Brasil está avanzando en dos importantes declaraciones relacionadas con la salud, una sobre el clima y Una Salud (One Health) y otra sobre la producción local de medicamentos, y espera tenerlas listas para la próxima Cumbre del G20 que realizará en Río en noviembre.
A pesar del rechazo político, la viceministra de Salud de Brasil se mostró esperanzada en que las dos declaraciones estén listas para la Cumbre de noviembre, que marca el final de la presidencia brasileña del G20.
“Soy optimista. Así que creo que al final de la presidencia, tendremos estas dos declaraciones en vigor”, dijo la viceministra, la Dra. Ethel Maciel.
El martes, ella habló en un evento paralelo sobre pandemias, clima y conflictos que había organizado la Red de Acción contra la Pandemia (Pandemic Action Network o PAN), antes de una Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre Resistencia a los Antimicrobianos (RAMI), programada para el jueves.
La Cumbre de Líderes del G20 está programada para el 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro, y asistirán 19 estados miembros, además de la Unión Europea y la Unión Africana.
La declaración sobre la producción local de medicamentos y vacunas tiene como objetivo acelerar el reciente impulso para ampliar la fabricación de productos farmacéuticos en regiones de ingresos bajos y medianos, que no pudieron asegurar suministros significativos de productos críticos para la salud durante la pandemia de covid, dijo Maciel.
“La pandemia nos mostró la importancia de producir localmente en las regiones, no podemos depender de solo uno o dos países para acceder a los componentes farmacéuticos, por lo que hay que desarrollar capacidad en la región”.
La declaración sobre clima y salud del G20 se centrará en la resistencia a los antimicrobianos (RAMI)
La declaración sobre el clima y Una Salud (One Health), por su parte, se centrará específicamente en la resistencia a los antimicrobianos, es decir a la creciente tendencia de las superbacterias a no responder a los antibióticos, antivirales o antiparasitarios disponibles, señaló.
La salud es un tema muy importante en la discusión sobre el cambio climático, porque el sector salud es el primero en recibir su impacto, y ya lo ha sufrido”, dijo Maciel. “Y escogimos la resistencia a los antimicrobianos como un tema para trabajar en el seno de la estrategia de Una Salud”, agregó.
El evento de amplio alcance contó con la participación de más de una docena de líderes gubernamentales y de agencias de salud mundial, así como de los “ancianos”, Helen Clark, ex primera ministra de Nueva Zelanda; Ellen Johnson Sirleaf, ex presidenta de Liberia; y Juan Manuel Santos, ex presidente de Colombia.
Cambio climático, RAMI y pandemias
Maciel y otros panelistas subrayaron la profunda interrelación entre el cambio climático, las tendencias de RAMI y los riesgos de pandemia, aunque no se comprende bien.
Se estima que 1,14 millones de personas murieron en 2021 solo por enfermedades bacterianas resistentes a los medicamentos, mientras que un total de 4,71 millones de personas mueren por infecciones bacterianas que podrían estar asociadas con patógenos resistentes a los medicamentos. Y esa cifra podría duplicarse para 2050, según las últimas estimaciones que publicó por The Lancet a mediados de septiembre, entre 2025 y 2050 podría haber un total de 39 millones de muertes relacionadas con RAMI.
Hasta ahora, la mayor parte del énfasis político en la lucha contra la RAMI se ha centrado en que el sector salud utilice y administre los antibióticos, antivirales y otros medicamentos a los seres humanos de forma más juiciosa, así como en promover la investigación para desarrollar nuevas soluciones farmacológicas.
Los líderes mundiales de la salud han descuidado en gran medida que se hace un uso todavía más amplio de dichos medicamentos en las industrias de producción pesquera y ganadera, así como en la agricultura vegetal.
Más del 73% de los antimicrobianos que se venden en el mundo se utilizan en animales, no en personas, lo que pone de relieve su gran contribución a las tendencias de la RAMI y a los riesgos de pandemia. Aun así, en el último minuto, el objetivo de reducir el uso de antibióticos en animales se eliminó del borrador del texto de la declaración de alto nivel de las Naciones Unidas sobre la RAMI, que se aprobará el jueves, por presión de una coalición de naciones productoras de carne.
Las tendencias en las ventas de antimicrobianos para animales también se corresponden con los crecientes puntos críticos de la RAMI en Asia, las Américas y partes de Europa y el sur de África, según una investigación reciente del Zurich Resistancebank.org, dirigido por Suiza.
Las prácticas insostenibles en estos sectores también contribuyen a la deforestación, la degradación de las costas y la pérdida de biodiversidad, que a su vez impulsan el cambio climático.
Estas, a su vez, exacerban los conflictos por la tierra y los recursos cuando las comunidades enfrentan sequías, pérdida de medios de vida y desplazamientos.
Es una red compleja de conexiones que recibe muy poca atención, dijo Joanne Liu, expresidenta internacional de Médicos sin Fronteras y ahora profesora de salud global en la Universidad McGill en Canadá.
“El clima y el conflicto, es realmente, honestamente, una mezcla tóxica”, dijo Liu. “Es un amplificador de los problemas existentes”.
Abordar la RAMI para abordar Una Salud y el clima
Brasil se encuentra actualmente en un nexo en el ue confluyen muchos problemas relacionados con Una Salud y el clima, que también han sido altamente politizados, señaló Maciel.
El país está luchando contra los incendios forestales, muchos de ellos provocados deliberadamente por madereros, ganaderos y otros que apoyan las políticas del expresidente Jair Bolsonaro. Pretenden seguir deforestando la Amazonía y el Pantanal, el humedal tropical más grande del mundo, para ampliar la producción de grano y ganado y la extracción de minerales, sin tener en cuenta el impacto en el clima.
La cantidad de incendios en el país se ha más que duplicado en comparación con el año pasado, oscureciendo los cielos de ciudades, desde Buenos Aires hasta La Paz, Bolivia. Los incendios son tan grandes (la mitad de ellos arden en bosques prístinos) que pronto se podrían sobrepasar los puntos de inflexión críticos para algunos de los sumideros de carbono más importantes del mundo.
“La población de Brasil está muy polarizada, como en EE UU, y la gente que sigue a un político no cree en el cambio climático”, dijo Maciel. “Tenemos muchos incendios forestales que la gente provoca. Más de 50 personas están siendo investigadas por la Corte Suprema por provocar incendios… porque no creen en el cambio climático”.
La salud en el camino a la COP30 en Río
En este contexto, el impulso de Brasil en el G20 para lograr la aprobación de una declaración sobre Una Salud y el Clima tiene como objetivo tratar esta compleja maraña de cuestiones de forma más práctica, dijo la viceministra brasileña.
Una Salud es algo ‘muy abstracto’”, señaló, mientras que la RAMI está comenzando a entenderse como una amenaza tangible para la salud. “Esperamos que, con esta declaración, el cambio climático y el enfoque de Una Salud se vinculen con la RAMI”.
Al mismo tiempo, la resolución del G20 no es una conclusión inevitable. Las negociaciones para llegar a un consenso diplomático sobre el texto han sido mucho más difíciles de lo esperado. En Río se celebrará otra reunión de negociadores del G20, antes de la Cumbre, para intentar finalizar un texto.
Si se logra un consenso, Brasil también espera que se genere impulso para que la Conferencia sobre el Clima de las Naciones Unidas (COP30) del año próximo, que el país acogerá en Río, haga mayor énfasis.
El año pasado, la Conferencia COP28 en Dubai, dedicó por primera vez un Día al Clima y la Salud. Ahora, según la OMS, se planea un segundo día de la salud para la COP29 en Bakú, con el posible lanzamiento de una nueva Coalición sobre Salud y Medio Ambiente.
Pero los defensores de la salud y el clima esperan que la conferencia de Río en 2025 eclipse todo lo demás, una aspiración compartida por Brasil.
“Comenzamos en la COP 28 con el Día de la Salud, y ahora en la COP 29 [Bakú 2024] habrá un Día de la Salud. Y en la conferencia COP 30, queremos que haya gran Día sobre la Salud sobre cambio climático”, dijo Maciel.
Confianza en la ciencia
Aunque la evidencia sobre la amplia gama de vínculos entre el clima, la salud y los riesgos de enfermedad se va ampliando constantemente, la desinformación sigue siendo un gran problema, en términos de lograr que los responsables de las políticas acepten la evidencia y actúen en consecuencia, observó Maciel.
La confianza en la ciencia sigue siendo un desafío clave, coincidió John-Arne Røttingen, director ejecutivo de Wellcome Trust, con sede en el Reino Unido, uno de los mayores financiadores filantrópicos de investigación del mundo.
“El clima también está empeorando las enfermedades infecciosas sensibles al clima, y la gente está preocupada por el clima”, dijo.
“Entonces, ¿cómo podemos comprender mejor los impactos ya existentes del clima en la salud, tanto directamente debido al calor como a los eventos climáticos extremos? ¿Y cómo podemos tomar medidas climáticas que también ofrezcan beneficios para la salud aquí y ahora?
“Creo que la gente necesita ver un beneficio aquí y ahora.
“Y aunque esto está impulsado por la ciencia y las soluciones científicas, también debemos trabajar en la cuestión más amplia de la confianza en la ciencia, la confianza en el conocimiento científico y las soluciones que se pueden derivar de la ciencia”.