Alan lleva dos años con medicación antipsicótica. Le comentamos que puede elegir el tratamiento con el que le vamos a acompañar. Nos dice que con los neurolépticos se siente bloqueado, que enlentece su pensamiento, no puede sentir emociones, ha perdido memoria y que se siente aislado, que quiere dejarlo.
Respetamos su decisión y le preguntamos acerca de lo que necesitaba, lo que creía que podría ayudarle a encontrarse bien. Conversamos sobre los apoyos con los que cuenta, su forma de afrontar los momentos más difíciles y la ayuda de su familia y allegados, así como las actividades con las que podría poco a poco romper su aislamiento.
En su rostro se dibujó una sonrisa cuando le ofrecimos opciones que no implicaban medicación: acompañamiento terapéutico, reuniones con su red de allegados y psicoterapia individual y grupal.
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