Resumen
La proporción de la población mundial que tiene 65 años o más está aumentando rápidamente. Las infecciones en este grupo de edad, más recientemente la de SARS-CoV-2, causan mucha morbilidad y mortalidad. Las vacunas para personas mayores han mejorado mucho, ya sea mediante la adición de nuevos adyuvantes, como en la nueva vacuna zóster recombinante y en la nueva vacuna contra la influenza con coadyuvante, o aumentando la concentración de antígeno, como en las vacunas contra la influenza.
En este artículo revisamos las mejoras en las vacunas para las tres enfermedades más importantes que afectan a los adultos mayores y se pueden prevenir con vacunas. La vacuna contra el zóster recombinante tiene una eficacia del 90%, que se ve mínimamente afectada por la edad de la persona que se vacuna y persiste durante más de cuatro años.
El aumento de la dosis de antígeno o la inclusión de adyuvantes ha mejorado la inmunogenicidad de las vacunas contra la influenza en los adultos mayores, aunque se están haciendo muchos estudios sobre la efectividad relativa de las vacunas mejoradas contra la influenza y la durabilidad de la respuesta inmune.
Las vacunas antineumocócicas conjugadas y polisacáridas tienen una eficacia similar contra la enfermedad neumocócica invasiva y la neumonía neumocócica causada por los serotipos de la vacuna en los adultos mayores. Su valor relativo varía según el entorno, según la prevalencia de los serotipos de la vacuna, y está en gran parte relacionado con la cobertura de la vacuna conjugada en los niños.
La eficacia mejorada de las vacunas aumentará la confianza del público y la aceptación de estas vacunas. La coadministración de estas vacunas es factible e importante para que más personas mayores las utilicen.
El desarrollo de nuevas plataformas de vacunas se ha acelerado tras la llegada del SARS-CoV-2 y probablemente resultará en nuevas vacunas contra otros patógenos.
Nota de Salud y Fármacos: los autores de este artículo dicen han realizado consultorías o participando en comités de asesores de las grandes empresas productoras de vacunas. También han recibido becas de investigación.