El fabricante catalán de hemoderivados Grifols ha anunciado hoy la compra de su competidora alemana Biotest, con una inversión de 1.600 millones de euros. La firma explicó a la CNMV que la compañía ha llegado a un acuerdo con el accionista mayoritario, el grupo chino Creat, para comprarle su participación, por 1.100 millones de euros, y lanzará una oferta pública de adquisición sobre el resto de las acciones, que cotizan en la bolsa de Frankfurt. El grupo asume, además, la deuda de la compañía alemana, lo que eleva el valor total de la operación hasta los 2.000 millones de euros.
La compra de Biotest permitirá a Grifols incorporar los 26 centros de plasma que esta empresa tiene en Europa, un activo clave para revertir la escasez de plasma, que ha lastrado su producción en los últimos meses, y más aún por su situación en Europa, ya que más del 80% de los 380 centros de plasma de la empresa están en Estados Unidos.
Biotest es una empresa del sector de la salud que cotiza en bolsa y está especializada en hematología e inmunología clínica innovadora, con un portafolio de I+D que incluye nuevas proteínas plasmáticas, que complementan la cartera de productos de Grifols. La operación valora Biotest en 1.600 millones de euros.
Según explicó la compañía en un comunicado, Biotest es una empresa especializada en hematología e inmunología clínica innovadora, con presencia en 90 países y 1.928 empleados. Tiene una cartera de derivados del plasma, “totalmente complementaria a Grifols”, con sinergias tanto de ingresos como de costes. Así, su integración permitirá elevar las ventas de Grifols hasta los 7.000 millones de euros en 2024, un 30% más que las de 2020, con un aumento adicional de la rentabilidad operativa, que situará el Ebitda en 2.000 millones, un 51% más que el del año pasado.
La compañía, que dirigen Raimon y Victor Grífols, ha sido asesorada por el bufet Osborne Clarke, y espera concluir la compra a finales del primer semestre de 2022 tras superar todos los obstáculos regulatorios.
Según el comunicado enviado por la firma al regulador bursátil, Grifols ha llegado a un acuerdo con Tiancheng, una empresa del grupo Creat con sede en Hong Kong, para comprarle la filial alemana que controla las acciones de Biotest: el 89,88% de las acciones ordinarias con derecho a voto de Biotest (pero que sólo representan el 44,54% del capital de la empresa) y otro 0,54% del capital en acciones preferentes sin derecho a voto. Por ello, Grifols lanzará una opa para comprar al resto de los accionistas, a 43 euros por cada acción ordinaria y 37 euros por las preferentes, con un desembolso de otros 500 millones. Grifols ofrece una prima del 23% respecto al valor medio de las acciones de Biotest en los últimos 30 días.
“En general, creemos que la operación tiene sentido desde el punto de vista estratégico y que continuar con la expansión internacional y consolidar el oligopolio del plasma existente debería ayudar a reafirmar la capacidad de Grifols para superar las inminentes presiones competitivas”, aseguró Deutsche Bank en una nota a inversores. La bolsa pareció compartir su opinión, y las acciones cerraron la jornada con una subida del 5,77%.
La operación llega después de que Grifols llegara a un acuerdo de financiación con el fondo soberano de Singapur, que le aportará 1.000 millones de euros. La empresa catalana explicó entonces que utilizará esta financiación adicional para reducir deuda. El grupo financiará la compra con una línea de financiación de Bank of America, y anunció también que suspende el pago de dividendos y renuncia a acometer nuevas adquisiciones hasta que no reduzca la deuda, y la sitúe por debajo de 4 veces su beneficio operativo. Su política de crecimiento inorgánico con adquisiciones ha incrementado considerablemente la deuda, que a cierre de 2020 se situaba en 6.200,5 millones de euros, 5,1 veces el ebitda del grupo.
La transacción está sujeta a diversas aprobaciones y condiciones regulatorias y su cierre está previsto a finales del primer semestre de 2022.
El grupo chino Creat, actual propietario de Biotest, se ha visto obligado a dejar sus participaciones en empresas de hemoderivados occidentales por la presión de las autoridades regulatorias en Estados Unidos. Así, el grupo ya vendió a Grifols el negocio estadounidense de Biotest en 2019, y los centros de recogida de plasma BPL. Ambos grupos son socios en China en Shanghai RAAS.
“Esta operación nos ofrece una oportunidad única para impulsar nuestro centro de innovación europeo y colaborar con una destacada compañía alemana reconocida por su experiencia en desarrollos clínicos. Uniendo nuestras fuerzas avanzaremos en el desarrollo científico y de terapias plasmáticas innovadoras para ofrecer una mayor calidad de vida a los pacientes”, señaló Víctor Grífols Deu, co-consejero delegado del grupo.
Raimon Grífols Roura, el otro co-consejero delegado de Grifols, destacó que la operación permitirá a Grifols y Biotest “hacer evolucionar la industria del plasma” y acelerar el desarrollo de nuevos productos plasmáticos.
Fundada en 1946, Biotest es una multinacional que cotiza en la Bolsa de Frankfurt y está especializada en soluciones innovadoras de hematología e inmunología clínica.
La firma, con 1.928 trabajadores en todo el mundo, desarrolla, produce y comercializa medicamentos biológicos con aplicaciones en hematología, inmunología clínica y cuidados intensivos. Su cartera incluye 12 productos diferentes que se comercializan en más de 90 países.
Como parte de un proyecto más amplio, Biotest está liderando ensayos clínicos con proteínas plasmáticas innovadoras para tratar enfermedades congénitas y adquiridas.
Entre ellos destaca un estudio en pacientes con una elevada pérdida de sangre durante la cirugía de la columna vertebral y en cirugía abdominal para el tratamiento del pseudomixoma peritoneal (PMP), y otro para el tratamiento de pacientes con neumonía adquirida grave.
Biotest cuenta con una capacidad de fraccionamiento de hasta 1,5 millones de litros de plasma al año, que está previsto duplicar a través del proyecto Biotest Next Level. Su red de centros de plasma incluye 26 centros situados en Alemania, República Checa y Hungría.
En 2020, Biotest registró unos ingresos de 484 millones de euros y un Ebitda ajustado de 108 millones de euros.
Grifols, por su parte, es una de las mayores empresas de plasma, con cerca de 24.000 empleados en 30 países y regiones y ventas en un centenar de países.
Grifols pagará 1.100 millones a Creat, accionista mayoritario, y lanza una opa para llegar al cien por cien
El grupo suspende el dividendo para financiar la compra sin disparar el endeudamiento
Las sinergias harán a Grifols más rentable: el Ebitda llegará a 2.000 millones, un 51% más que el del año pasado