Industria y Mercado
Argentina. Convenio para que la Argentina produzca una vacuna pública contra la fiebre amarilla
Mirada Profesional, 11 de mayo de 2017
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Durante el verano, ante el brote de fiebre amarilla en Brasil, explotó la demanda de la vacuna en el país. Largas colas en las oficinas donde se aplicaba la dosis, quejas de los que no lograban inmunizarse y dudas respecto a quiénes deben aplicársela fueron postales de un verano agitado. Para evitar este colapso, el país buscará de aquí en adelante tener una versión pública de la vacuna. Así lo acordaron cuatro dependencias: el ministerio de Ciencia, el de Salud, la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP) y la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que firmaron un acuerdo de cooperación técnica para la futura elaboración local de esta vacuna, según informó la cartera sanitaria. En suelo brasilero, la enfermedad, trasmitida por el mosquito Aedes, causó más de 400 muertos.
Según el convenio firmado esta semana por el ministro de Salud, Adolfo Rubinstein, y su par de Ciencia, Lino Barañao, el país tendrá una versión estatal de la vacuna contra la fiebre amarilla. “El presente convenio busca garantizar el abastecimiento de la vacuna contra la fiebre amarilla y cubrir las necesidades del país”, destacó en el texto el Ministerio de Salud. El último verano, miles de argentinos se vacunaron antes de viajar a Brasil, por los casos registrados en ese país y a raíz de una recomendación emitida por las autoridades de Salud argentinas. La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y proporciona una inmunidad efectiva contra la enfermedad al cabo de 10 días. Una sola dosis es suficiente para conferir protección de por vida, sin necesidad de dosis de refuerzo.
Según el ministerio de Salud nacional, la fiebre amarilla es una enfermedad viral que se transmite a través de la picadura de algunas especies de mosquitos. Puede ser grave e inclusive provocar la muerte, pero se puede prevenir de manera eficaz mediante la vacunación que debe ser administrada preferentemente diez días antes del viaje. La aplicación es una sola vez en la vida. A las personas que vayan a viajar se les recomienda la consulta médica, al menos treinta días previos a realizar el viaje, a fin de recibir el asesoramiento adecuado en cuanto a medidas de cuidado y vacunas necesarias de acuerdo al destino y tipo de viaje. El uso de repelentes, así como de ropa de mangas largas y colores claros y que los lugares de hospedaje tengan mosquiteros y/o aire acondicionado son medidas complementarias para la prevención
En tanto, el brote de fiebre amarilla en Brasil sigue generando contagios. Las autoridades sanitarias del país vecino elevaron esta semana a 409 el número de muertes en el país causadas por el mal del 1 de julio del año pasado al 8 de mayo de este año. El Ministerio de Salud divulgó el boletín epidemiológico sobre la enfermedad que afecta principalmente la región sureste del país, la más poblada. Además de las 409 víctimas mortales, también hay 1.261 casos confirmados de la enfermedad, mientras que hay en estudio otros posibles 1.301 contagios.
Brasil contabiliza los casos desde julio y no desde el inicio de cada año, porque la enfermedad, provocada por mosquitos, tiene una mayor incidencia durante el verano austral, que va de diciembre a marzo, y así la cifra no queda dividida. En San Pablo y Minas Gerais, los dos estados más poblados del país y situados en el sureste, se concentra el 82 por ciento de las muertes. Debido a la expansión de la enfermedad, el gobierno brasileño anunció en marzo que ampliará la vacunación contra la fiebre amarilla a todo el país. Según el Ministerio de Salud, entre enero y abril de este año se repartieron 25,1 millones de vacunas contra la fiebre amarilla.
En todos los casos, la variedad de fiebre amarilla detectada en Brasil es la del tipo silvestre, transmitida por mosquitos de las especies “Haemagogus” y “Sabethes”, presentes en zonas boscosas. Desde 1942, Brasil no registra casos de fiebre amarilla de tipo urbano, que es transmitida por el mosquito “Aedes aegypti”, el vector del dengue, el zika y el chikunguña, tres virus que en los últimos años han castigado con fuerza al país.