En octubre de 2019, el Instituto Nacional de Salud italiano publicó un informe de evaluación de 27 casos de daño hepático atribuidos a un suplemento dietético basado en cúrcuma que ocurrieron en Italia entre noviembre de 2018 y junio de 2019 [1, 2]. La mediana de edad de los pacientes fue de 55 años y la mayoría eran mujeres. Excepto un paciente, todos requirieron hospitalización. En casi todos los casos, el efecto adverso notificado fue hepatitis aguda: en 11 casos se especificó como hepatitis colestásica. La duración de la exposición fue de entre 8 días y 8 meses (mediana de 2 meses). En 7 casos se indicó la ausencia de otro tratamiento. Se identificó una amplia variedad de suplementos dietéticos, basados únicamente en la cúrcuma o en combinación con otros ingredientes. Los análisis de muestras de estos productos no arrojaron ninguna evidencia de contaminación. No se ha determinado la causa exacta de esta serie de casos [1].
La contaminación de los suplementos dietéticos basados en cúrcuma, por ejemplo por plomo, se ha establecido en el pasado en otras series de casos. En marzo de 2009, un suplemento dietético basado en cúrcuma se relacionó con 11 casos de daño hepático en Suecia y 5 en Noruega, algunos de los cuales resultaron mortales [3]. El suplemento dietético contenía nimesulida, un antiinflamatorio no esteroideo que conlleva un riesgo particular conocido de daño hepático [4].
La cúrcuma se extrae de los rizomas de la Curcuma longa, una planta herbácea cultivada en regiones tropicales y subtropicales, principalmente en India. La cúrcuma se utiliza como especia y en la medicina tradicional china e hindú [3].
Algunos preparados en polvo etiquetados como cúrcuma a veces están contaminados con polvo de otras especies de cúrcuma, especialmente de la especie Curcuma zedoaria, cuya toxicidad es conocida [3, 4].
Las supuestas acciones beneficiosas de la cúrcuma se atribuyen a la curcumina (un polifenol) y sus derivados, que son de color amarillo, se encuentran de forma natural en el rizoma y se denominan curcuminoides. La curcumina es un colorante alimentario autorizado con el código E100 [3].
Los curcuminoides se extraen del polvo de cúrcuma mediante disolventes orgánicos. El método de extracción afecta al contenido de curcuminoides del producto final. Los disolventes autorizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la extracción de curcuminoides son acetona, metanol, etanol e isopropanol. La Comisión Europea ha autorizado una lista más amplia de disolventes: acetona, dióxido de carbono, acetato de etilo, diclorometano, n-butanol, metanol, etanol y hexano. Se ha establecido una concentración residual máxima permitida en el producto final para cada disolvente [3].
En la práctica
El estado de suplemento dietético da muy pocas garantías sobre la composición del producto y, por tanto, ofrece poca protección al consumidor. La composición de los extractos de cúrcuma varía tanto en calidad como en cantidad, y en ocasiones se produce contaminación. En la práctica, ante un trastorno sin explicación lógica, conviene investigar si se ha podido consumir este tipo de productos, considerar una posible conexión con el trastorno y notificar la información relevante a las autoridades correspondientes.
Referencias