El BMJ está preocupado por si las políticas de Trump pueden dañar la investigación y la regulación en salud global.

Editores del BMJ han advertido que las políticas del Presidente Trump podrían dañar la investigación biomédica y la regulación en todo el mundo. La revista se ha comprometido a fomentar el debate abierto y apoyar a aquellos que “hablan la verdad al poder” para contrarrestar las acciones de una administración que en su opinión pretende establecer una “colisión frontal con las comunidades científicas y de salud”.

La editorial fue escrita por dos miembros de EE UU del equipo editorial de BMJ, su editor ejecutivo que reside en UK y un profesor de la Facultad de Salud Pública de Harvard. Pero, mientras la composición de la lista de autores se inclina hacia EE UU, el mensaje se centra en las implicaciones globales de la presidencia de Trump, incluyendo sus posibles efectos sobre el desarrollo y la regulación de los medicamentos en todo el mundo.

“Las propuestas para reformar la FDA reducirán la capacidad de la agencia para garantizar la seguridad y la eficacia de los medicamentos aprobados, perjudicando no sólo a las personas en EE UU, sino también a las de otros países que siguen el liderazgo de la FDA”.

Las preocupaciones sobre las consecuencias transfronterizas de la reforma radical de la FDA resuenan en Europa. Con la Agencia Europea de Medicamentos entrando en un período delicado a medida que se traslada y tal vez después del Brexit pierde el apoyo de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA), su propia capacidad para proporcionar liderazgo global podría verse comprometida. Y, en el otro lado de la moneda, el Brexit ha generado rumores sobre los lazos más estrechos que la MHRA está forjando con la FDA, y como los cambios en EE UU podrían influir en el próximo replanteamiento de la supervisión reguladora en el Reino Unido.

El editorial de BMJ discute las implicaciones de una presidencia de Trump, que podría abarcar más con menos profundidad, afectando, sin la debida consideración, los miles de formas en que las políticas científicas estadounidenses se propagan por todo el mundo. El BMJ se preocupa por el impacto negativo que la influencia de EE UU podría tener como resultado de su “capacidad de investigación sin paralelo” e inversión en salud global, lo cual podría afectar negativamente el esfuerzo por crear un mundo más saludable.

Frente a esta amenaza y evidencia percibida de que la administración atribuye “poco valor a los hechos o al análisis”, el BMJ se ha comprometido a fomentar la generación de evidencia y debates sobre su aplicación en políticas y prácticas.

Los autores escribieron: “Los argumentos, cualquiera que sea el lado del debate en que caen, debe basarse en datos, pruebas y, en última instancia, en el método científico. Los clínicos, los investigadores y los encargados de la formulación de políticas en EE UU y en otros lugares necesitan pruebas independientes y un debate abierto “, escribieron los autores.