Un fonde de inversiones de Michigan ha demandado a Amgen, a su director ejecutivo Robert Bradway y a su director financiero Peter Griffith, por ocultar su deuda de US$10.700 en impuestos, y consecuentemente inflar artificialmente el precio de sus acciones entre julio de 2020 y abril de 2022. La demanda colectiva se presenta en nombre de cualquier persona que hubiera comprado acciones de Amgen entre el 29 de julio de 2020 y el 27 de abril de 2022 [1].
La pelea fiscal de Amgen con el servicio de impuestos sobre la renta (IRS) se debe a un desacuerdo en los costes y beneficios relacionados con su planta de fabricación de Puerto Rico. El IRS sostiene que, a lo largo de los años, Amgen transfirió decenas de miles de millones de dólares en beneficios a su filial de Puerto Rico, evitando miles de millones en impuestos. Amgen, por su parte, ha dicho que la configuración fiscal de la empresa es el resultado de las “contribuciones realizadas, los riesgos asumidos y el importante valor patrimonial de su filial de Puerto Rico” [1].
La tasa impositiva promedio de Amgen entre 2018 y 2021 fue del 12%, muy por debajo del impuesto de sociedades estadounidense del 21%.
En 2022, Amgen generó ingresos por más de US$26.000 millones. Aproximadamente el 70% de esa cifra provino de las ventas de productos estadounidenses y en alrededor de otros 100 países.
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