Aunque Cofepris ha mejorado la detección de fármacos falsos, aún faltan acciones por hacer para controlar este mercado negro que prevalece en el país, advierten expertos en salud.
De 2018 a mayo de 2023, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha emitido un mayor número de alertas por la falsificación de medicamentos, la comercialización ilegal de productos sin registro sanitario y la adulteración de fármacos.
En el último año del sexenio del expresidente Enrique Peña Nieto, por ejemplo, la dependencia lanzó únicamente cuatro alertas sanitarias relacionadas con medicinas. De éstas, dos fueron por falsificación de fármacos. Durante 2019 se registraron 10 de estas notificaciones y la mitad de ellas correspondían a medicamentos apócrifos.
Los datos son del portal de alertas sanitarias de la Cofepris y muestran que en 2020 se emitieron 12 alertas, nueve de ellas por falsificación y tres por robo de insumos médicos. Para 2021, la cifra llegó a 45 y casi 78% se emitió por la piratería de medicinas. En los primeros cinco meses de 2023, la Cofepris ya ha lanzado 30 alertas. De este universo, 21 son por falsificación de fármacos.
“Este incremento en las alertas es reciente. Siempre han existido, pero en los últimos años se han multiplicado”, explica en entrevista Gilberto Castañeda, investigador del Departamento de Farmacología del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav).
¿Ha crecido el mercado negro de medicamentos en México?
A decir del experto, lo que ha aumentado es el registro de medicamentos falsos, porque la Cofepris ha mejorado su eficiencia en la detección de estos hechos delictivos. Sin embargo, más allá de la notificación cuando los productos irregulares ya están a la venta, urge parar estas acciones. Es decir, que la Cofepris denuncie penalmente y la fiscalía investigue y detenga a los grupos o personas que falsifican medicinas.
“Hay grupos, mafias, que se pasan analizando el mercado de medicamentos y ven cuáles podrían tener un cierto potencial para vender falsificaciones”, asegura el doctor.
Lo cierto es que la venta ilegal se ha ampliado. Ya no se falsifican únicamente medicamentos de especialidad, como los que se usan contra el cáncer, sino insumos básicos como el paracetamol o hasta la sal de uvas.
El mercado negro de medicinas se ha basado, principalmente, en la venta de fármacos controlados y productos milagro, como píldoras para bajar de peso. Pero también de medicamentos de alto costo que resultan inaccesibles para muchas familias mexicanas sin seguridad social.
“Hay retos sumamente importantes en nuestra industria, como lo es la piratería o el mercado negro”, dice vía telefónica Carlos Salazar, presidente de la Asociación Nacional de Proveedores de la Salud, tras la inauguración de la Medical Expo Guadalajara 2023.
Robo y tianguis de medicinas
En México existen varios tianguis donde se venden medicamentos de manera ilegal. Los productos sanitarios llegan ahí por, al menos, tres vías: el robo a laboratorios, farmacias y hospitales; la falsificación de medicinas, y la venta de productos que otorga el sector salud a los pacientes, pero que no usaron y caducaron.
A veces el mismo personal de instituciones de salud hace “robo hormiga” de insumos médicos; pero también se registran asaltos a camiones que distribuyen los fármacos a los propios almacenes de los laboratorios.
La Cofepris también ha detectado esto. De 2018 a mayo de 2023, emitió cinco alertas sanitarias por robo de medicamentos y tres contra empresas que fabricaban productos, pero no tenían autorización para hacerlo. Algunas de estas compañías, incluso, adulteraron los medicamentos.
Generalmente, dice el doctor Castañeda, los grupos que se dedican a la falsificación de fármacos imprimen las cajas y empaques. Esto permite a los laboratorios, que incluyen códigos en los productos originales, detectar cuando una pieza es apócrifa. Sin embargo, la mayoría de la población no cuenta con información para detectar estas señales.
“Las cajas son muy parecidas y meten lo que sea ahí adentro. Pero la persona que va al tianguis, digamos, la gente común, no tiene este tipo de entrenamiento y entonces ve una caja bien impresa y lo compra”, alerta.
Por eso, las autoridades sanitarias recomiendan a las personas adquirir los medicamentos únicamente en establecimientos autorizados y reconocidos.
El impacto de la pandemia de covid
Las alertas sanitarias por falsificación de medicamentos se dispararon durante la emergencia sanitaria por covid-19. Durante 2021, de las alertas por irregularidades en fármacos que publicó la Cofepris, siete fueron por la comercialización ilegal de supuestos medicamentos para esta enfermedad, como Remdesivir y Biotiquín, cuando su uso no estaba aprobado en el país.
También surgieron anuncios en redes sociale de venta de presuntas vacunas anticovid; pero éstas no estaban autorizadas para su comercialización privada. En 2022, se repitió la historia, con dos alertas sanitarias por la venta ilegal, una vez más, de Remdesivir y Molnopuravir, usados para covid.
Este boom llevó a la Cofepris a emitir en octubre de 2022 un aviso de riesgo general por la comercialización ilegal de antivirales contra covid falsificados o alterados.
“El recurrir a fuentes inseguras o adquirir versiones supuestamente genéricas de medicamentos no autorizados puede ocasionar problemas a la salud, reacciones adversas, efectos secundarios o inclusive la muerte”, alertó entonces la autoridad sanitaria.
El doctor Castañeda recuerda que, incluso, se publicitaba la venta de Dióxido de Cloro, un gas utilizado como blanqueador en la fabricación de papel y en el tratamiento de agua. Según información de Cofepris, se trata de una sustancia química “altamente reactiva”, que, al ingerirse, puede provocar irritación de la boca, el esófago y el estómago; náuseas, vómito, diarrea o hasta trastornos cardiovasculares y renales.
Riesgo de los medicamentos irregulares
La gente no debería confiarse, subraya el investigador. Los riesgos de adquirir medicamentos ilegales son preocupantes. En algunos casos, no contienen los ingredientes activos y la enfermedad no será tratada. Otros de estos productos no son seguros ni eficaces, están caducos, contaminados o, en el peor escenario, incluyen sustancias tóxicas. Las consecuencias pueden ser fatales.
A finales de febrero de 2020, por ejemplo, 67 personas en tratamiento de hemodiálisis enfermaron tras recibir el medicamento heparina sódica contaminado con la bacteria Klebsiella spp y al menos 10 fallecieron. Los pacientes fueron atendidos en el Hospital Regional de Pemex en Villahermosa, Tabasco, donde un proveedor no reconocido vendió el medicamento.
“En Panamá, hace como 10 años, aproximadamente, le pusieron anticongelante de coches a un jarabe para la tos y hubo una mortandad bastante importante, hubo decenas de muertos en ese país”, sostiene el investigador del Cinvestav.
Afortunadamente, sostiene, la Cofepris ha mejorado sus métodos de detección de medicinas irregulares gracias a su colaboración con la industria. Sin esto, las falsificaciones se convertirían en un grave problema de salud pública, pues se venderían productos sin saber qué contienen ni su fecha de caducidad.
“En general, la Cofepris ha mejorado todos sus procesos, se ha profesionalizado, ha disminuido la corrupción, porque, en el pasado, la Cofepris sí tenía muchos problemas de corrupción a todos los niveles y en todas sus actividades”, sostiene el especialista.
Sin embargo, el presidente de la Asociación Nacional de Proveedores de la Salud subraya que las acciones que realiza Cofepris aún son insuficientes para controlar la piratería de fármacos y dispositivos médicos.
“Estamos trabajando en ello y, por supuesto, buscando la forma de que Cofepris cada vez se sienta más apoyada por la industria, dado que todavía sus esfuerzos son insuficientes para poder controlarlo”, subraya.