Conducta de la Industria
La industria de los opiáceos gasta mucho en las campañas políticas
Mike Reicher
USA Today, 18 de septiembre de 2016
http://www.usatoday.com/story/news/nation-now/2016/09/18/opioid-industry-spends-big-political-campaigns/90612150/
Traducido por Salud y Fármacos
A medida que las muertes por sobredosis de opiáceos fueron aumentando ininterrumpidamente durante la última década, una red poco definida de compañías farmacéuticas y grupos afines gastaron más de US$880 millones en contribuciones a las campañas electorales y cabildeo a nivel estatal y federal.
Entre 2006 y 2015, miembros del poco conocido Pain Care Forum contribuyeron mucho más, incluso que el poderoso lobby de armas, a gastos políticos similares. Según un análisis de The Associated Press y del Center for Public Integrity los miembros del Forum contribuyeron a las campañas de más de 8.500 candidatos en todo el país,
Algunos de esos candidatos apoyaron o derribaron legislación clave sobre opiáceos, afectando las prescripciones para pacientes y los ingresos de la industria farmacéutica.
En el 2012, por ejemplo, los legisladores estatales de Nuevo México estaban considerando limitar la primera prescripción de opiáceos para el dolor agudo a siete días, una medida destinada a reducir la adicción. Pero ese año los fabricantes de opiáceos y sus aliados contrataron a 15 cabilderos en Santa Fe, cuando el año anterior habían contratado a nueve.
“Los cabilderos estaban matando la iniciativa en forma desapercibida”, dijo Bernadette Sánchez, senadora estatal demócrata que patrocinó la medida.
Y el proyecto de ley murió en el Comité Judicial de la Cámara de Representantes de Nuevo México, la mayoría de cuyos miembros habían recibido contribuciones de la industria farmacéutica en 2012.
Las compañías farmacéuticas donan a las campañas políticas y emplean cabilderos para una serie de asuntos legislativos, incluyendo lo relacionado con los opiáceos. Lo mismo se aplica a otros miembros del Pain Care Forum – cámaras de industrias de comercio y docenas de organizaciones sin fines de lucro que cuentan con el apoyo financiero de la industria. Las farmacéuticas dicen que ahora están combatiendo la epidemia de consumo de opiáceos.
“Nosotros y nuestros miembros estamos con los pacientes, los proveedores de servicios de salud, los encargados de hacer cumplir la ley, los encargados de la formulación de políticas y otros, y pedimos y apoyamos políticas y actividades nacionales para combatir el abuso de opiáceos”, dijo la Pharmaceutical Research and Manufacture of America (PhARMA) http://medcitynews.com/2016/09/digital-health-tech-in-clinical-trials/
Las ventas de opiáceos, los primos químicos de la heroína, se cuadruplicaron entre 1999 y 2010. Las muertes por sobredosis también aumentaron aproximadamente al mismo ritmo. Hoy día, anualmente, en algunos estados el número de recetas escritas que se emiten superan su población total.
Nota del Editor: Según un artículo publicado por Hoy [1] el año pasado se entregaron 227 millones de recetas de opiáceos en Estados Unidos, suficientes como para dar un frasco de píldoras a nueve de cada diez adultos estadounidenses. Estos medicamentos se han cobrado la vida de 165,000 personas y sumido a muchos otros en una demoledora adicción. Entre 2006 y 2015, la industria y sus aliados gastaron en todo el país más de US$880 millones en cabildeo y contribuciones de campaña, más de 200 veces que lo que gastaron los defensores de aumentar el control sobre los fármacos y ocho veces más de lo que invirtieron en ese periodo los influyentes grupos de defensa de la libertad de armas. Ejecutivos de Purdue, fabricante de OxyContin, se declararon culpables en 2007 de haber desinformado al público sobre la naturaleza adictiva de su producto y acordaron pagar US$600 millones en multas.
Los cabilderos farmacéuticos promocionan ahora propuestas para combatir el abuso de opiáceos al tiempo que fomentan un nuevo producto que protege sus ingresos: opiáceos patentados que disuaden del abuso. Presionan para aprobar leyes que requieren a aseguradoras y dispensarios a dar un trato preferente a sus fármacos, a pesar de que algunos expertos dicen que sus cualidades contra el abuso son fáciles de sortear. Por ahora, los legisladores han presentado decenas de leyes en esta línea. Al menos 21 de las propuestas utilizan fragmentos de texto prácticamente idénticos, parte de los cuales fueron proporcionados por grupos de cabildeo.
Uno de los motores con más fuerza política de la industria farmacéutica es su apoyo financiero a grupos activistas partidarios del consumo de opiáceos. En 2014, estos grupos lideraron una contraofensiva en Tennessee cuando el representante republicano estatal Ryan Williams empezó a trabajar para frenar la oleada de analgésicos con receta, alarmado por una creciente cifra de bebés adictos a medicamentos. Más de 900 bebés había nacido con este problema el año anterior, 9 veces más que en 2001, muchos enganchados a los opiáceos con receta que tomaban sus madres.
Los médicos dijeron a Williams que parte del problema de Tennessee era una ley de 2001 que permitía a los médicos negarse a recetar narcóticos potentes, pero sólo si derivaban a los pacientes a un médico más partidario de recetarlos. La misión de Williams de revocar esa ley fracasó.