Resumen
El uso indiscriminado de sustancias psicoestimulantes, como el metilfenidato y las anfetaminas, se ha convertido en una preocupación creciente, especialmente entre los estudiantes universitarios que buscan mejorar su rendimiento académico y enfrentar la presión de cursos exigentes. Estas sustancias actúan sobre el sistema nervioso central, aumentando la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la noradrenalina, lo que puede provocar un mayor estado de alerta y concentración. Sin embargo, el uso prolongado y sin supervisión de estos medicamentos puede provocar efectos adversos graves, como dependencia psicológica, cambios en el sistema dopaminérgico y problemas cardiovasculares y psiquiátricos. Los métodos de administración varían desde la ingestión oral hasta la inhalación nasal y la administración intravenosa, cada una con sus propios riesgos y efectos. La obtención de estos medicamentos a menudo se produce de forma ilegal, mediante recetas no autorizadas o redes sociales. Por lo tanto, es fundamental que los profesionales de la salud de las universidades estén atentos y ofrezcan el apoyo adecuado para mitigar los riesgos asociados al uso de psicoestimulantes y promover estrategias alternativas de afrontamiento a los desafíos.