Los trastornos convulsivos, que también se conocen como epilepsias, pueden tener diversos niveles de gravedad, desde ser potencialmente mortales e incapacitantes hasta leves y benignos [1]. En la epilepsia, la actividad normal del cerebro se altera, provocando sensaciones, emociones y comportamientos extraños o, en ocasiones, convulsiones, espasmos musculares y pérdida del conocimiento.
El diagnóstico de epilepsia requiere haber tenido dos o más convulsiones [2]. Los pacientes que experimentan una sola convulsión por fiebre alta (llamada convulsión febril) o por lesión en la cabeza no necesariamente tienen epilepsia. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), aproximadamente 3 millones de adultos y 470.000 niños en EE UU tienen trastornos convulsivos activos [3]. El cuadro identifica los principales tipos de epilepsia.
Los medicamentos son el pilar del tratamiento de la mayoría de los pacientes con trastornos convulsivos y la FDA ha aprobado más de dos docenas de estos medicamentos [4]. Aquí revisamos uno de los fármacos anticonvulsivos más antiguos, la fenitoína (Dilantin, Phenytek). Los pacientes que usan este medicamento deben ser conscientes de sus muchos efectos adversos potencialmente graves.
Principales tipos de convulsiones
Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, Tipos de convulsiones, 17 de enero de 2018, https://www.cdc.gov/epilepsy/about/types-of-seizures.htm |
Fenitoína
Usos aprobados
Introducida en la década de 1930, la fenitoína es uno de los fármacos más antiguos para tratar la epilepsia [5]. Fue aprobada por primera vez por la FDA en 1953 [6] y se utiliza como tratamiento de primera línea en dos tipos de convulsiones: las convulsiones generalizadas (tónico-clónicas o gran mal) y las convulsiones parciales (focales) [7].
Los pacientes que toman fenitoína deben adherirse estrictamente el programa de dosificación prescrito e informar al profesional de la salud sobre cualquier situación en la que no le sea posible tomar el medicamento según lo prescrito (por ejemplo, antes, durante o después de una cirugía). La interrupción repentina del fármaco o la reducción rápida de la dosis puede provocar estado epiléptico, una emergencia médica caracterizada por convulsiones prolongadas.
Efectos adversos [8]
La fenitoína puede provocar reacciones adversas cutáneas graves, a veces mortales (incluyendo afecciones conocidas como síndrome de Stevens-Johnson y necrólisis epidérmica tóxica). Ciertos pacientes de ascendencia asiática tienen mayor riesgo de sufrir estos efectos adversos. Los síntomas de estos trastornos de la piel generalmente comienzan durante los 28 días posteriores al inicio del medicamento, pero pueden aparecer más tarde. Los pacientes que desarrollen una erupción cutánea mientras toman fenitoína, deben notificar a sus médicos de inmediato.
Los medicamentos para la epilepsia, incluyendo la fenitoína, aumentan el riesgo de pensamientos o comportamientos suicidas. Los pacientes que usan estos medicamentos deben ser monitoreados para detectar la aparición o el empeoramiento de la depresión, pensamientos o comportamiento suicidas, o cualquier cambio inusual en el estado de ánimo o del comportamiento.
Se ha informado la aparición, en pacientes tratados con fenitoína, de una afección conocida como síndrome de reacción a medicamentos con eosinofilia y síntomas sistémicos (DRESS). El síndrome DRESS también se conoce como hipersensibilidad multiorgánica y en algunos casos ha sido fatal. Los síntomas del síndrome DRESS incluyen fiebre, sarpullido, inflamación de los ganglios linfáticos e hinchazón facial. El trastorno puede causar inflamación del hígado, los riñones, el corazón y los músculos.
Se han notificado casos de frecuencia cardíaca anormalmente lenta y paro cardíaco en pacientes tratados con fenitoína. La mayoría de los casos de paro cardíaco ocurrieron en pacientes que ya tenían una enfermedad cardíaca.
El uso crónico de fenitoína se ha asociado con una disminución de la densidad mineral ósea (osteopenia, osteoporosis y osteomalacia) y fracturas óseas. Es importante destacar que puede disminuir los niveles de vitamina D, lo que puede provocar una deficiencia de vitamina D.
La fenitoína ha causado daños graves a los bebés cuyas madres tomaron el medicamento durante el embarazo. Estos bebés han nacido con paladar hendido, malformaciones cardiacas, cabeza pequeña y deficiencia mental. También ha habido informes de cáncer en niños cuyas madres tomaron fenitoína durante el embarazo. Debido al potencial de efectos adversos graves para el feto, este medicamento no se debe utilizar en mujeres embarazadas.
Otros efectos adversos de la fenitoína incluyen las reacciones alérgicas graves; angioedema (que se caracteriza por hinchazón de la cara, labios, lengua o garganta y dificultad para respirar); daño hepático, que en raras ocasiones puede provocar insuficiencia hepática; anomalías de las células sanguíneas, como niveles bajos de glóbulos blancos y/o plaquetas, anemia; y niveles altos de azúcar en sangre.
La fenitoína también tiene interacciones clínicamente importantes con muchos otros medicamentos de venta con receta y de venta libre. Por ejemplo, algunos medicamentos cuando se toman concomitantemente con fenitoína pueden aumentar los niveles sanguíneos de fenitoína, lo que puede resultar en toxicidad por fenitoína. Estos incluyen ciertos antibióticos (por ejemplo, trimetoprim sulfametoxazol- [Bactrim, Septra, Sulfatrim Pediatric]), antidepresivos (por ejemplo, fluoxetina [Prozac, Sarafem]), medicamentos antimicóticos (por ejemplo, fluconazol [Diflucan]), otros medicamentos para la epilepsia, por ejemplo, topiramato [Qudexy XR, Topamax, Trokendi XR]) y medicamentos para disminuir el ácido del estómago (por ejemplo, omeprazol [Prilosec]). Los signos de toxicidad por fenitoína incluyen pérdida de coordinación muscular, movimientos oculares repetitivos involuntarios, dificultad para hablar, somnolencia y confusión. Para obtener más detalles, consulte el artículo de Worst Pills Best Pills de septiembre de 2019, interacciones medicamentosas importantes de la fenitoína, un fármaco anticonvulsivo.
Lo que puede hacer
Antes de tomar fenitoína, informe a su médico sobre todas sus afecciones médicas, incluyendo si:
Si necesita tratamiento con fenitoína, revise una lista de todos sus otros medicamentos de venta con receta y de venta libre con su médico para evaluar las interacciones medicamentosas potencialmente significativas. Si está tomando fenitoína, es posible que deba someterse a análisis de sangre para controlar los niveles de fenitoína después de comenzar o suspender un medicamento nuevo que pueda interactuar con la fenitoína.
Debe evitar beber alcohol mientras toma fenitoína sin antes hablar con su médico. Beber alcohol mientras toma fenitoína puede alterar el nivel del medicamento en sangre, lo que puede causar problemas graves.
No conduzca, opere maquinaria pesada ni realice otras actividades peligrosas hasta que sepa cómo le afecta la fenitoína, porque puede ralentizar su pensamiento y sus habilidades motoras.
Por último, llame a su médico inmediatamente si tiene alguno de los siguientes síntomas mientras toma fenitoína:
Referencias