En octubre de 2022, la Comisión Europea propuso cobrar a los fabricantes de medicamentos por el tratamiento de las aguas residuales, provocando una fuerte reacción en contra de Medicines for Europe, la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas (EFPIA) y la Asociación de la Industria Europea del Autocuidado, informó FiercePharma [1].
La comisión afirma que la industria farmacéutica y la cosmética son “conjuntamente responsables del 92% de la carga tóxica de las aguas residuales”. La propuesta de la Comisión también esboza otros cambios para la gestión de las aguas residuales que incluyen la vigilancia de posibles brotes de virus como el covid-19
Los grupos comerciales de la industria afirman que los cambios en la Directiva sobre tratamiento de aguas residuales urbanas pondrían en peligro el acceso de los pacientes a los medicamentos, y que los gravámenes a la industria -basados en la “excreción de los pacientes”- serían “inauditos, desproporcionados, injustos e ineficaces”.
“La medida propuesta afectaría la disponibilidad de determinados medicamentos, lo que iría en contra de un principio clave de la Estrategia de la UE sobre Productos Farmacéuticos en el Medio Ambiente (EU’s Strategic Approach to Pharmaceuticals in the Environment), según el cual las políticas no deben poner en peligro el acceso de los pacientes a productos farmacéuticos seguros y eficaces”, afirmó Nathalie Moll, directora general de la EFPIA, en una declaración conjunta publicada el 26 de octubre.
La Comisión Europea ha afirmado que la actual revisión de la directiva se ajusta a los resultados de una evaluación de 2019 y tiene en cuenta los últimos conocimientos científicos que surgieron durante la pandemia.
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