Muchos de los medicamentos que hay disponibles en el mercado no son innovadores, sino productos que tienen una estructura química parecida y efectos similares en el paciente que los consume, se les conoce como medicamentos me too o yo también. Estos medicamentos me too no suelen aportar ventajas terapéuticas y, como suelen acarrean precios más altos que el producto de referencia, encarecen el costo de la factura farmacéutica. Los autores de este artículo estimaron el impacto de incluir en el formulario de la seguridad social de Buenos Aires, específicamente en el IOMA, los medicamentos me too que se utilizan en el tratamiento ambulatorio de la hipertensión durante el año 2017.
En el 2017, hubo 185.865 pacientes hipertensos, y la mayoría se trataba con un solo antihipertensivo (121.748). A estos pacientes se les prescribieron 20 productos diferentes y la tasa de adherencia al tratamiento fue de 40,5%. Como media, los productos me too eran un 41,23% más caros que los productos de referencia; y el paciente tiene que cubrir una media del 50% del costo (rango 37-68%). Vale la pena notar que el IOMA solía cubrir una proporción más alta del precio de los productos me too que de los productos de referencia.
Si bien la mayoría de los pacientes recibieron tratamiento con los productos de referencia (enalapril, atenolol, losartan, amlodipina, hidroclorotiacida, clartalidona), los que consumieron los productos me too gastaron igual o más que los que consumieron los productos de referencia. Si el IOMA solo permitiera que se recetaran los productos de referencia, podría cubrir el costo del tratamiento de todos los pacientes hipertensos y ahorrar US$2 millones. Una ventaja adicional es que se conocen mejor los eventos adversos de los productos de referencia. Los autores especulan que si el IOMA cubriera el costo total de los medicamentos la tasa de adherencia terapéutica podría aumentar.