Los medicamentos falsificados son un grave problema de salud pública, indica el informe.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) acumuló 218 reportes por medicamentos robados o falsificados el año pasado, esto fue un incremento del 374 por ciento, comparado con el 2019, previo a la pandemia de COVID-19, reveló la Radiografía del desabasto de medicamentos en México 2022, elaborada por Cero Desabasto.
“Esta es una consecuencia directa del desabasto, al no poder las personas conseguir sus medicinas, satisfacer su necesidad de salud por la vía que es su derecho, es decir, a través de las instituciones públicas, o en su defecto en la farmacia privada, o porque de plano no hay, las personas buscan cómo resolver el problema y es cuando pueden caer en esta problemática de medicamentos robados y falsificados”, dijo expresó en conferencia Andrés Castañeda, coordinador del colectivo.
En el documento mostraron la evolución del reporte de medicamentos robados y falsificados recibidos por la Cofepris, donde se observó una evolución ascendente desde en los últimos 5 años, siendo el pico las 218 reportadas en el 2022, y el menor nivel con 26 en 2018.
Los medicamentos con más quejas por desabasto en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el año pasado fue Clonazepam, Sitagliptina, Metformina, Insulina humana acción intermedia NPH solución inyectable, Levodopa y Carbidopa, y Celecoxib en cápsulas.
En el documento alertan que la falsificación de medicamentos es un grave problema de salud pública que se ve agravado en situaciones de desabasto, cuando algunos actores inescrupulosos pueden aprovechar la oportunidad para introducir medicamentos falsificados en el mercado negro, privado, y esto ha llegado incluso a las instituciones públicas.
“Es cierto que medicamentos falsificados han sido detectados, (…) el mismo IMSS había comprado medicamento robado y falsificado. El problema de la falsificación y robo de medicamentos es creciente, como damos cuenta en el informe, tanto alertas como reportes por robo y falsificación han ido en aumento, igual las estafas en redes sociales”, refirió Castañeda.
Agregó que el desabasto de medicamentos puede tener otras consecuencias negativas, como el aumento de los precios de los medicamentos y el uso de medicamentos sustitutos que pueden ser menos eficaces o tener más efectos secundarios, además de los riesgos propios por la falta de acceso a los medicamentos prescritos.
En cuanto a las alertas sanitarias, entre 2018 y el 2022 subieron de 10 a 46. El año pasado el 15 por ciento de éstas se concentró en medicamentos de oncología; estético, gastroenterología y hematología con 9 por ciento, respectivamente; y con 7 por ciento igual coincidieron Covid-19, endocrinología y salud mental.
La Radiografía igual reveló que el año pasado las instituciones de salud pública no surtieron efectivamente 15,251.891 recetas, en tanto que IMSS-Bienestar, ISSSTE, Semar y Secretaría de salud siguen sin recuperar su atención de consultas a pacientes.