Políticas
Después de que la pandemia Covid-19 expusiera fallas fundamentales en el entramado de la salud global, una propuesta para un nuevo tratado para las pandemias que podría fortalecer la capacidad del mundo para contener la pandemia actual y prepararse para futuras pandemias está ganando impulso.
Ese fue el mensaje clave al revelarse, en la Organización Mundial de la Salud (OMS), una carta abierta de 25 líderes mundiales pidiendo al mundo que negocie un tratado de este tipo. Entre los líderes que respaldan la iniciativa está Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, y otras dos docenas de líderes mundiales.
Entre los otros firmantes figuran Boris Johnson del Reino Unido, Angela Merkel de Alemania, Emmanuel Macron de Francia, junto con los líderes de Indonesia, Kenia, Ruanda y Cyril Ramaphosa de Sudáfrica. Pero China, EE UU y Rusia aún no se han sumado a la iniciativa.
“Hoy, estamos solicitando un tratado internacional sobre pandemias [para] fomentar un enfoque integral que permita predecir, prevenir y responder mejor a las pandemias”, dijo Michel, quien ha defendido el tratado desde fines del año pasado y dijo que respaldaría el principio de “salud para todos”.
Si se ratifica, el tratado otorgará a la OMS la influencia política para poder ejecutar mejor una parte de su mandato, porque le proporcionaría mejores sistemas de alerta pandémica, mejores inversiones para investigar el coronavirus y facilitaría el intercambio de datos cruciales sobre patógenos infecciosos, cadenas de suministro y fórmulas de vacunas.
El director general de la OMS, Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, se hizo eco de los sentimientos de Michel y dijo: “El momento de actuar es ahora. El mundo no puede darse el lujo de esperar hasta que termine la pandemia para comenzar a planificar la próxima. No podemos hacer las cosas como las hemos hecho antes y esperar un resultado diferente. Sin una respuesta coordinada internacionalmente… seguimos siendo vulnerables.”
Tratado para la pandemia arraigado en la Constitución de la OMS
El tratado “estaría enraizado en la constitución de la Organización Mundial de la Salud, atrayendo a otras organizaciones relevantes para este esfuerzo”, decía la carta, que también habían firmado los presidentes de: Albania, Chile, Costa Rica, Grecia, Corea, Trinidad y Tobago, Holanda, Senegal, España, Noruega, Serbia, Indonesia y Ucrania. “El nuevo tratado se apoyaría en los instrumentos de salud mundial existentes, especialmente el Reglamento Sanitario Internacional (RSI), asegurando una base firme y probada sobre la que podemos construir y mejorar”.
El tratado para las pandemias fortalecerá el mandato de la OMS
Según Michel, “Este tratado [podría] jugar un papel interesante en asegurar mayor transparencia en las cadenas de suministro [y] en el nivel de producción de vacunas y de pruebas diagnósticas; significará más fuerza y mejor cooperación”.
Michel sugirió que el tratado también se podría usar para ampliar la producción de vacunas, pues facilitará la transferencia de tecnología a países de ingresos bajos y medios, haciendo referencia a la “tercera vía” propuesta inicialmente por la nueva directora de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Ngozi Okonjo-Iweala.
Michel dijo: “Ciertamente, en la comunidad internacional hay un debate sobre cómo mejorar la capacidad de producción de vacunas para mejorar la cobertura, particularmente en el continente africano. Estamos siguiendo de cerca el debate en la OMC sobre la ‘tercera vía ‘expresada por Ngozi.”
EE UU y China no firmaron la carta, pero enviaron “comentarios” positivos
Aunque China y EE UU no firmaron la carta abierta del martes, el Dr. Tedros dijo que ambos países habían emitido comentarios “positivos” durante las discusiones informales con los Estados miembro, y que el que la carta abierta solo hubiera sido firmada por dos docenas de países no era necesariamente un problema: “No se requieren los 194 países [para escribir una carta abierta]. No quiero que se vea como problema, ni siquiera fue un problema. Cuando comience el debate sobre el tratado global para la pandemia, todos los Estados miembros estarán representados.”
El Tratado de la Pandemia complementará el Reglamento Sanitario Internacional
Mientras tanto, Mike Ryan, Director de Programas de Emergencia de la OMS, enfatizó que el tratado “de ninguna manera” socavaría el marco global existente que rige el comportamiento de los países de la OMS durante las emergencias sanitarias: el Reglamento Sanitario Internacional (RSI) es jurídicamente vinculante. Estas regulaciones establecen el mandato sobre lo que los países tienen obligación de informar sobre los riesgos de brotes de enfermedades, y la información sobre epidemias que deben compartir con la OMS y otros estados miembros.
Más bien, el tratado para las pandemias generaría el compromiso político necesario para asegurar que se implemente el RSI; y al cubrir un conjunto más amplio de cuestiones que las que cubre el RSI, como el intercambio de datos cruciales, reforzaría la preparación y la respuesta a una pandemia mundial.
Ryan dijo: “El RSI … es un instrumento realmente bueno, pero en sí mismo, es una legislación que carece de significado a menos que los países estén plenamente comprometidos con su implementación. El RSI solo funciona si tenemos confianza, si tenemos transparencia, si tenemos responsabilidad. Un tratado de este tipo proporcionaría ese marco político en el que nosotros, los que estamos en el ámbito de la salud pública, podríamos hacer nuestro trabajo de forma mucho más eficaz.”
“Definitivamente, el tratado propuesto acarreará un fuerte compromiso político y apoyo para la implementación del RSI”, agregó Jaouad Mahjour, Director Regional de la OMS para la región del Mediterráneo Oriental, quien también habló en la conferencia de prensa del martes.
Como respuesta inicial a la iniciativa, la Federación Internacional de Asociaciones y Fabricantes de Productos Farmacéuticos (IFPMA) dijo que los socios farmacéuticos deberían desempeñar un papel en la configuración de dicho tratado. La declaración reflejó la preocupación de IFPMA por preservar lo que describió como el “sistema de incentivos” que representan las patentes para el desarrollo de nuevas vacunas y medicamentos.
El comunicado de la IFPMA decía:
“Las discusiones en torno a un posible Tratado Internacional para las Pandemias deben tener en cuenta el importante papel que desempeña la innovadora industria biofarmacéutica y su cadena de suministro en la lucha contra el virus. Será importante reconocer el papel fundamental que juega el sistema de incentivos en el desarrollo de pruebas diagnósticas, terapias y vacunas para contener y derrotar al coronavirus. Esperamos que las discusiones sobre un tratado internacional contra una pandemia aborden lo que podría facilitar la preparación para una futura pandemia: la importancia de los incentivos para la innovación futura, el acceso inmediato y sin restricciones a los patógenos y la importancia del libre flujo de bienes y mano de obra durante la pandemia, además de continuar con la inclusión de las múltiples partes interesadas, como se ha hecho con ACT-A y COVAX”.
Nota de Salud y Fármacos. Priti Patnaik escribió un comentario en el que dice que es importante aclarar las reglas para compartir la información sobre patógenos y secuencias genéticas porque, aunque los países compartan muestras físicas de patógenos y datos de secuencias genéticas, podrían quedar excluidos del acceso a vacunas y pruebas diagnósticas desarrolladas en base a esa información si no hay compromisos vinculantes sobre la distribución de beneficios. Covid-19 nos muestra, que esto ha sucedido. Si el tratado para las pandemias se negocia y adopta sin incluir compromisos adecuados sobre la distribución de beneficios, podría amenazar no solo los derechos soberanos, sino que podría reemplazar las reglas establecidas sobre los derechos que tienen las personas sobre los recursos genéticos.
Otros, incluyendo el Third World Network, han criticado que los políticos se preocupen de futuras pandemias en lugar de apoyar las estrategias para resolver la pandemia de Covid -19. En concreto critican el nacionalismo de las vacunas, los límites a la exportación de las vacunas, y la oposición al llamado de que la OMC no reconozca las patentes para los productos para combatir el Covid-19.