Tres de los funcionarios de más alto rango en la administración de medicamentos de China, incluyendo uno que ha pasado a ocupar cargos más poderosos, se enfrentan a un severo castigo por un escándalo de seguridad de una vacuna que ha provocado ira pública generalizada.

Según la Televisión Central de China, cada uno de esos funcionarios de la antigua FDA de China, recientemente renovada como Administración Estatal de Medicamentos, ha recibido diferentes sanciones. Estas acciones responden a una investigación de Changchun Changsheng Life Sciences, que recientemente presentó pruebas de que había vendido casi medio millón de dosis de vacunas ineficaces.

En el caso de Bi Jingquan, ex jefe de la FDA de China a partir de 2015, se le pidió la renuncia a su cargo actual como jefe del partido gobernante y director adjunto de la todopoderosa Administración Estatal de Regulación del Mercado. La agencia, a la que pertenece la nueva Administración Estatal de Medicamentos, y que se creó recientemente como parte de una reorganización del gobierno. El nombre de Bi ya ha desaparecido del sitio web de la agencia.

Wu Zhen, anteriormente Nº 2 en la FDA de China, ahora enfrenta una investigación de la comisión anticorrupción del partido. Wu se encargó del registro y supervisión de medicamentos y cosméticos. Su competencia incluye el Centro para la Evaluación de Medicamentos, que revisa las solicitudes de comercialización de medicamentos, y los Institutos Nacionales para el Control de Alimentos y Medicamentos, que es responsable de aprobar la liberación de los lotes de vacunas.

Jiao Hong, una vez directora adjunta de CFDA y actualmente directora de la Administración Estatal de Medicamentos, tendrá que entregar una autoevaluación para reflexionar sobre sus errores.

Las decisiones se tomaron el jueves, en una reunión del Comité Permanente del Politburó, después de una discusión sobre el escándalo de la vacuna de Changsheng. El grupo del Partido Comunista está formado por los siete líderes más importantes de China, encabezados por el presidente Xi Jinping.

El regulador de medicamentos de China detuvo por primera vez la producción en Changsheng hace un mes, luego de que una inspección descubriera que la compañía había fabricado registros de productos relacionados con sus vacunas contra la rabia. La ira del público se desató rápidamente y el centro de la controversia se desvió hacia la inacción de los reguladores de medicamentos después de descubrir el año pasado que Changsheng había proporcionado 252.600 dosis de vacunas pediátricas de DPT de mala calidad. Una investigación posterior descubrió que la compañía en realidad había producido cerca de 500.000 dosis de vacunas DPT ineficaces, informó el miércoles la agencia estatal de noticias Xinhua.

El último intento de Beijing de callar la ira del público ha sido castigar a los funcionarios, y las medidas tomadas son probablemente las más severas que se han aplicado contra funcionarios de medicamentos en años. El último caso prominente se remonta a 2007, cuando Zheng Xiaoyu, quien dirigió la agencia reguladora de medicamentos del país durante más de una década, fue ejecutado por aceptar sobornos de millones de yuanes chinos a cambio de favores para los fabricantes de medicamentos.

Después de que el escándalo de Changsheng desencadenara la indignación pública y en un clima de desconfianza general por la seguridad y eficacia de las vacunas chinas, los investigadores fueron a Changsheng, y los hallazgos iniciales lo acusan de usar ingredientes caducados para fabricar sus vacunas contra la rabia y de haber fabricado sistemáticamente registros de producción para encubrirlo.

Desde que el escándalo se hizo público, los reguladores de medicamentos están efectuando controles al azar a todos los fabricantes de vacunas en China. Y la policía local ha solicitado arrestar a 18 personas, incluyendo la presidenta de la compañía, Gao Junfang, por producir y vender medicamentos de mala calidad. El gobierno está trabajando para revacunar a los niños que fueron inmunizados con las vacunas problemáticas de Changsheng.

Además de los tres funcionarios de la agencia de medicamentos, también se impusieron castigos a altos funcionarios del gobierno en la provincia de Jilin, donde se encuentra la sede de Changsheng. Otros treinta y cinco funcionarios están siendo responsabilizados.