Hoy, Oxfam ha lanzado un nuevo informe sobre las compañías farmacéuticas, así como una campaña que específicamente pide a Johnson & Johnson que pague su justa parte de impuestos, que deje de intentar manipular las regulaciones públicas para socavar la lucha contra la pobreza, y haga que sus medicamentos sean asequibles a las personas que los necesitan. Puede encontrar el resumen ejecutivo, el informe completo y la petición aquí https://oxf.am/no-more-tax-dodging.

Nadie debe ver a sus hijos sufrir por falta de atención ni verse obligado a elegir entre comprar alimentos o los medicamentos que necesita. Pero las grandes compañías farmacéuticas, como Johnson & Johnson, Pfizer, Merck y Abbott, están obteniendo miles de millones en ganancias mientras roban a las mujeres estableciendo precios altísimos para sus medicamentos y evadiendo el pago de millones de dólares de impuestos.

Oxfam ha revisado los balances corporativos de Johnson & Johnson, Pfizer, Merck y Abbott en 20 países y ha descubierto nuevas y alarmantes pruebas de que estas corporaciones parecen estar utilizando paraísos fiscales en el extranjero para eludir miles de millones de dólares en impuestos. Las empresas ocultan incluso la información financiera más básica, como dónde ganan su dinero, cuánta ganancia tienen y cuántas personas emplean en los países donde venden sus medicinas, lo que hace imposible medir el verdadero alcance de su evasión fiscal. A pesar de este secreto, sabemos que a los cuatro CEOs se les pagó más de US$94 millones solo en 2017.

Estas compañías no deben evadir el pago de impuestos que les corresponda y deben dejar de manipular las leyes impositivas para no privar, artificialmente, a los países de los fondos que necesitan para apoyar servicios básicos. Los países pobres probablemente están perdiendo millones que deberían usarse para pagar clínicas, escuelas, enfermeras, médicos y medicamentos.

En lugar de pagar su parte justa, las farmacéuticas han estado escondiendo miles de millones de dólares en ganancias en el extranjero y cobrando precios altísimos por medicamentos que las familias apenas pueden pagar. Son las mujeres que viven en la pobreza quienes pagan el precio más alto, poniendo en entredicho la educación y el cuidado de la salud, privándoles de la oportunidad de mejorar sus vidas y sacar a sus hijos y a sí mismas de la pobreza. En muchos países, miles de mujeres continúan muriendo cada año como resultado de servicios inadecuados de salud materna. Las mujeres tienen que intervenir y usar su tiempo y energía para cuidar a sus seres queridos cuando el sistema de salud falla, lo que aumenta su carga de trabajo y reduce el tiempo disponible para encontrar trabajo remunerado y proteger su propio bienestar.

Todos somos clientes de Johnson & Johnson, Pfizer, Merck y Abbott. Nos necesitan para comprar sus productos, desde medicamentos hasta productos de consumo como Tylenol y shampoo para niños. Si hablamos, tendrán que escuchar. Nuestra investigación documenta cómo las compañías farmacéuticas más grandes actúan de manera irresponsable y deberíamos exigir cambios concretos en la forma en que hacen negocios. Lucharemos para asegurarnos de que estas compañías dejen de estafar miles de millones a las mujeres y niñas. Únase a nosotros y exija que las compañías farmacéuticas paguen su parte justa y hagan que los medicamentos sean asequibles.

El nuevo estudio de Oxfam demuestra que las empresas farmacéuticas–Abbott, Johnson y Johnson, Merck & Co. (también conocido como MSD), y Pfizer—sistemáticamente guardan sus ganancias en los paraísos fiscales. Están llevándose de los países en vías de desarrollo más de NZ$150 millones cada año (1US$= NZ$1,51)—dinero que estos países necesitan para satisfacer las necesidades de salud de la población, al mismo tiempo que venden sus medicamentos a precios inasequibles. Se estima que Nueva Zelandia pierde NZ$21 millones cada año.