La presencia de N-nitrosaminas -compuestos potencialmente cancerígenos- en los productos farmacéuticos se ha estado informando desde hace más de 50 años. Sin embargo, no cobró notoriedad hasta 2018, cuando las agencias reguladoras se percataron de la presencia de N-nitrosodimetilamina en los antagonistas de los receptores de la angiotensina II, que se conocen como sartanes. No tardaron en identificarse impurezas de N-nitrosamina en otros medicamentos, lo que alertó a las agencias gubernamentales y a las industrias farmacéuticas, que empezaron a evaluar y controlar estas impurezas en sus productos para mitigar el riesgo. Las fuentes de contaminación pueden ser numerosas, incluyendo el uso de materia prima contaminada, su formación durante la síntesis de los ingredientes farmacéuticos activos o durante su almacenamiento, el agua que se utiliza durante el proceso y el material de envasado. Este artículo de revisión describe la cronología de la presencia de N-nitrosaminas en los productos de consumo, los aspectos toxicológicos, la legislación y los métodos analíticos. Proporciona información relevante sobre las posibles fuentes de contaminación en el proceso de producción y almacenamiento que pueden explicar la presencia de estos compuestos que se consideran una cohorte de productos farmacéuticos preocupantes.
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