Un nuevo análisis de datos, realizado por académicos de la Universidad de Bath y la Universidad de Lund, revela que, en el Reino Unido, la salud pública se podría ver socavada porque el mecanismo de autorregulación de las compañías farmacéuticas no funciona. La investigación demuestra que las empresas farmacéuticas están infringiendo constantemente su propio código de ética para promocionar medicamentos. Las infracciones del código son generalizadas, y una quinta parte de los casos implican infracciones del código calificadas de “graves” por el organismo que monitorea cómo la industria se autorregula. Estos fallos se ven agravados por retrasos notables en la tramitación de las denuncias —que en los últimos años han sido de 7 a 9 meses, en promedio—, lo que puede propiciar que las prácticas comerciales poco éticas o poco seguras se mantengan durante períodos prolongados.
El Dr. Piotr Ozieranski [1], de la Universidad de Bath, y el Dr. Shai Mulinari, de la Universidad de Lund, analizaron 1.776 denuncias de mala praxis contra las empresas farmacéuticas, que se presentaron en el Reino Unido a lo largo de 18 años (2004 – 2021).
Las denuncias se hicieron ante el organismo de autorregulación de la industria farmacéutica, la Autoridad Británica de Códigos de Práctica para Medicamentos con Receta (PMCPA o Prescription Medicines Code of Practice Authority), que supervisa la aplicación del Código de Prácticas de la Asociación Británica de la Industria Farmacéutica (ABPI o Association of the British Pharmaceutical Industry), el ente comercial de la industria.
Hallazgos principales:
En palabras del Dr. Piotr Ozieranski, del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas: “Al considerar los propios documentos de la industria, hemos identificado infracciones generalizadas y reiteradas de las empresas farmacéuticas. Esta mala praxis, junto con los enormes retrasos en la tramitación de las denuncias, tienen graves consecuencias para la salud de los pacientes”.
El doctor Shai Mulinari declaró: “Al permitir que la publicidad poco ética de medicamentos se prolongue durante largos períodos de tiempo, se pone en peligro la salud de los pacientes. Estos descubrimientos subrayan la urgente necesidad de aplicar el código de forma más estricta y de resolver las denuncias más rápidamente, para garantizar la seguridad y el bienestar de los pacientes”.
Reincidencia
Un ejemplo de reincidencia reciente es la empresa farmacéutica danesa, Novo Nordisk. Entre 2019 y finales de 2023, la PMCPA adjudicó diez veces en contra de Novo Nordisk por la comercialización inapropiada de su medicamento para perder peso, Saxenda (liraglutida). En marzo de 2023, la empresa fue suspendida como miembro de la ABPI durante dos años, debido a “graves violaciones” del código de prácticas de la organización, que es la sanción más severa jamás impuesta a una empresa farmacéutica. Entre sus faltas figuraban la financiación encubierta y la formación sesgada de los profesionales de salud, restando importancia a los efectos secundarios del medicamento, pudiendo poner en peligro la seguridad de los pacientes.
En 2020 recibió otro dictamen en virtud de la cláusula 2 por difundir material publicitario dirigido a profesionales de la salud y pacientes durante una conferencia sobre fertilidad en el Reino Unido. Sin embargo, no comunicó adecuadamente que Saxenda no se debía utilizar mientras se intentaba concebir, o durante el embarazo o la lactancia, debido a problemas de seguridad.
¿Cómo lograr que la industria ponga fin a la promoción poco ética de medicamentos?
Los autores de la investigación desean que se refuercen las salvaguardias contra las prácticas de promoción poco éticas.
El Dr. Piotr Ozieranski subrayó la necesidad de que la regulación sea rigurosa: “Concebimos un sistema similar al de EE UU, en el que los reguladores gubernamentales puedan imponer sanciones económicas considerables en caso de reincidencia o infracciones graves. Además, queremos que los reguladores adopten una postura proactiva y de confrontación, vigilando activamente la mala praxis de las empresas farmacéuticas, en lugar de basarse principalmente en las quejas de personas con información. Otra recomendación crucial es ampliar la protección a los denunciantes”.
La investigación está publicada en Regulation & Governance (Regulación y Gobernanza) y ha sido financiada por el Consejo Sueco de Investigación, el mayor organismo gubernamental sueco de financiación de la investigación [2].
Este análisis se basa en una investigación previa de los autores y la Unidad de Investigaciones del British Medical Journal [3], así como en la investigación conjunta que los autores hace tiempo que han estado llevando a cabo sobre la regulación y las actividades de promoción de la industria farmacéutica [4].
Referencias