Varios fármacos denominados antiespasmódicos se ofertan para el tratamiento del dolor de origen gastrointestinal, urinario o ginecológico, a menudo a pesar de que su evaluación es poco convincente. ¿Cuáles son los riesgos para la madre y el feto cuando se toman durante el embarazo?
Riesgo de malformaciones en el feto por exposición intrauterina: muchas incógnitas. Los datos procedentes de estudios en animales son insuficientes para descartar la acción teratogénica de alverina, clidinio, mebeverina, floroglucinol, pinaverio, otilonio y aceite esencial de menta [1, 2].
A dosis muy superiores a las dosis terapéuticas empleadas en humanos, se ha demostrado que los siguientes productos tienen un efecto teratogénico: trimebutina (anomalías esqueléticas), papaverina (en particular, defectos de cierre del tubo neural, anomalías de la médula espinal y dilatación del cuarto ventrículo), e hioscina o escopolamina (anomalías oculares y esqueléticas) [1-4]. Se ha demostrado que el doble de la dosis terapéutica habitual de mebeverina tiene un efecto embriotóxico en ratas [5].
En humanos, un estudio de cohortes con unos 5.000 niños expuestos a floroglucinol durante el primer trimestre del embarazo no reveló ningún riesgo notable [6]. Un estudio de cohortes con unos 2.500 niños expuestos al clidinio durante el primer trimestre del embarazo no demostró ningún riesgo de malformaciones importantes [4]. Los datos de unas 300 mujeres embarazadas expuestas a escopolamina durante el primer trimestre del embarazo no identificaron ninguna señal de seguridad en particular [1, 4]. Los datos sobre la exposición a papaverina durante el primer trimestre del embarazo son insuficientes para descartar ningún riesgo.
Nuestra búsqueda bibliográfica no identificó ningún estudio epidemiológico de mujeres expuestas durante el primer trimestre del embarazo a alverina, mebeverina, otilonio, pinaverio, tiemonio, trimebutina o al aceite esencial de menta.
Exposición en el segundo o tercer trimestre del embarazo: muy pocos datos. Cuando se toman antiespasmódicos durante el segundo o tercer trimestre del embarazo, se pueden esperar efectos adversos en la madre y el feto, en particular trastornos neuropsiquiátricos, cardíacos y gastrointestinales [7-13]. Se desconocen los efectos a largo plazo.
No hay datos disponibles sobre la exposición fetal durante el segundo y tercer trimestre del embarazo a alverina, clidinio, mebeverina, otilonio, pinaverio, floroglucinol, tiemonio y trimebutina. Un estudio de casos y controles con 600 niños con paladar hendido no mostró evidencias de un aumento del riesgo con papaverina, pero muy pocos niños estuvieron expuestos durante el segundo o tercer trimestre del embarazo, por lo que no se puede descartar cualquier riesgo [2, 14]. Como resultado de sus efectos adversos antimuscarínicos conocidos, es probable la aparición de arritmias cardíacas [7-13].
Un estudio de casos y controles con unos 600 niños expuestos a papaverina durante el segundo o tercer trimestre del embarazo no demostró ningún riesgo notable [3].
La hioscina o escopolamina conlleva un riesgo de taquicardia fetal [2].
Un estudio de casos y controles con unas 3.000 mujeres embarazadas expuestas durante el segundo o tercer trimestre del embarazo no mostró una relación entre el riesgo de bajo peso al nacer y la exposición intrauterina al aceite esencial de menta [15].
Exposición próxima al parto: principalmente riesgo de trastornos neurológicos y cardíacos. Cuando se toman antiespasmódicos cerca del momento del parto, el recién nacido está expuesto a sus efectos adversos conocidos, en particular los efectos antimuscarínicos de algunos de estos fármacos [7-13, 16].
Nuestra búsqueda bibliográfica no identificó ningún estudio acerca del efecto sobre el neonato de la mayoría de los antiespasmódicos (alverina, clidinio, otilonio, floroglucinol, tiemonio) cuando se administran cerca del momento del parto.
La sobredosis de trimebutina debido a errores de dosificación en bebés reveló toxicidad neurológica (somnolencia, convulsiones, coma) y toxicidad cardiovascular (taquicardia ventricular, hipertensión) [8]. Se observó un aumento de las contracciones uterinas con mebeverina intravenosa en mujeres con riesgo de parto prematuro [2]. La administración de pinaverium al final del embarazo puede tener efectos neurológicos en el recién nacido (hipotonía, sedación) debido a la presencia de bromuro [17].
El uso de aceite esencial de menta por parte de la madre cerca del momento del parto expone al recién nacido a un riesgo de trastornos neurológicos, en particular convulsiones, debido a la presencia de derivados terpénicos [18].
En la práctica
Existe un alto grado de incertidumbre sobre los riesgos para el feto del tratamiento con antiespasmódicos durante el embarazo. Dada su mínima eficacia en el mejor de los casos, no está justificada la exposición del feto a estos fármacos.
En el primer trimestre del embarazo, no se halló un aumento del riesgo de malformaciones tras la exposición intrauterina a floroglucinol en varios miles de mujeres embarazadas. En caso de exposición durante el primer trimestre por desconocimiento del embarazo, deben tratarse con la paciente las incertidumbres relativas a los efectos de otros fármacos y debe planificarse una posible monitorización ecográfica. En caso de exposición a un antiespasmódico cerca del final del embarazo, es mejor advertir a los profesionales sanitarios implicados en el proceso asistencial, de forma que el tratamiento de la paciente pueda adaptarse a los efectos predecibles derivados.
Referencias