Ética
Según un artículo publicado en Endpoints [1], que resumimos a continuación, Stanley Erck ha impulsado un cambio muy importante en la empresa Novavax, que ha pasado de estar cerca de la bancarrota a ser un líder en las vacunas contra el Covid 19, por lo que su director ejecutivo ha recibido una recompensa generosa.
En enero de 2020, cada acción de Novavax valía US$4 centavos, y ahora está a US$237,53, y en un momento superó los US$300. En 2019, la compensación de Erck fue de US$2,4 millones, pero en 2020 recibió un enorme paquete en opciones para comprar acciones (por valor de US$44,1 millones), US$657.000 en salario, US$2,7 millones en acciones y US$11.400 en un plan de pensiones (401k).
Novavax no recibió dinero federal para el desarrollo de la vacuna, pero sí recibió ayuda para su producción. La vacuna de Novavax se iba a producir en la planta de Emergent en Baltimore, pero el gobierno de EE UU dio prioridad a la vacuna de J&J, por lo que Novavax tuvo que buscar otra sede, algo que dados los problemas de contaminación que ocurrieron en esa planta con las vacunas de J&J podría haber acabado beneficiándolo.
Dados los problemas con las vacunas de AstraZeneca y J&J, la vacuna Covid de Novavax podría convertirse en una tercera opción, después de las vacunas de Pfizer y Moderna.
Además de Erck, el director ejecutivo, también se han beneficiado de la pandemia, Gregory Glenn, presidente de I + D de Novavax recibió US$24,9 millones y el CCO John Trizzino ganó US$21,3 millones. Los empleados de la empresa también se beneficiaron, su salario medio en 2020 estaba por encima de US$400.000.
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