Resumen
Antecedentes: La terapia con células T con receptor de antígeno quimérico (CAR-T) puede inducir una remisión duradera en algunos pacientes, pero se requiere tiempo para que las propias células del paciente sean rediseñedas para producir proteínas CAR que puedan unirse y destruir las células cancerosas. Durante este tiempo, en la citorreducción es frecuente usar una terapia puente para minimizar los efectos tóxicos del tratamiento y controlar la enfermedad mientras se espera la fabricación de células CAR-T. Como la terapia puente a menudo consiste en un tratamiento sistémico puede inducir respuestas, por sí misma, en ensayos clínicos que prueban terapias CAR-T. Por lo tanto, quisimos evaluar las terapias puente que se utilizan en los ensayos CAR-T.
Métodos: Utilizando las etiquetas de la FDA (labels.fda.gov) para identificar las indicaciones y los ensayos clínicos fundamentales (pivotales) que condujeron a la aprobación de cada terapia de células CAR-T, observamos qué terapias puente se utilizaron, si se combinaron múltiples terapias, las tasas de respuesta y los eventos adversos informados que se asociaron con la terapia puente. Se tomó nota de todos los comentarios relevantes con respecto a la terapia puente en el artículo principal y en los resultados complementarios.
Resultados: De los 11 estudios que probaron las terapias CAR-T, 10 informaron sobre las terapias puente que se utilizaron en el estudio. Específicamente, solo tres de 11 estudios proporcionaron información clara sobre las combinaciones de tratamientos de terapia puente que se utilizaron durante los ensayos. Entre los que reportaron los tipos de terapias puente (n=10), la terapia puente más utilizada fue la dexametasona, que se utilizó en todos los estudios (10/10). Los siguientes tres tratamientos más utilizados incluyen rituximab (6/10), gemcitabina (5/10) y etopósido (5/10).
Entre los ensayos, 2/11 informaron claramente si los pacientes experimentaron una respuesta completa (RC), una respuesta parcial (RP) o una respuesta parcial muy buena (VGPR) al tratamiento puente. 5/11 informaron sobre las respuestas de forma vaga, usando terminología que no se correspondía con CR, PR, VGPR. Cuatro de los 11 ensayos no informaron ni dieron ninguna información sobre la respuesta del paciente al tratamiento puente. De todos los ensayos, 1/11 informó claramente los eventos adversos asociados con el tratamiento puente en el suplemento, mientras que 10/11 de los ensayos enumeraron los eventos adversos asociados con los grupos de tratamiento, sin aclarar los que estaban asociados con el tratamiento puente.
Conclusiones: A pesar de que los pacientes son a menudo refractarios a las terapias de primera línea, que se solapan considerablemente con las terapias puente utilizadas, estas terapias aún pueden inducir respuesta. A pesar de esta posibilidad, el informe de las combinaciones de terapias puente y sus tasas de respuesta y eventos adversos posteriores es muy variable. De los 11 ensayos clínicos pivotales que condujeron a la aprobación de una terapia de células T con receptores de antígenos quiméricos, ninguno informó claramente sobre todos los aspectos de la terapia puente (combinaciones utilizadas, tasas de respuesta, eventos adversos). Es más, estos datos a menudo se omitieron por completo. Estos hallazgos ponen de manifiesto la necesidad de mayor transparencia en los informes sobre el tratamiento puente, con el fin de evaluar de forma más fiable la eficacia de los tratamientos con CAR-T.