Los pacientes con enfermedad de Alzheimer (EA) a menudo reciben prescripciones de medicamentos para otros problemas de salud, como la diabetes o la hipertensión, en las mismas dosis que aquellos sin demencia. A raíz de los nuevos estudios con ratones que se han publicado en ACS’ Molecular Pharmaceutics se podría tener que volver a analizar esa práctica. Los hallazgos sugieren que la EA podría alterar la absorción de medicamentos en el tracto digestivo, por lo que es posible que sea necesario ajustar las dosis para estos pacientes.
Debido a que la EA se considera principalmente una enfermedad del sistema nervioso, los científicos se han centrado principalmente en su impacto en la absorción de medicamentos a través de la barrera hematoencefálica (BBB). Su investigación reveló que, en las personas con EA la cantidad y la función de las proteínas que transportan los medicamentos a través del BBB están alteradas. Se ha prestado menos atención a otras barreras biológicas, como el revestimiento del intestino, a través del cual los medicamentos que se administran oralmente pasan al torrente sanguíneo. Sin embargo, los pocos estudios pequeños que se han publicado sobre este tema sugieren que este proceso de absorción puede verse afectado en la EA. Joseph A. Nicolazzo y sus colegas querían saber si estos cambios podrían ocurrir con medicamentos comúnmente recetados a pacientes con EA.
Utilizando ratones que sirven como modelo para la EA, el equipo midió la absorción de compuestos que pasan del intestino delgado al torrente sanguíneo a través de tres mecanismos diferentes. Por ejemplo, los niveles de diazepam en plasma sanguíneo, que transcurre pasivamente a través de las células intestinales para llegar al torrente sanguíneo, fueron similares en los ratones con EA y en los ratones control. Pero los ratones con EA tenían menos valsartán y digoxina en su plasma que los controles. El paso de estos medicamentos a través de las células intestinales está controlado por transportadores que podrían verse interrumpidos por la EA, según una investigación previa del equipo. Estos medicamentos también pueden pasar por los espacios entre las células intestinales, y las muestras de tejido indicaron que estos espacios podrían ser más estrechos en los ratones con EA. Si estos hallazgos se confirman en personas con EA, los investigadores recomiendan revisar los regímenes de dosificación de ciertos medicamentos para garantizar que sus concentraciones plasmáticas permanezcan en el rango apropiado.
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