La ranitidina (Zantac), aprobada por la FDA en 1983, fue retirada del mercado en 2020, al descubrirse en 2019 que contiene un carcinogénico: N-Nitrosodimetilamina. Bloomberg Businessweek ha revelado que GSK podría haber sabido sobre estos riesgos desde hace casi cuatro décadas, pero guardó silencio [1,2].
Hay pruebas de que GSK, “había recibido advertencias de sus propios científicos e investigadores independientes sobre este peligro potencial” y la FDA también estaba preocupada por estos efectos cancerígenos, pero GSK “financió investigaciones defectuosas para minimizar las preocupaciones” e intentó “descartar la evidencia sobre el [daño] y nunca compartió con nadie la más mínima advertencia” [1].
Ahora, 70.000 residentes de EE UU que tomaron el fármaco o una de sus versiones genéricas han entablado demandas contra las empresas productoras [2]. A finales del año pasado, un juez de Florida desestimó un gran grupo de casos contra las farmacéuticas en los tribunales federales, porque consideró que los demandantes utilizaron “metodologías poco fiables” para llegar a sus conclusiones [2].
GSK podría haber minimizado la presencia de esta sustancia introduciendo cambios en la cadena de suministro o en su almacenamiento [2], aunque según la FDA la N-Nitrosodimetilamina se produce “incluso en condiciones normales de almacenamiento”, y se agrava con el almacenamiento a temperaturas más elevadas.
Un portavoz de GSK dijo que el artículo de Bloomberg Businessweek “presenta de forma incompleta y sesgada los hechos que rodean el litigio de Zantac (ranitidina)”. “La seguridad de los pacientes es la máxima prioridad para GSK, y la compañía refuta categóricamente cualquier acusación de haber encubierto datos relativos a la seguridad de la ranitidina”, dijo a través de correo electrónico. “La seguridad de la ranitidina se ha evaluado exhaustivamente durante los últimos 40 años” [2].
Referencias