Alizaprida es químicamente similar a metoclopramida. En Francia, está autorizado en forma de comprimidos para el tratamiento sintomático de las náuseas y los vómitos (excepto durante el embarazo) y como solución inyectable para la prevención y el tratamiento de las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia [1-3].
Los datos de evaluación clínica de alizaprida son escasos y solo incluyen a pacientes adultos [3, 4]. Al igual que otros neurolépticos utilizados como antieméticos, alizaprida conlleva un riesgo en particular de efectos adversos extrapiramidales y trastornos cardíacos, incluyendo prolongación del intervalo QT en el electrocardiograma [2].
La reevaluación europea del balance riesgo-beneficio de alizaprida llevó a la retirada de su indicación para uso pediátrico a mediados de 2019, principalmente debido a la falta de eficacia demostrada en esta población de pacientes [1, 5].
Metoclopramida es el neuroléptico mejor evaluado para la prevención de las náuseas y los vómitos inducidos por la quimioterapia. No se ha demostrado que alizaprida cause menos efectos adversos que metoclopramida, que tiene un uso terapéutico limitado debido a sus efectos adversos [2, 6]. Para las náuseas y los vómitos leves a moderados, por ejemplo, durante un episodio de gastroenteritis, ningún neuroléptico presenta un balance riesgo-beneficio favorable [7].
En la práctica
En la mayoría de los casos de náuseas en los niños no está justificado el uso de un antiemético. Cuando está justificado el uso de un antiemético neuroléptico, metoclopramida es la mejor opción, tanto en niños como en adultos.
Referencias