Ética
Un liderazgo deficiente y una política global débil e inconsistente han provocado que la información clave solo se haya compartido gracias a la iniciativa voluntaria de ciertas empresas que desarrollan vacunas, gobiernos y compradores de vacunas. Apremia la necesidad de reformar la política global para mejorar los estándares para compartir la información e incorporar la transparencia en los procesos de desarrollo y contratación.
El argumento a favor de la transparencia en el desarrollo y en los contratos de vacunas es claro: la enorme demanda mundial, las grandes sumas de dinero público que ya se han invertido y gastado, y la necesidad de fomentar la confianza del público en las vacunas porque es la mejor manera de controlar la pandemia. Sin embargo, nuestro análisis de los datos de contratación de 20 de las principales candidatas a vacuna COVID-19, algunas de las cuales ya se están utilizando en todo el mundo, descubrió que hay una tendencia que preocupa a ser muy poco transparentes. Por ejemplo, el 30% de las vacunas COVID-19 que se estaban desarrollando en el momento de nuestra investigación fueron elaboradas por entidades con sede en países que no requieren que se informen los resúmenes de los resultados de los ensayos clínicos en un plazo de 12 meses.
Transparencia de los ensayos clínicos
Desde marzo de 2020, se han gastado miles de millones en el desarrollo de vacunas, y casi diariamente hemos recibido noticias de nuevos descubrimientos. Sin embargo, faltan orientaciones y legislación para que las entidades que desarrollan medicamentos, quienes financian y las agencias reguladoras de medicamentos intercambien información sobre los resultados de los ensayos clínicos durante una emergencia de salud pública. Esto ha aumentado el riesgo de una influencia y manipulación indebidas en el proceso de desarrollo clínico. Si no hay procesos y cronogramas transparentes, armonizados y legalmente vinculantes que obliguen a compartir los resultados de los ensayos clínicos, las entidades que desarrollan productos farmacéuticos pueden presentar sus datos de la manera más halagadora y beneficiosa, o retener toda la información. Estos riesgos se acrecientan por la inmensa presión para producir tratamientos y vacunas rápidamente, y por las enormes cantidades de dinero que se ofrecen por los productos eficaces.
Para complicar aún más el panorama, los requisitos de transparencia en los ensayos clínicos difieren ampliamente de un país a otro, generando un contexto político global confuso. El nivel de intercambio de datos depende de la ubicación de los ensayos clínicos, el lugar donde se fabricarán las vacunas y el país en dónde se solicitará el permiso de comercialización.
Todos estos factores han permitido que cada vez más se transmita la “ciencia a través de los comunicados de prensa” y que sean los medios de comunicación quienes con frecuencia anuncien los resultados de los ensayos clínicos sin adjuntar una publicación del análisis de los datos asociados. Esto facilita la diseminación de información errónea y ocasiona malentendidos potencialmente peligrosos. (Nota de Salud y Fármacos: esos comunicados de prensa permiten que la industria cumpla con su obligación de informar lo antes posible a sus accionistas).
Transparencia en los contratos
Históricamente, las compras públicas, el proceso por el cual los gobiernos contratan a los proveedores de productos, en el sector salud han sido muy vulnerable al desperdicio y la corrupción, lo que resulta en menos productos que salvan vidas y que llegan de manera eficiente a los destinatarios.
La transparencia en los contratos de suministro de vacunas proporciona información vital, como el precio por dosis, que puede garantizar que los fondos públicos se gasten de la manera más eficaz posible, salvando más vidas. Los gobiernos pueden mejorar su comprensión de los procesos de adquisiciones, y utilizar la información de los precios de los contratos para tomar decisiones informadas. La sociedad civil y los periodistas pueden monitorear el proceso para identificar irregularidades e investigar la corrupción. Los legisladores pueden escudriñar los detalles del contrato y monitorear su desempeño. Esta supervisión adicional reduce el riesgo de grandes actos de corrupción o actos ilícitos, como la captura estatal o el enriquecimiento ilícito.
A pesar de que gobiernos de todo el mundo han reconocido sus claros beneficios, al inicio de la pandemia no se contaba con una guía sólida sobre transparencia contractual en emergencias de salud pública. Como resultado, ha habido una tasa de publicación extremadamente baja de contratos de vacunas COVID-19 en todo el mundo. Es más, en los contratos que se han publicado hay tachaduras importantes que ocultan detalles clave de interés público y pueden contribuir a explicar por qué muchos países perdieron en la carrera inicial por acceder a las vacunas.
En base a la limitada información disponible, también encontramos una gran variabilidad en los precios de las vacunas. Algunos compradores están pagando más de lo que esperaríamos en comparación con el PIB per cápita. Además, la inclusión de extensas cláusulas de indemnización en los contratos disponibles sugiere que los contratos están transfiriendo los riesgos financieros hacia los gobiernos nacionales y lejos del desarrollador.
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