Ética
Integridad de la Ciencia y de las Publicaciones
Los editores de revistas médicas esperan que los autores revelen sus conflictos de interés, pero no revelan los suyos propios (Medical journal editors expect authors to disclose conflicts of interest—but don’t disclose their own)
Sabine Galvis
Science Magazine, 26 de julio de 2019
https://www.sciencemag.org/news/2019/07/medical-journal-editors-expect-authors-disclose-conflicts-interest-don-t-disclose-their
Traducido por Salud y Fármacos
Según un estudio, prácticamente todas las principales revistas médicas exigen que los autores revelen sus posibles conflictos de interés, pero pocas, solo el 12%, aplican ese mismo criterio a sus propios editores, exigiendo que revelen públicamente sus lazos financieros con la industria.
Los autores del estudio, publicado el 23 de julio en BMJ Open, lo calificaron de “paradójico” ya que otros análisis han demostrado que en EE UU alrededor del 50% de los editores de tales revistas han recibido pagos de la industria. “Los equipos editoriales de las revistas son actores clave y deben aplicarse a sí mismos la transparencia que exigen de sus autores”, escribieron Rafael Dal-Ré de la Universidad Autónoma de Madrid y sus coautores.
Analizaron 130 revistas de especialidades médicas, de diagnóstico por imágenes y de cirugía, centrándose en las cinco más influyentes, según su factor de impacto, de cada una de las 26 subcategorías. El estudio documentó que, para la mitad de las categorías no hubo ni una sola revista que revelara públicamente los conflictos de interés de editor (COI).
Muchas revistas que no informan conflictos han respaldado las políticas de publicación que fomentan tales divulgaciones: el 73% de las revistas examinadas pertenecen al Comité de Ética de Publicaciones (COPE), que recomienda que “se declaren los conflictos de interés de los editores, idealmente públicamente”. Además, el 45% de las revistas ha dicho que siguen los estándares del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (ICMJE), que recomiendan la transparencia en todo el proceso de publicación para promover la confianza y la credibilidad.
Desde que el Congreso de EE UU estableció una base de datos pública (Open Payments) y en 2013 empezó a exigir que los fabricantes de productos médicos revelaran sus pagos a los médicos, se ha intensificado el escrutinio externo de los lazos financieros ocultos entre los editores y los autores con la industria. Otro estudio realizado en 2018 y publicado en PLOS ONE por un equipo diferente de investigadores descubrió que, en 2015, aproximadamente la mitad de 703 editores de 60 revistas estadounidenses influyentes de seis especialidades médicas recibieron pagos generales de la industria por actividades como consultoría y viajes; el 22% de los 703 recibieron pagos superiores a US$5.000. Otro estudio en PLOS ONE encontró que, entre 2013 y 2016, la mediana de los pagos a los editores de siete revistas médicas especializadas fue superior a la de los pagos a los médicos de esas especialidades.
Science contactó a los editores de algunas revistas que según el estudio de Dal-Ré no revelan públicamente ningún detalle sobre los conflictos de cada uno de los editores y ninguno de ellos cuestionó el hallazgo, pero dijeron que han tomado medidas para gestionarlos, como exigir a los editores que revelen dichos vínculos internamente y que se recusen en caso necesario.
Por ejemplo, The Lancet sigue los estándares de COPE e ICMJE, dijo Tom Reller, vicepresidente de comunicaciones globales de Elsevier, su editor con sede en Amsterdam. Los editores internos deben “cumplir con las políticas y procedimientos adicionales de COI de la compañía”, escribió en un correo electrónico.
Un portavoz de The New England Journal of Medicine escribió en un correo electrónico que no se permite que sus editores tengan “ninguna relación financiera con compañías biomédicas” y están obligados a afirmar anualmente que no tienen dicha asociación financiera.
En el estudio de Dal-Ré, ni en la lista de las revistas médicas más citadas aparecen publicaciones de la familia de revistas Science; AAAS en Washington, D.C., publica Science Translational Medicine and Science Immunology. Sus editores profesionales deben declarar cualquier conflicto de interés y no pueden tener ningún interés financiero o administrativo con “dispositivos, instituciones o empresas” médicas.