Prescripción
Inhibidores de la Bomba de Protones. El uso continuo de IBP aumenta el riesgo de gastroenteritis viral. Se debe controlar la necesidad de terapia, sugiere un estudio con una gran muestra (Ongoing PPI use ups risk of viral gastroenteritis. Need for ongoing therapy should be monitored, large study suggests)
Diana Swift, Contributing Writer
Medpage Today, 27 de noviembre de 2019
https://www.medpagetoday.com/gastroenterology/gerd/83588
Traducido por Salud y Fármacos
El uso continuo de inhibidores de la bomba de protones (IBP) parece aumentar el riesgo de gastroenteritis viral aguda (GVA) durante los períodos de alta circulación de virus entéricos, sugirió un estudio de una gran cohorte francesa.
Ana-Maria Vilcu, MSMSc de la Universidad de la Sorbona en París y sus colegas, documentaron en un artículo publicado en JAMA Network Open, que el riesgo relativo ajustado (aRR) de gastroenteritis aguda para todas las edades fue 1,81 veces mayor (IC 95% 1,72-1,90) en los 233.596 pacientes que recibieron terapia IBP continua que en los 626.887 pacientes que no la recibieron.
Este riesgo fue mayor entre los adultos de 65 a 74 años (ARR 2,19; IC del 95%: 1,98 a 2,2), y los autores notaron que no surgió asociación entre el uso continuo de IBP y la aparición de GVA en pacientes menores de 45 años.
En un comentario adjunto, Mina Tadrous, PharmD, MS, PhD, del Women’s College Hospital en Toronto, y sus colegas, escribieron que es muy importante preguntar a los pacientes sobre todos los medicamentos que consumen, incluyendo los medicamentos de venta libre, y entender por qué un paciente está utilizando un IBP. Esta información es clave para “identificar la necesidad de deprescribir y reducir los efectos adversos de los medicamentos”.
Escribieron que los médicos deben asegurarse de que los beneficios esperados de los IBP prescritos compensan los riesgos de usar la dosis efectiva más baja durante el período más corto. Tadrous y coautores señalaron que es frecuente que los IBP se utilicen innecesariamente a largo plazo y fuera de etiqueta, y un estudio encontró que en EE UU los expedientes clínicos de hasta el 65% de los pacientes hospitalizados no incluían documentación actualizada que indicara la necesidad de utilizar estos supresores de ácido, lo que genera preocupación por los riesgos de la polifarmacia.
Agregaron que la investigación aporta “información importante relacionada con la gran cantidad de pacientes de alto riesgo que usan IBPs y si la terapia está indicada a largo plazo”, y que los resultados “añaden a la creciente literatura que respalda la importancia de la deprescripción de IBP para reducir sus posibles efectos adversos”.
Vilcu y sus coautores escribieron que varias investigaciones previas han reportado una asociación entre los IBPs y las infecciones entéricas bacterianas, como la infección aislada y recurrente por Clostridium difficile. Al reducir la secreción de ácido clorhídrico en el estómago, estos agentes pueden promover el crecimiento de la microflora gastrointestinal, aumentar la translocación bacteriana, alterar el microbioma gastrointestinal y debilitar el sistema inmunitario, explicó el equipo.
Detalles del estudio
Para el análisis, el equipo identificó a los pacientes que habían tenido al menos un episodio de GVA durante una epidemia de gastroenteritis aguda en el invierno 2015-2016 en Francia. Utilizaron un algoritmo previamente validado en una base de datos de dispensación de medicamentos en 7.000 farmacias comunitarias que se habían prescrito en los servicios de atención ambulatoria.
La mediana de edad de los pacientes en cada grupo fue de aproximadamente 70 años, y aproximadamente el 56% eran mujeres. Se identificó al menos un episodio epidémico en 3.131 pacientes (1,3%) que recibieron terapia con IBP y en 4.327 pacientes (0,7%) que no recibieron terapia con IBP. La mayor incidencia de GVA ocurrió en la semana 3 de 2016, y el período epidémico duró desde la semana 1 de 2016 hasta la semana 5 (del 4 de enero al 7 de febrero). El período preepidémico duró del 26 de septiembre de 2015 al 3 de enero de 2016; y el período posterior a la epidemia duró del 8 de febrero de 2016 al 17 de mayo de 2016.
El aRR de la gastroenteritis aguda fue más alto entre adultos de 65 a 74 años, seguido de adultos de 75 años o más (aRR 1,98, IC 95% 1,81-2,15) y adultos de 45-64 (aRR 1,66, IC 95% 1,54-1,80).
El análisis también encontró una asociación general significativa continua entre los antagonistas del receptor de histamina 2, como la ranitidina (Zantac), y la aparición de GVA en 1.681 pacientes expuestos versus 4.739 pacientes no expuestos (aRR 2,08, IC 95% 1,27-3,39).
Vilcu y sus colegas destacaron la necesidad de más investigación para confirmar la asociación IBP-GVA y examinar los mecanismos fisiopatológicos detrás de ella.
Según los investigadores, las limitaciones del estudio incluían la falta de disponibilidad de diagnósticos, de modo que el estado de GVA dependía únicamente de los datos de dispensación de medicamentos, aunque los medicamentos GVA no son específicos de la enfermedad; como las dosis reales no se conocían, no fue posible evaluar ninguna relación dosis-respuesta; y el riesgo de un seguimiento incompleto del paciente puede haber resultado en una clasificación errónea del resultado o del estado de exposición.
Además, la “definición de exposición estricta” que se utilizó en el estudio podría haber excluido a algunos individuos que consumen IBP de forma continua, y no había información disponible sobre posibles factores de confusión tales como características sociodemográficas, consumo de alimentos, contactos potencialmente contagiosos, índice de masa corporal, tabaquismo y consumo de alcohol. Finalmente, aunque los pacientes a los que se les recetaron antibióticos junto con fármacos GVA no se contabilizaron como casos de GVA, no se tuvieron en cuenta otros eventos que hubieran podido resultar en la administración de antibióticos.
El estudio fue apoyado por el Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia y la Universidad de la Sorbona.
Vilcu y sus coautores informaron no tener conflictos de intereses.
Tadrous informó no tener conflictos de interés, un coautor había recibido fondos de Pfizer, pero no se relacionaban con el comentario.
Fuentes
Vilcu A-M, et al “Association between acute gastroenteritis and continuous use of proton pump inhibitors during winter periods of highest circulation of enteric viruses” JAMA Netw Open 2019; DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2019.16205.
Secondary Source
Hayes KN, et al “Further evidence to monitor long-term proton pump inhibitor use” JAMA Netw Open 2019; DOI: 10.1001/jamanetworkopen.2019.16184.