Según un artículo publicado en el Journal of the Royal Society of Medicine [1], no habrá acceso universal a las vacunas covid-19 mientras los gobiernos permitan que las compañías farmacéuticas mantengan en secreto su estructura de costos.
Los gobiernos y los contribuyentes de países como EE UU o la Unión Europea han aportado miles de millones para su desarrollo, por lo que las empresas han tenido que invertir poco y no han incurrido en costos irrecuperables, solo han tenido costos de fabricación.
El autor principal del artículo, el profesor Donald Light de la Escuela de Medicina Osteopática de la Universidad de Rowan en EE UU, dijo que “Las empresas, en lugar de considerar a las vacunas como un bien de salud pública, han ocultado los costos de fabricación y solo unos pocos estudios independientes los han investigado en detalle”.
Recurriendo a estudios previos, los autores estiman que el costo neto de elaborar 100 millones de dosis de vacunas listas para distribuir estaría en el rango de US$0,54 a US$0,98 por dosis. Light comentó que “Un estudio reciente estima que los costos de producir las vacunas covid-19 basadas en adenovirus son sustancialmente inferiores, y otro estudio detallado para las vacunas de ARNm considera que el costo unitario sería de US$2,85 para Moderna y US$ 1,18 para Pfizer”.
Light también dijo que “Dado que estas estimaciones incluyen la sostenibilidad de las instalaciones, las líneas de producción, los equipos y todo el personal necesario para la fabricación, los precios de las vacunas, incluyendo un modesto margen de beneficio, deberían ser marginalmente superiores a los costos de producción. Sin embargo, los precios que se han cobrado a los países oscilan entre US$2,15 y US$5,25 para la vacuna de Oxford-AstraZeneca y entre US$14,70 y US$25,50 para las vacunas de Moderna y Pfizer”.
Así mismo, añadió que “Las empresas esperan cobrar cantidades mucho mayores una vez que se declare que la pandemia ha terminado. Es probable que estos precios más altos, a pesar de los descuentos para los países de ingresos medios y bajos, prolonguen la pandemia mundial”.
“Los gobiernos deberían detener el secretismo, como compradores deberían exigir que se publiquen informes públicos y verificables sobre los costos netos de producción, tras deducir los subsidios directos e indirectos de los contribuyentes, con el fin de establecer precios asequibles a nivel mundial para estos bienes de salud pública”.
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