Muchos antipsicóticos bloquean la dopamina, un mensajero químico del cerebro conocido como neurotransmisor.[1] La inhibición de la dopamina no sólo afecta a las emociones y los pensamientos, sino que también promueve la liberación de la hormona prolactina por la glándula pituitaria (una estructura del tamaño de un guisante situada en la base del cerebro) [2]. La prolactina estimula las células mamarias para que proliferen y produzcan leche [3, 4].
Los estudios observacionales han encontrado que el aumento de los niveles de prolactina se asocia con un mayor riesgo de cáncer de mama [5]. El cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres. En 2018, hubo más de 250.000 nuevos casos de cáncer de mama femenino y 42.000 muertes relacionadas con el cáncer de mama en EE UU [6].
Muchos estudios han sugerido que el riesgo de cáncer de mama, por elevación de la prolactina, aumenta con el consumo de antipsicóticos, pero los resultados fueron mixtos y justificaron una investigación más rigurosa.
Un reciente y amplio estudio observacional ha aportado evidencia más sólida de que ciertos antipsicóticos aumentan el riesgo de cáncer de mama.
El nuevo estudio observacional [7]
El nuevo estudio, que se publicó en el número de enero/febrero de 2022 en la revista Journal of Clinical Pharmacology, se basó en un análisis de las facturas a los seguros comerciales y al programa Medicaid que tenía como objetivo evaluar si había una relación entre el uso de antipsicóticos y la aparición posterior de nuevos casos de cáncer de mama.
Los investigadores clasificaron a todos los antipsicóticos de su base de datos como de alta, media o baja propensión a causar una elevación de la prolactina (ver cuadro, abajo).
Los investigadores analizaron los datos de los datos de las facturas a los seguros emitidas durante 10 años (de 2007 a 2016), correspondientes a la atención médica de más de 150 millones de pacientes con seguro privado y 20 millones de pacientes beneficiarias de Medicaid en EE UU. Los investigadores seleccionaron una submuestra de 540.737 mujeres que cumplían con los siguientes criterios de inclusión: 12 meses de inscripción ininterrumpida en un seguro antes de recibir la primera prescripción de un antipsicótico o de un medicamento para tratar las convulsiones o el trastorno bipolar para el grupo comparador, no tener antecedentes de cáncer de mama y tener entre 18 y 64 años. Los medicamentos comparadores se seleccionaron porque se utilizan para tratar enfermedades psiquiátricas o neurológicas pero no causan elevaciones de prolactina.
Entre las 540.737 incluidas en el estudio, los investigadores identificaron a 914 mujeres (0,2%) que desarrollaron cáncer de mama invasivo durante el periodo de observación. Las mujeres expuestas a antipsicóticos con alta propensión a elevar la prolactina tuvieron un riesgo estadísticamente significativo del 62% de desarrollar cáncer de mama, en comparación con las tratadas con medicamentos comparadores y las mujeres expuestas a antipsicóticos con propensión media a elevar la prolactina tuvieron un riesgo estadísticamente significativo del 54%. Las mujeres expuestas a fármacos con baja propensión a elevar la prolactina no vieron incrementado su riesgo de cáncer de mama. Estos análisis se ajustaron en función de la dosis acumulada del fármaco, la edad y otros factores de riesgo de cáncer de mama, como el tabaquismo, el abuso de alcohol y la obesidad.
Lo que puede hacer
Tenga en cuenta que ciertos antipsicóticos pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama, aunque el aumento absoluto del riesgo es bajo. Si está en tratamiento a largo plazo con un antipsicótico con propensión alta o media a causar niveles elevados de prolactina y tiene un alto riesgo de cáncer de mama por otros factores, hable con su médico sobre si debe cambiar a un antipsicótico con una baja propensión a causar niveles elevados de prolactina.
Por último, pregunte a su médico sobre las pruebas de detección del cáncer de mama, que generalmente se recomiendan cada dos años para las mujeres mayores de 50 años [8].
Referencias