Ética
Publicidad y Promoción
Se acusa a AbbVie de pagar sobornos, utilizando una red secreta de enfermeras para promover Humira (AbbVie is accused of paying kickbacks, using a stealthy network of nurses to promote Humira)
Ed Silverman
Statnews, 18 de septiembre de 2018
https://www.statnews.com/pharmalot/2018/09/18/abbvie-kickbacks-nurses-humira/
Traducido por Salud y Fármacos
Según una demanda presentada el martes por el Comisionado de Seguros de California, en un esquema de gran alcance para aumentar ilegalmente las recetas de Humira, su medicamento más vendido, AbbVie (ABBV) utilizó una combinación de sobornos a médicos a la antigua usanza y una red encubierta de enfermeras.
Durante un período de cinco años, la empresa ofreció a los médicos desde dinero en efectivo, comidas y bebidas, hasta regalos y viajes, junto con referencias de pacientes, con la esperanza de que escribieran más recetas para su tratamiento de artritis reumatoide Humira, que en 2017 tuvo ventas en EE UU de US$12.300 millones.
Sin embargo, según la demanda interpuesta, AbbVie también participó en una práctica supuestamente más nefasta: contrató a enfermeras para que actuaran como “embajadoras” y visitaran a pacientes en sus hogares y les ayudaran a administrar el medicamento, pero en realidad se utilizaron para garantizar que las recetas se rellenaran continuamente.
“AbbVie gastó millones convenciendo a pacientes y médicos de que las AbbVie Ambassadors ayudaban a los pacientes. De hecho, las “Embajadoras” fueron contratadas por Humira para que los pacientes continuaran recibiendo un medicamento peligroso a cualquier costo”, dijo el Comisionado de Seguros de California, Dave Jones, en un comunicado. “En este caso, el cuidado del paciente se cangeó por US$1.200 millones de ganancias conseguidas ilegalmente”.
De acuerdo con la demanda, entre 2013 y 2018, se presentaron 274.000 reclamos de recetas de Humira a aseguradoras privadas, que pagaron más de US$1.200 millones. Esto equivale al fraude más grande de seguros de salud en la historia del departamento, dijo Jones.
Una portavoz de AbbVie nos envió esto: “Creemos que las acusaciones carecen de fundamento. AbbVie cumple las numerosas leyes estatales y federales que rigen las relaciones entre proveedores de atención médica y los pacientes. AbbVie proporciona una serie de servicios de apoyo a los pacientes que reciben una receta de Humira para educarlos y ayudarlos con su terapia, incluyendo el apoyo de enfermería, y estos recursos benefician a los pacientes que padecen una enfermedad crónica. De ninguna manera reemplazan o interfieren con las interacciones entre los pacientes y sus proveedores de atención médica”.
Las acusaciones fueron presentadas inicialmente por Lázaro Suárez, un enfermero registrado que trabajaba para un contratista, QuintilesIMS, que ahora es parte de IQVIA, y fue contratada por el fabricante de medicamentos para desarrollar la red de enfermeras. Suárez capacitó a enfermeras que visitaron pacientes tratados con Humira en EE UU, aunque estas enfermeras también acompañaron a los representantes de ventas de AbbVie en sus visitas a los consultorios médicos.
“Al mismo tiempo que aportan un valor significativo a los consultorios médicos, las interacciones de las embajadoras con los pacientes también sirvieron como sustituto de lo que de otra manera sería una conversación entre el paciente y el médico. Estas enfermeras privadas, pagadas por AbbVie, disminuyen la relación directa entre el paciente y su médico de manera preocupante”, afirmó la demanda.
¿Cómo así? Las enfermeras obtuvieron acceso a los pacientes y “capitalizaron sobre su vulnerabilidad” familiarizandose con un medicamento que requiere asistencia para ser administrado. Más allá de asegurarse de que los pacientes siguieran tomando el medicamento, supuestamente se instruyó a las enfermeras para que informaran cualquier pregunta o queja del paciente a AbbVie, en lugar de a sus médicos.
Los especialistas en reumatología, gastroenterología y dermatología generalmente emplean enfermeras, expertos que consideran la autorizacion anticipada de servicios, y otro personal para que les informa sobre la conducta de los seguros médicos y aconsejen a los enfermos. Como se señaló en la demanda, estos servicios llevan mucho tiempo y son costosos para los médicos, ya que este personal “tiene salarios altos”.
Y así, AbbVie supuestamente proporcionó “bienes y servicios profesionales” a los médicos que incluían el procesamiento gratuito de las autorizaciones previas y los reclamos a los seguros, el hardware y el software para gestionar la práctica médica, y ayuda publicitaria, según la demanda. Estos servicios ahorraron “a los médicos tiempo y recursos valiosos de personal”.
Hay que señalar que, según una portavoz del departamento de seguros de California, durante el juicio no se pudo leer una gran parte de la demanda, en gran medida porque AbbVie argumentó que lo tachado era información confidencial o secretos comerciales. La portavoz dijo que espera convencer al tribunal de que debería hacersa pública toda la demanda.
Dadas las ventas que genera el medicamento, las estrategias de AbbVie para promocionar Humira se han investigado a menudo. La compañía ha conseguido docenas de patentes, lo que se conoce como ‘la maraña de patentes’ (patent thicket), muchas de las cuales no vencen hasta 2022, para proteger el medicamento de la competencia. Un nuevo análisis encontró que AbbVie obtuvo el 89% de esas patentes despues de que la FDA aprobara Humira en EE UU.
Esta no es la primera vez que un fabricante de medicamentos presuntamente utiliza personal de enfermería inadecuadamente para promocionar medicamentos. Durante el año pasado, al menos otros cuatro fabricantes de medicamentos: Gilead Sciences, Amgen, Eli Lilly, y Bayer Pharmaceuticals (BAYRY) contrataron enfermeras para promover los tratamientos a los médicos y sus pacientes, una estrategia que supuestamente violó las leyes federales de sobornos, según los juicios que se han presentado.
Según los juicios, las compañías evitaron las preocupaciones entorno a que los visitadores tuvieran poco o nada de tiempo para hablar personalmente con los médicos y al mismo tiempo ayudaran a los médicos a reducir los gastos del seguimiento clínico de los pacientes. Este sistema se conoce como “la publicidad de la bata blanca”, y las autoridades lo consideran problemático, porque puede debilitar la confianza que debe haber entre médicos y pacientes.