Prescripción

A aproximadamente un tercio de las personas con trastorno del espectro autista (TEA) se les recetan varios medicamentos para controlar las comorbilidades y los síntomas, según datos de un estudio de cohorte retrospectivo con más de 26.000 pacientes.

“Los médicos que atienden a pacientes con TEA tienen que afrontar los desafíos de controlar la enfermedad primaria, así como las afecciones médicas concurrentes, y coordinar con los profesionales de los servicios sociales y educativos para ofrecer una atención integral”, escribió Aliya G. Feroe y colegas de la Facultad de Medicina de Harvard.

Las clases de medicamentos que se usan para tratar a las personas con TEA incluyen medicamentos para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), antipsicóticos, antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo, benzodiazepinas, ansiolíticos e hipnóticos, pero las tasas de prescripción de estos medicamentos en pacientes con TEA no se han analizado en muestras grandes, dijeron los investigadores.

En un estudio publicado en JAMA Pediatrics, los investigadores identificaron a 26.722 personas con TEA utilizando una base de datos de atención médica de EE UU, y analizaron la información registrada en las historias clínicas entre el 1 de enero de 2014 y el 31 de diciembre de 2019 [1]. La información utilizada incluyó los registros de facturas de pacientes hospitalizados y ambulatorios, y los registros de las recetas surtidas en las farmacias comerciales. Los individuos recibieron al menos 1 de los 24 medicamentos que más se utilizan para tratar el TEA o las comorbilidades. La edad promedio de los participantes en el estudio fue de 14 años y el 78% eran hombres. Los códigos de diagnóstico para TEA se basaron en la Novena Revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades, y en la Décima Revisión de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados.

Durante los 6 años del estudio, aproximadamente un tercio de los participantes (rango de 28,6% a 31,5%) tomaron tres o más medicamentos a la vez. En cualquier año, a aproximadamente el 41% de los niños se les recetó un solo medicamento, al 17% se les recetaron dos, al 7,9% cuatro y al 3,4% cinco. Los cambios de medicación ocurrieron con más frecuencia dentro de las clases que entre las clases, y las razones para estos cambios pueden incluir la preferencia del paciente, los efectos adversos y el costo, anotaron los investigadores.

El número total de niños a los que se recetó un medicamento específico se mantuvo constante, anotaron los investigadores. “Por ejemplo, el número total de personas a las que se les recetó metilfenidato pasó de 832 en 2014 a 850 en 2015, 899 en 2016, 863 en 2017 y 838 en 2018”, escribieron.

15 de los 24 medicamentos incluidos en el estudio se asociaron con al menos un 15% de personas con trastornos de ansiedad no especificados, neurosis por ansiedad o trastorno depresivo mayor; y 11 de los medicamentos se asociaron a una prevalencia de al menos 15% de TDAH. La prevalencia del TDAH en pacientes que tomaban estimulantes variaba según el tipo de TDAH, dijeron los investigadores.

Las comorbilidades más frecuentes entre los pacientes que tomaban antipsicóticos fueron el TDAH combinado (11,6% -17,8%) y el trastorno de ansiedad (13,1% -30,1%). Los hallazgos del estudio sugieren que muchos médicos están incorporando medicamentos para manejar el TEA, dijeron los investigadores.

“Aunque no existe un tratamiento médico para los déficits centrales de comunicación social y los patrones de comportamiento repetitivos del TEA, la Academia Estadounidense de Pediatría recomienda que los médicos consideren el uso de medicamentos para manejar las afecciones comórbidas frecuentes, incluyendo las convulsiones, TDAH, trastornos de ansiedad, trastornos del estado de ánimo, y trastornos de conducta disruptiva”, dijeron.

Este estudio tiene varias limitaciones, incluyendo la posibilidad de que haya inconsistencias entre los informes de diagnóstico y las facturas de farmacia, anotaron los investigadores. Otras limitaciones incluyeron la falta de evaluación clínica directa para validar los diagnósticos y la ausencia de instrumentos de diagnóstico validados para detectar comorbilidades, agregaron.

“Nuestros hallazgos sugieren que los médicos podrían estar incrementando el uso de enfoques integrados para tratar a los pacientes con TEA y sus afecciones concurrentes, y es necesario seguir trabajando para determinar los efectos relativos de la farmacoterapia frente a las intervenciones conductuales en los pacientes con TEA”, concluyeron los investigadores.

Muchas razones para múltiples medicamentos
“Los investigadores hicieron un gran esfuerzo para proporcionar datos a gran escala”, dijo en una entrevista Herschel Lessin, MD, del Children’s Medical Group, Poughkeepsie, Nueva York.

“Los resultados ilustran el hecho de que se recetan muchos medicamentos a los niños autistas por muchas razones, algunas de las cuales no están del todo claras”, dijo Lessin. El estudio también refleja la falta crónica de servicios conductuales de salud para niños, anotó. Muchos niños con TEA son derivados a servicios a los que no pueden acceder, dijo. “Como resultado, ven a médicos que solo pueden recetar medicamentos para tratar de controlar comportamientos o síntomas cuya causa no está clara” y que podrían ser TEA u otras comorbilidades, enfatizó.

Para Lessin, el gran tamaño de la muestra refuerza los resultados del estudio, que también tiene limitaciones porque se usaron las facturas que se presentan a las aseguradoras tanto públicas como privadas, que no explican cómo se hicieron los diagnósticos. Una limitación adicional es el hecho de que muchos medicamentos para niños con autismo se usan fuera de indicación, por lo que no se puede conocer el motivo específico para usarlos, dijo.

El mensaje para para los médicos es que los niños con TEA reciben muchos medicamentos, y los pediatras no suelen ser responsables de varios medicamentos “, dijo Lessin. En última instancia, el estudio es “un llamado a realizar más investigaciones”, para aclarar los detalles de qué medicamentos están indicados y son útiles, dijo.

El estudio no recibió financiación externa. Los investigadores y Lessin no tuvieron conflictos financieros que revelar. Lessin es miembro de la junta asesora editorial de Pediatric News.