Resumen
La covid-19, que mató a más de 6 millones de personas, no será la última pandemia. Las vacunas son esenciales para prevenir y poner fin a las pandemias. Por lo tanto, es importante avanzar ahora, antes de que surja la próxima, hacia la equidad mundial en materia de vacunas, estableciendo objetivos compartidos, con indicadores de desempeño a mediano plazo y metas para luchar por el acceso a largo plazo. La integridad científica, el desarrollo ético, la transparencia, la rendición de cuentas y la comunicación son fundamentales.
Los países pueden aprovechar lo aprendido durante su respuesta a las pandemias de VIH, pues han liderado un esfuerzo por garantizar el acceso equitativo a los servicios, en base al derecho, para seleccionar objetivos compartidos e implicar a las comunidades en mejorar el acceso y la entrega de vacunas seguras y de calidad.
Se puede mejorar el acceso:
El suministro se puede mejorar mediante: la creación de sistemas de salud pública sólidos, capaces de suministrar vacunas a lo largo de toda la vida; la creación o el fortalecimiento de las agencias reguladoras nacionales y de comités consultivos a nivel nacional que agrupen a científicos independientes especializados en vacunas; la difusión de información procedente de sistemas de vigilancia nacionales y subnacionales fiables y transparentes; mejorando el conocimiento de la gente a nivel global, para que se entienda que, a medida que surgen más datos científicos, se pueden producir cambios en las recomendaciones de salud pública; la priorización del acceso a las vacunas en función de criterios científicos durante una epidemia; y el desarrollo de estrategias para vacunar a las personas en mayor riesgo con las vacunas disponibles.