En 2020, el centro de farmacovigilancia de la OMS identificó en su base de datos 117 informes de osteonecrosis de mandíbula atribuida a everolimus. Este número fue claramente mayor que el número promedio de osteonecrosis de mandíbula por medicamento que se informa en esta base de datos, lo que constituye una señal de seguridad. La mayoría de los pacientes fueron mujeres (mediana de edad de 64 años) que estaban siendo tratadas por cáncer de mama. En promedio, el plazo desde el inicio del tratamiento con everolimus hasta la aparición de la osteonecrosis fue de 31 semanas [1].
Se han publicado algunos informes detallados que implican a temsirolimus (un precursor de sirolimus) y everolimus. Por ejemplo, un hombre de 65 años con trasplante renal, tratado con everolimus, micofenolato mofetil y prednisolona, sufrió una destrucción considerable del hueso alveolar y del hueso de la mandíbula en las regiones de los molares y premolares superiores izquierdo y derecho, después de 18 meses de exposición a everolimus. Los problemas se resolvieron tras el desbridamiento quirúrgico y al descontinuar everolimus [1,2].
Un estudio realizado en 2016 —utilizando la base de datos de farmacovigilancia de EE UU— identificó 84 casos de osteonecrosis de mandíbula con everolimus y 28 casos con temsirolimus [1].
El resumen europeo de las características del producto (RCP) menciona la osteonecrosis de mandíbula —sin detalles de la localización— entre los efectos adversos de las especialidades farmacéuticas que se basan en sirolimus, pero no de las que se basan en temsirolimus o everolimus [3].
Everolimus, sirolimus y temsirolimus son inmunosupresores. Son medicamentos antineoplásicos que también bloquean la acción del VEGF (factor de crecimiento endotelial vascular) al inhibir el complejo mTOR y reducen la angiogénesis [1,3].
La osteonecrosis de mandíbula es un proceso lento de necrosis que provoca que el hueso quede expuesto y ocasiona la pérdida (a veces considerable) de masa ósea [4]. Casi siempre se relaciona con el tratamiento: ocurre después de la radioterapia o después del uso de ciertos medicamentos. Aparece de manera espontánea o después de cirugías orales. Los medicamentos implicados generalmente son los antineoplásicos con acción anti-VEGF, como bevacizumab, aflibercept y sunitinib, y medicamentos utilizados para el remodelado óseo, como bifosfonatos, denosumab y corticosteroides. La combinación de estos medicamentos aumenta el riesgo [4].
En la práctica, everolimus, sirolimus y temsirolimus se deberían agregar a la lista de medicamentos implicados en la osteonecrosis de mandíbula. Estos efectos adversos son graves e incapacitantes. Cuando se considera utilizar alguno de estos medicamentos o ya se están utilizando, es mejor evitar exponer al paciente a otras situaciones que acarreen un riesgo de osteonecrosis y hacer que cualquier tratamiento odontológico planeado se realice antes de empezar el tratamiento.
Referencias