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La combinación de durvalumab + gemcitabina + cisplatino alargó la mediana de la supervivencia aproximadamente solo cinco semanas en comparación con la gemcitabina + cisplatino, la quimioterapia de referencia para el cáncer de vías biliares. El durvalumab provoca efectos autoinmunes frecuentes, a veces graves, y aumenta la incidencia de colangitis e infecciones de vías biliares, que en su mayoría requirieron hospitalización.
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El término “cánceres de vías biliares” incluye a los colangiocarcinomas, que se originan en el epitelio de las vías biliares, y a los carcinomas de la vesícula biliar. Estos cánceres raros se suelen descubrir cuando están en una etapa avanzada y son inoperables; solo un 10% de los pacientes en esta situación continúan con vida cinco años después del diagnóstico [1-3].
El tratamiento de primera línea habitual para los pacientes con cáncer de vías biliares avanzado o metastásico es la quimioterapia citotóxica con la combinación de gemcitabina + cisplatino. La mediana de la supervivencia con este tratamiento es de aproximadamente un año [1,2].
El durvalumab es un anticuerpo inmunoestimulante que se dirige contra el PD-L1. En la UE, se lo autorizó para tratar el cáncer de vías biliares irresecable o metastásico, en combinación con gemcitabina + cisplatino. También está autorizado para tratar algunos cánceres pulmonares y algunos carcinomas hepatocelulares [2,3].
Un ensayo clínico aleatorizado doble ciego comparó al durvalumab con un placebo, en combinación con gemcitabina + cisplatino, en 685 pacientes (mediana de edad de 64 años) con cáncer de vías biliares, que en el 86% de los casos había metastatizado. Tres cuartos de los pacientes tenían colangiocarcinoma, y todos tenían una condición física relativamente buena a pesar de la enfermedad [2-4]. Los pacientes en el grupo placebo no podían recibir durvalumab si su cáncer empeoraba. En un análisis preliminar planeado en el protocolo, que se realizó después de que 424 pacientes habían muerto, la mediana estimada de la supervivencia (el criterio principal de valoración) fue de 12,8 meses en el grupo durvalumab, versus 11,5 meses en el grupo placebo (p=0,021). Dado que la diferencia fue estadísticamente significativa, este análisis de la supervivencia se consideró el análisis final en este ensayo clínico [2,3].
Este estudio no aportó información nueva sobre el perfil de efectos adversos del durvalumab, que principalmente conlleva un riesgo de trastornos autoinmunes, en ocasiones graves, que afectan varios órganos [2,5]. Casi la mitad de los pacientes en cada grupo experimentó al menos un evento adverso que se consideró grave. Un paciente en el grupo durvalumab murió por un ictus isquémico (los investigadores consideraron que posiblemente se relacionó con el medicamento), versus ningún paciente en el grupo control [2]. Como se podía prever, los trastornos autoinmunes se notificaron con más frecuencia en el grupo durvalumab: en el 13% de los pacientes, versus el 5% en el grupo control [2]. Además, los casos de colangitis e infecciones de vías biliares, que son complicaciones comunes, ocurrieron con más frecuencia en el grupo durvalumab: se notificaron en el 15% de los pacientes, versus el 8,5% en el grupo control. La mayoría de los casos fueron graves y ocasionaron la hospitalización [2].
Además, los datos de farmacovigilancia han revelado casos de mielitis transversa (un tipo de inflamación de la médula espinal) atribuidos al durvalumab. Se añadió este efecto adverso al resumen europeo de las características del producto [6].
Revisión de la literatura hasta el 1 de marzo de 2024
En respuesta a nuestra solicitud de información, AstraZeneca nos proveyó documentos publicados y elementos relacionados con el empaquetado.