiten la publicidad dirigida al público de los medicamentos que requieren prescripción, pero las empresas farmacéuticas innovadoras han estado durante mucho tiempo intentando conseguir que se les permita anunciar sus productos innovadores en la Unión Europea. Ahora empiezan a usar a las redes sociales para trasmitir información sobre medicamentos aprovechando que hay una laguna jurídica sobre el control de la publicidad a través de las redes sociales.

En una noticia publicada por FiercePharma en octubre de 2015, Beth Snyder Bulik explica que “Las cincuenta principales empresas farmacéuticas gastaron US$231 millones en publicidad televisiva en septiembre, con un total de 91.000 trasmisiones. Más de un 20% (18.753) de esos anuncios tuvieron lugar en horario estelar” [3]. Es decir, que en los EE UU 50 empresas farmacéuticas pueden estar gastando anualmente US$2.772 millones en publicidad televisa. También nos informa sobre los diez medicamentos que han gastado más.

Gasto en septiembre 2015 por anuncios en TV de los 10 medicamentos con gasto más alto (US$)
Empresa Medicamento Gasto en anuncios
por TV
AbbVie Humira antinflamatorio 13.876.208
Merck & Co. Belsomra para ayudar
a dormir
13.430.565
Johnson & Johnson Invokana antidiabético
SGLT2
11.381.800
Pfizer y Bristol-Myers Squibb Eliquis anticoagulante 10.361.097
Sunovion Latuda antipsicótico 9.204.164
Pfizer Lyrica anticonvulsivo y
neuropatía diabética
8,922,127
Sanofi Toujeo insulina basal 7.850.909
Johnson & Johnson and Bayer Xarelto anticogaulante 6.688.466
Novo Nordisk Victoza antidiabético
GLP-1
5.308.089
Allergan Linzess para estreñimiento y
síndrome del intestino irritable
5.228.058
Fuente: [3]

Los anuncios, sobre todo los de TV, han creado tensión en la relación médico-paciente. Se insiste en que la decisión de un tratamiento debe ser el resultado de un consenso entre el médico y el paciente. El paciente al ver un spot publicitario brevísimo en el que los actores sonríen y explican en un entorno idílico todo lo que ahora, después de tomar el medicamento anunciado, pueden hacer, piden al médico el medicamento milagroso. Los televidentes no pueden leer con facilidad los efectos adversos que aparecen y desparecen en letra pequeña en la esquina de la pantalla o se enumeran rapidísimamente. El médico puede intentar convencer al paciente de que hay otros medicamentos más adecuados para su condición o alternativas no medicamentosas. Es un diálogo que puede terminar en una victoria pírrica para el paciente o en búsqueda de otro médico más conciliador.

Es difícil pensar que los pacientes con diabetes, estreñimiento, insomnio, etc. sepan después de ver una spot en la TV de los 10 medicamentos que aparecen en el cuadro sean los más apropiados para su condición; todos ellos tienen efectos secundarios serios. Pero los anuncios llegan a convencer a los televidentes que pueden ser una solución mejor que las que hasta entonces habían probado. Y por eso insisten durante la consulta para que se los receten. Por otra parte, si esta estrategia no redundara en ganancias para la industria, se hubiera visto una reducción en los anuncios televisivos en los países que lo permiten y las empresas no estarían intentando que la publicidad directa al consumidor se permitiera en otros países.

Conocer lo que los gastos de la industria farmacéutica es necesario porque en base a ello se establecen los precios de los medicamentos. Los gastos y los ingresos de las empresas tienen que cuadrar, si hay menos gastos son necesarios menos ingresos. Los ingresos vienen de quienes pagan por los medicamentos ya sean los individuos, los gobiernos o las compañías aseguradoras. Por eso hay que identificar los gastos que no son necesarios para que se puedan reducir los precios. La publicidad es uno de los muchos gastos innecesarios de la industria porque su uso debe estar de acuerdo a unas guías clínicas científicas (a veces las guías no son científicas porque las farmacéuticas las manipulan). Además, la publicidad no solo incrementa el precio de los medicamentos sino que también promueve su uso inadecuado y no hay que olvidar que la resolución de los efectos adversos puede requerir más medicamentos.

Para concluir, la publicidad de medicamentos es un gasto innecesario que se debe prohibir. El conocimiento sobre el valor terapéutico de un medicamento no debe venir de su productor porque ello sería un claro conflicto de interés. Son los expertos clínicos independientes, los centros de investigación clínica sin conflictos de interés y las autoridades sanitarias las que deben establecer el valor terapéutico y los efectos adversos de los medicamentos. Ojalá nuestros políticos sigan el sabio consejo de Topol.

Referencias

  1. Rosenthal MB, Berndt ER, Donohue JM, Frank RG, Esptein AM. Promotion of prescription drugs to consumers N Engl J Med 2002;346:498-505.
  2. Topol EJ. Arthritis medicines and cardiovascular events- -”House of coxibs”. JAMA 2005;293:(DOI 10.1001/jama.293.3.366). Disponible en: http://jama.amaassn.org/cgi/content/full/293.3.366v1?etoc
  3. Bulik BS. AbbiVie’s Humira, J&J’ Invokana lead September’s $231M in pharma TV ad spending. FiercePharma, 14 de octubre, 2015 accesible en inglés en http://www.fiercepharmamarketing.com/story/abbvies-humira-jjs-invokana-lead-septembers-231m-pharma-ad-spending/2015-10-14?utm_medium=nl&utm_source=internal
creado el 12 de Septiembre de 2017