Resumen
Se siguen acumulando datos que indican que muchas revisiones sistemáticas son metodológicamente defectuosas, están sesgadas, son redundantes o poco informativas. Si bien durante los últimos años ha habido algunas mejoras, basadas en la investigación de métodos empíricos y en la estandarización de las herramientas de evaluación, muchos autores no aplican estos métodos actualizados de forma consistente. Además, los elaboradores de guías, los revisores por pares y los editores de revistas a menudo no tienen en cuenta los estándares metodológicos actuales. Aunque la literatura metodológica reconoce y analiza esto ampliamente, la mayoría de los médicos no parecen ser conscientes de esta situación y pueden aceptar automáticamente como confiables las síntesis de evidencia (y las guías de práctica clínica basadas en sus conclusiones).
Se recomienda una plétora de métodos y herramientas para el desarrollo y la evaluación de las síntesis de la evidencia. Es importante entender lo que pretenden lograr, lo qué no pueden hacer y cómo se pueden utilizar. Nuestro objetivo es extraer toda esta información que se va acumulando y presentarla en un formato comprensible y de fácil acceso para los autores, revisores por pares y editores, y así promover la valoración y comprensión de la ciencia que sintetiza la evidencia entre las partes interesadas. Nos centramos en las deficiencias de componentes clave de las síntesis de la evidencia que están ampliamente documentadas, para entender la justificación de las normas vigentes. Se distingue entre los conceptos que subyacen a las herramientas para evaluar la notificación, el riesgo de sesgo y la calidad metodológica de las síntesis de la evidencia y los que intervienen en determinar la certeza global de un montón de evidencia. Otra distinción es la que se establece entre las herramientas utilizadas por los autores para elaborar sus síntesis y las utilizadas para juzgar en última instancia su trabajo.
Describimos métodos y prácticas de investigación ejemplares, y los complementamos con novedosas estrategias pragmáticas para mejorar la síntesis de evidencia. Estas últimas incluyen la terminología preferida y un esquema para caracterizar los tipos de evidencia de investigación. Organizamos los recursos sobre las mejores prácticas en una Guía Concisa que muchos autores y revistas pueden adoptar y adaptar para utilizarlos rutinariamente. Alentamos a hacer un uso adecuado e informado de esta guía, pero advertimos contra su aplicación superficial y subrayamos que su respaldo no sustituye a la necesidad de tener una formación metodológica en profundidad. Al resaltar las mejores prácticas y su justificación, esperamos que esta guía inspire la evolución de los métodos y herramientas para avanzar en este campo.